El más reciente espectáculo fue escenificado el pasado 09/08/2015 en el parque ubicado frente a la iglesia de Santa Rita de Casia, la que han tomado como tribuna para sus provocaciones dominicales.
Quizás porque la Habana se encuentra en plena celebración de sus tradicionales carnavales, se decidieron a estar a tono con dichas fiestas y al concluir la misa salieron las llamadas “Damas” de Blanco, con mascaras con la imagen del presidente Barack Obama, en una muestra de la falta de respeto a la que tienen acostumbrados a los vecinos de la zona.
Realmente no se le puede pedir más a la inculta y grosera Berta Soler, ella no tiene la menor idea de lo que es el respeto a un alto mandatario.
Por supuesto, ese show carnavalesco solo perseguía la intervención policial con el fin de poner orden a la situación creada por esa pandilla de asalariados y así poder acusar al gobierno cubano de reprimirlas, incrementando la campaña mediática.
Si a la inculta y grosera se le ocurriera hacer semejante acto en Washington seguramente estaría en un hospital con su peluca ensangrentada, producto de los bastonazos que le propiciaría la política local, como están haciendo en la ciudad estadounidense de Ferguson, ante las protestas pacíficas de sus ciudadanos en recordación del asesinato de un niño negro muerto a manos de un policía blanco, el cual estuvo cuatro horas y media en plena calle sin ser asistido.
El empleo de las caretas con la imagen de Obama estuvo motivado por la supuesta “culpabilidad y complicidad” que le achacan al presidente de Estados Unidos por reconocer al gobierno cubano.
En esa comparsa irrespetuosa se encontraba la artista Tania Brugueras, la cual se quitó su antifaz de creadora de performance, para devenir en lo que realmente es y era su objetivo el pasado diciembre, provocar a las autoridades de la isla para iniciar una campaña mediática financiada por los miembros de la mafia terrorista anticubana de Miami, la que se oponen a brazo partido a que se le otorgue legitimidad al gobierno de Castro.
Ese acto fue repudiado por los vecinos del reparto Miramar, cansados de sufrir cada domingo la invasión de personas no residentes en la zona y que solo con observar su aspecto físico se puede llegar a la conclusión de la indecencia y escasa educación que poseen.
En cualquier país del mundo ese tipo de personas no puede entrar en repartos donde residen otras de bien, sin embargo en Cuba los vecinos del lugar deben soportar su presencia, aunque todos los invasores tienen sus casas en zonas muy alejadas. Así es la democracia a lo cubano, a pesar de las críticas pagadas desde Estados Unidos.
No obstante la indignación, hay que reconocer que las incultas y groseras “Damas” y sus acompañantes, tendrían más resultados en un circo que intentando hacer política de bajo costo.
Berta y su padilla deberían recordar lo que dijera José Martí: “En política la única fuerza definitiva e incontrastable es la honradez”; pero eso es precisamente de lo que adolece la contrarrevolución creada por Estados Unidos.
