Junto al mandatario, en el monumento inaugurado por Fidel hace 24 años, estaba uno de los cubanos que fueron privados injustamente de sus familiares queridos, Cremata (Tin). Foto: Presidencia Cuba.


Yaima Puig Meneses, René Tamayo

Cubadebate

Cómo imaginar qué siente Tin Cremata mientras el Presidente Díaz-Canel pone la mano en su hombro y la voz se le desgarra. Imposible saberlo.

Justo a su espalda se erige el Monumento a las víctimas del crimen de Barbados, y el Jefe de Estado recuerda al niño que era Tin 46 años atrás, cuando aquel acto de terrorismo lo privó «de su más entrañable compañero de juegos, de su mejor maestro, de su guía», de su padre.

Frente a ellos se encuentran una veintena de personas. Más que jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad del Caribe o miembros de la delegación cubana que acompaña al Presidente de la República, en ese momento son solo mujeres y hombres unidos por sentimientos de amistad y dolor. Son mujeres y hombres que se han reunido allí para rendir honores, en nombre de muchos, a las 73 personas que en aquel momento les arrebataron la vida, y condenar la barbarie del terrorismo.

A unos pocos metros está el mar, cuya inmensidad constantemente recuerda el horrendo crimen. El batir de las olas se escucha a veces entre las palabras de los amigos del Caribe que han querido dejar testimonio de las fortalezas de «esta familia compuesta por la CARICOM y Cuba».

Veinticuatro años atrás aquí había estado también el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz para inaugurar el «sencillo pero emotivo monumento» que evoca ese monstruoso hecho, como lo catalogara en sus palabras de entonces. Desde ese día, cada 6 de octubre, representantes del pueblo y el Gobierno de Barbados se dan cita en este simbólico lugar para conmemorar esta tragedia y reflexionar sobre la crueldad del terrorismo.

Justo desde hoy, cada 6 de octubre, se celebrará el Día de CARICOM-Cuba contra el terrorismo, en memoria de las personas que murieron en esa fecha. Así lo acordaron este martes los jefes de Estado y de Gobierno asistentes a la VIII Cumbre CARICOM-Cuba, porque como dijera la primera ministra de Barbados, Mía Amor Mottley, «el recuerdo de esas víctimas debe siempre inspirarnos para preservar a nuestro Caribe como Zona de Paz».

No existen recetas mágicas contra el dolor, tampoco para la vida. Escuchar a los amigos hablar de amor, compromiso, solidaridad, apoyo… emociona hasta lo indecible. En medio de la vorágine de la ciudad que continúa su ritmo alrededor del homenaje, las palabras de los amigos demuestran que no hay pequeñas historias, ninguna lo es cuando las huellas del dolor no podrán ser borradas jamás de la memoria de las familias cubanas.

El Caribe honró este martes la vida y condenó la injusticia. Este sitio, este memorial, patentizó el Presidente cubano en la Bahía de Payne, confirman que «Cuba solo puede estar en la lista si existiera de las víctimas del terrorismo».

 

 

«Si estamos hoy aquí, junto al joven que fue aquel niño, rindiendo tributo a su padre y a las demás víctimas de un crimen tan deleznable, es porque los buenos ganan a la larga. Cuba salvó al amor de las garras del odio».

Las palabras del Presidente Díaz-Canel duelen, escucharlo con la voz quebrada a ratos por las emociones, imaginar la desesperación de aquellas personas y luego de sus familias, recitar en medio de tanta inmensidad los versos de «Mi bandera», poesía escrita por Bonifacio Byrne…son hechos que hablan de amor, jamás de odio.

Solemne y conmovedor resultó el homenaje. La Primera Ministra de Barbados pidió un minuto de silencio en memoria de aquellos que más de cuatro décadas atrás perdieron injustamente su vida. Desde aquí Cuba también honra y hace silencio; desde aquí, Cuba también llora.

Frente a la inmensidad del mar de Barbados es imposible no estremecerse entonces cuando la primera de las ofrendas florales colocadas junto al Monumento va en manos del Presidente cubano y el entrañable Tin Cremata. Es, de muchas maneras, un homenaje de Cuba a la vida.

 

¡Cuba salvó al amor de las garras del odio!

Discurso pronunciado por Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en el Monumento a los Mártires de Barbados en Holetown, el 6 de diciembre de 2022, “Año 64 de la Revolución”

Tomado de Granma

(Versiones Taquigráficas - Presidencia de la República)

Estimada primera ministra, La Honorable Mia Amor Mottley;

Estimada presidenta, Su Excelencia La Muy Honorable Sandra Prunella Mason;

Distinguidas autoridades barbadenses;

Colaboradores, residentes cubanos y amigos barbadenses;

Hermanos caribeños;

Compatriotas aquí presentes:

Nos reunimos ante este histórico monumento, que se irguió en recuerdo a 73 personas, entre ellos 24 adolescentes y un bebé en gestación, quienes fueron víctimas inocentes del primer acto de terrorismo contra la aviación civil en nuestro hemisferio.

Los documentos históricos relatan que el día 6 de octubre de 1976, a las 12:23 horas, nueve minutos después de despegar del aeropuerto en Seawell, a unos 18 000 pies de altura, en la torre de control se escuchó al capitán de la aeronave de Cubana de Aviación, Wilfredo Pérez Pérez, gritar: ¡Cuidado!

Se había producido una explosión en la cabina de pasajeros del avión.  Tras unos minutos de maniobra para controlar la aeronave, ocurrió una segunda explosión, el piloto perdió el control y el avión cayó al agua a pocos kilómetros frente a esta playa.

El 7 de octubre de 1976, el Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba, después de realizar una profunda y exhaustiva investigación de los hechos, informó oficialmente que entre los 73 pasajeros que perecieron 57 eran cubanos, 11 guyaneses y 5 coreanos.

Este horrendo crimen fue denunciado en innumerables ocasiones en la Organización de las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad.  Sin embargo, juicios amañados, absoluciones inexplicables y condenas incumplidas dejaron en la impunidad a los autores de este abominable acto de terrorismo.

El primero de agosto de 1998, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, al asistir como parte de su gira por el Caribe a la develación de este monumento a las víctimas del sabotaje a la aeronave DC-8 de Cubana de Aviación, sentenció: “Lo que nunca podrán imaginarse aquellos que cometen grandes crímenes contra los pueblos en la embriaguez de su impunidad y en el carácter efímero de su poder, es que la verdad siempre se abre paso más tarde o más temprano”. 

El pueblo de Cuba no olvida a aquellos que fueron cruelmente inmolados en Barbados y que quedaron inmortalizados en este monumento en las cercanías de la bahía de Paynes.

Un día como hoy, al rendir tributo a los mártires de Barbados, ratifico la más firme condena de Cuba al terrorismo del que hemos sido víctimas, incluyendo el terrorismo de Estado, a la vez que rechazamos la indignante, arbitraria e injustificada inclusión de nuestro país en la espuria lista de Estados patrocinadores del terrorismo.

Nos acompaña hoy aquí uno de los cubanos que fueron privados injustamente de sus familiares queridos, Carlos Alberto Cremata, para nosotros Tin.

Aquel niño, privado de su más entrañable compañero de juegos, de su mejor maestro, de su guía, canalizó su profundo dolor hacia el arte y creó una compañía de teatro inspirada en el amor.  No alimentó el odio, no juró venganza, no pidió “ojo por ojo”.

Su proyecto, la prestigiosa Colmenita, auténtica escuela cubana de arte y de sentimientos donde todos los padres cubanos quieren tener a sus hijos, está inspirada en una sentencia que dejó escrita José Martí en su revista para los niños La Edad de Oro:

Dice Martí: “Tener talento es tener buen corazón; el que tiene buen corazón, ése es el que tiene talento.  Todos los pícaros son tontos.  Los buenos son los que ganan a la larga”.

Si estamos hoy aquí, junto al joven que fue aquel niño, rindiendo tributo a su padre y a las demás víctimas de un crimen tan deleznable, es porque los buenos ganan a la larga. ¡Cuba salvó al amor de las garras del odio!

Pero, ¡ojo!, Cuba tampoco olvida. Denunciamos, en cuanta tribuna se abra a nuestra denuncia, que el mismo odio de los que garantizaron impunidad a los terroristas mueve a quienes en inaceptable ofensa a las víctimas siguen causando dolor a Cuba al poner su nombre en una espuria lista de auspiciadores del terrorismo.

Este sitio, este memorial, confirma que Cuba solo puede estar en la lista, si existiera, de las víctimas del terrorismo.

Les pido en un momento como este a los cubanos presentes exclamar los versos de Bonifacio Byrne:

“Si desecha en menudos pedazos

llega a ser mi bandera algún día...

¡nuestros muertos alzando los brazos

la sabrán defender todavía!”

¡Gloria a nuestros héroes y mártires!

(Exclamación de: ¡Gloria!)

(Aplausos.)

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William LeoGrande, decano emérito de la Facultad de Asuntos Públicos de la American University en Washington, D.C. Foto: American University Washington DC....
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