Se trata de un recurso estratégico, imprescindible en la fabricación de componentes electrónicos avanzados. Salvaje tráfico del valioso elemento
Margarita Carmona - AIN.- Puede que jamás hayamos escuchado hablar del coltan, pero la realidad es que está bastante cerca de nosotros: dentro de los celulares, en las laptops y otros dispositivos electrónicos.

Coltan es la abreviatura de dos minerales importantes y conflictivos. Tanto, que involucra a celulares, computadoras, guerras y gorilas.

Se forma este elemento al mezclar en cualquier proporción los minerales columbita y tantalia. Tiene un color metálico apagado y posee cualidades que lo hacen apetecible para la industria electrónica por su magnífica resistencia al calor y muy buenas propiedades eléctricas.

El principal productor de coltan es Australia, aunque también existen importantes reservas confirmadas -o ya en explotación- en Brasil, Tailandia y la República Democrática del Congo, país este donde está 80% de la reserva mundial.

Se trata pues de un recurso estratégico, imprescindible en la fabricación de componentes electrónicos avanzados ya que el tántalo, obtenido a partir del coltan, se usa en la elaboración de componentes electrónicos, el más importante conocido como "condensador eléctrico de Tántalo".

El desarrollo cada vez más acelerado de la tecnología disparó el precio de este mineral a 400 dólares el kilo.

En el Congo su extracción actual recuerda los métodos primitivos que se usaron para sacar el oro en la California de 1800. Hace dos siglos.

Los trabajadores excavan grandes agujeros en hileras para sacarlo del subsuelo, luego vierten agua y este lodo lo colocan en tubos de lavado. Así logran que el ansiado mineral se deposite en el fondo.

Con mucho esfuerzo, suerte y sudor, un hombre hábil logra producir un kilo al día. Según datos oficiales, el salario actual medio de un trabajador congolés es de 10 dólares al mes, pero el que extrae coltan puede alcanzar la misma cifra, o 50 en una semana.

Uno de los graves problemas que existen en torno a este mineral es que está jugando un papel en el ya complicado panorama congolés, porque en esa nación africana, muchas de las manos que están metidas huelen a coltan y no precisamente porque lo extraigan.

Un informe del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aseguró recientemente que países vecinos a la República Democrática del Congo están involucrados en la guerra interna congolesa actual.

Por supuesto que estos países, y también las compañías de telefonía móvil Nokia y Sony juran que son inocentes. Pero hay cifras que hablan de ganancias millonarias obtenidas por naciones donde este mineral no existe.

Otros datos aseguran que casi todo el coltan sacado legal o ilegalmente de suelo congolés va hacia Estados Unidos luego de transitar por un camino muy enrevesado, donde no resulta nada fácil descubrir la punta de la madeja.

La hambruna causada por la propia guerra o dicho también al revés: la guerra causada en buena medida por la pobreza obliga a la gente a convertirse en rebeldes o mineros a la fuerza, pero en su andar lo arrasan todo.

Es alarmante la invasión a las selvas. El parque nacional del Congo, Kahuzi Biega, tenía 258 gorilas, ahora quedan 130. También los elefantes pueden servir de comida.

Muy absurdo sería negar el desarrollo. No se trata de mirar ahora con malos ojos ni a los celulares, ni a las laptops, ni a sus usuarios. Seguramente nunca han escuchado hablar del coltan. Aunque cuando ya sobre algo se conoce se deja de ser inocente.

Quienes lo comercian, sustraen y permiten que por su causa hasta muera gente, esos sí saben lo que hacen y lo más triste es que no les preocupa. Son culpables y también cínicos.