Foto: WBSC.


Los peloteros que regresan hoy no son Quijotes, son los que pusieron en alto el nombre de su Patria

En esta competición, que tuvo como campeón al elenco venezolano, al cual el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, les expresó en un tuit: «Felicidades por el triunfo, hermanos», los cubanos les ganaron a los rivales que podían superar y perdieron solo con los que, en plantilla y en el terreno, eran significativamente superiores, entiéndase México, Venezuela y Colombia

Oscar Sánchez Serra

Granma

 

A pesar del hostigamiento de quienes quieren destruir a la pelota cubana, porque es un símbolo patrio al ser parte indisoluble de nuestra cultura y de nuestra identidad nacional, y de las deficiencias que persisten en el béisbol de casa, la selección Sub-23 que participó en el campeonato mundial, en México, cumplió, no solo por su cuarto lugar, sino por lo que representa ese peleado escaño.

Primero, le dio a la Mayor de las Antillas 405 puntos para el ranking mundial, con lo cual llegó a 2 012 unidades en ese listado y la llevó a ocupar el puesto siete de un onceno que tenía. Eso permite que el país se mantenga entre la docena vanguardista y conserve su escaño en los torneos de nivel, como el Premier-12, del próximo año.

Además, superó la actuación de la cita precedente en la que ni siquiera se pudo clasificar a la justa mundialista. Como si fuera poco, la disputa de la medalla de bronce ante Colombia es la primera por el podio que protagoniza un elenco cubano desde que en 2016 la escuadra Sub-15 ganara la justa del orbe de aquel año.

En esta competición, que tuvo como campeón al elenco venezolano, al cual el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, les expresó en un tuit: «Felicidades por el triunfo, hermanos», los cubanos les ganaron a los rivales que podían superar y perdieron solo con los que, en plantilla y en el terreno, eran significativamente superiores, entiéndase México, Venezuela y Colombia. Sin embargo, excepto el nocao ante los monarcas, en los otros partidos frente a esos adversarios no se mostraron vencidos ni mucho menos.

Prueba de ello fue el encuentro por la presea de bronce contra los colombianos, en el que cayeron por 3-5, pero sin dejar de atacar en todos los innings, menos en el último, con Marlon Vega en la lomita, frenando a una ofensiva que se vio poderosa en todo el certamen. Habíamos dicho que la selección cafetera salía favorita, por lo hecho en el torneo, su bateo, buena mecánica de juego y por las carencias de sus rivales en la lid. Sin embargo, se trató de un encuentro digno por la presencia en la ceremonia de premiaciones, pues los dos conjuntos mantuvieron un cerrado y bonito desafío.

Andrés Angulo resultó la diferencia en ese choque, pues el tercer madero colombiano pegó dos jonrones, impulsó tres de las cinco y anotó dos, todo frente al aguerrido Naykel Cruz, visiblemente afectado por el exceso de trabajo de 109 lanzamientos en su salida anterior. Además, ese crucial cotejo Cuba lo asumió con 15 peloteros después de que Miguel A. González y Byran Chi abandonaron a sus compañeros, a su equipo y a lo que representaban, como mismo hicieron ayer Yandy Yánez y Loidel Chapellí.

Cuando se trata de pelota, la inconformidad está presente, pero es bienvenida, pues hay que verla como resorte para acabar de dar el jonrón que nos sacuda. Está claro que el hostigamiento contra cada equipo que salga a una lid internacional no cesará, porque se trata de quebrar una de nuestras más ricas tradiciones, y que se mantendrá la delictiva práctica de la trata de personas con nuestros jugadores, muchos de ellos abandonados a su suerte tras promesas descabelladas. Por lo tanto, a lo que no se puede renunciar es a enfrentarlo y ganar también ese juego, como lo ha ganado la propia Revolución.

Cierra la tercera edición de estos torneos con un equipo, el ganador, que fue por mucho el mejor. Venezuela enseñó una maquinaria de jugar a la pelota, sin fisuras en los principales elementos de juego, destacándose su ofensiva. Esas credenciales les permitieron destronar, en la final, a México, campeón defensor, también con un gran plantel.

En las primeras horas de este lunes, los peloteros llegarán a la Patria, no tras un acto quijotesco que hace imposible conseguir un objetivo. Quienes estarán de vuelta son jóvenes que supieron combatir en la defensa de su béisbol, que es sagrado para su pueblo, y que pusieron muy en alto el nombre de Cuba.

 

Cuarto lugar y algunas lecturas acaso beisboleras

Redacción JIT

La selección cubana concluyó hoy en un destacado cuarto lugar su actuación en la III Copa del Mundo Sub-23 de Beisbol, disputada en Ciudad Obregón y Hermosillo, en México.

Su último esfuerzo ocurrió ante Colombia, en la disputa de las medallas de bronce, en un partido cerrado que premió a los cafeteros 5x3.

Con nueve bajas en la nómina, como resultado de viles abandonos, la tropa de Eriel Sánchez salió al terreno en busca de una medalla que premiara la resistencia y gallardía de quienes no dejaron de luchar hasta el out 21 del último choque.

¿Se imaginan cómo vivir y enfrentar una competencia en tales condiciones? ¿Cómo cohesionar a una nómina cambiante casi cada día? ¿Cómo desarrollar una estrategia certera?

Sin duda se trata de una situación difícil y desconcertante para todos, desde el mánager, el jugador que ansiaba una medalla y el aficionado que trataba de verse representado allí.

Pero los 15 atletas que vistieron el traje hasta este sábado, junto a sus técnicos, se repusieron de un suceso y otro y otro más para llevar a Cuba hasta el cuarteto de lujo, dejando por detrás a países de tradición que contaron naturalmente con nóminas completas.

El resultado, por más que nos deje inconformes (siempre, salvo que ganemos), merece total reconocimiento, pues la preparación no pudo ser la ideal y en la sede se enfrentó mucho más que rivales de calidad.

Los mercaderes de peloteros fueron a la búsqueda de atletas prometedores y lograron su cometido. Aprovecharon las disposiciones del gobierno de Estados Unidos hacia Cuba y sus deportistas (puertas cerradas) y también las flaquezas morales y éticas de quienes dejaron al equipo.

¿Acaso es tan difícil aprender, desde la cuna, que no se va tras los sueños o proyectos personales dejando a un lado valores universales como el compromiso, la responsabilidad y el patriotismo? ¿Acaso es aceptable colaborar con la triste imagen de un banco casi vacío en la escena internacional?

¿Acaso no llevábamos a esos terrenos a Cuba, a la patria, al esfuerzo nacional porque la pelota siga adelante en medio de una situación de resistencia crítica? ¿Acaso es permisible que tales actitudes se justifiquen simplistamente culpando al Inder, la FCB o la Revolución?

A la estrategia nacional del beisbol le hace falta quitar de adelante la bota estadounidense que tanto roba y prohíbe; que tanto confunde, manipula y polariza. Pero también le hace falta un baño moral, una validación y privilegio de los más altos valores, sobre todo el compromiso, la responsabilidad y el patriotismo.

Cuba, sin adjetivos ni apellidos, a secas, debiera estar por encima de todo. Dígase Cuba y dispusiéramos a entregar cada gota de sudor, sin claudicar ante nada ni nadie.

La pelota no va a levantar si solo el Inder y la FCB ajustan y ajustan clavijas; o si continúan aprobándose medidas y estrategias atemperadas a este tiempo y que –vale recordar- eran impensables e innombrables hace 30 años, cuando “el kilo no tenía vuelto, la naranja se picaba al medio” y mandábamos sobre casi todos los diamantes.

¿Quiénes responderemos a la altura del ideal trazado y las nuevas posibilidades? ¿Qué cuota de sacrificio estaremos decididos a entregar? ¿Puede triunfarse con más talento y menos decoro?             

Nuestras instituciones, a pesar de tantas críticas, han leído la nueva época y los contextos. Han cambiado más de lo que se les reconoce y han negociado sin parar con propios y ajenos. ¿Hay que seguir? De acuerdo…

Pero recordemos que lograron un acuerdo histórico con la MLB que ilusionó a cientos de jugadores y sus familias en esta Isla, al tiempo que activaba las peores alarmas en la Florida.

Rápidamente se destruyó lo conseguido porque no puede haber felicidad, ni normalidad, ni lógica acá mientras exista la Revolución. Así de malvados son nuestros enemigos.

Después del restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, nada resultó más simbólico y prometedor que la posibilidad de ver llegar a cubanos a la MLB sin cargar las huellas de la deserción o la emigración irregular. Eso era demasiado peligroso, no podía ocurrir, no con la Revolución en pie.

Esas coordenadas (y otras) siguen encuadrando al beisbol cubano. Agresiones y Bloqueo desde Estados Unidos. Flaquezas internas. Retos…

México nos ganó en la ronda preliminar, donde vencimos a Alemania, República Checa, Taipéi de China y Dominicana. En la súper ronda Venezuela nos dio KO, Colombia nos aventajó fácilmente y vencimos a Panamá in extremis.

Por bronce otra vez los cafeteros pudieron más, aunque sin la holgura de la primera vez. Hubo gesta y crecimiento, aún heridos. Esa es la estirpe, de eso estamos hechos, pero hay que volver a ganar por el honor y por nuestra gente. Como dijera Martí: toca levantar, no poetizar la caída.

Recibiremos a los nuestros en pocas horas. Los escucharemos emocionados. Estaremos orgullosos. 

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