Margarita Barrios - Yuniel Labacena Romero - Ana María Domínguez Cruz - Raciel Guanche Ledesma - Juventud Rebelde.- El Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, rindió cuentas de su gestión este miércoles, y lo asumió «con entera responsabilidad y con la convicción que tengo de la importancia del mecanismo de la rendición de cuentas para el fortalecimiento de la institucionalidad, que fue un desvelo permanente del liderazgo de la Revolución que nos precede y guía, y en particular del General de Ejército Raúl Castro Ruz».


Al intervenir en el cierre del 10mo. Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su 9na. Legislatura, dijo el Jefe de Estado que la rendición de cuentas a todos los niveles es un mecanismo que debemos perfeccionar, sistematizar y desarrollar con rigor ante el pueblo. «Acepto esta responsabilidad con compromiso y entrega, protegiendo la unidad y asumiendo la continuidad desde una perspectiva dialéctica, en defensa de la Revolución y de su rumbo en el camino de la construcción socialista».

Díaz-Canel abundó en elementos propios del contexto que vivimos y de la política exterior, así como de las situaciones que se han generado en el escenario actual, «de las que me considero el principal responsable».

Reiteró consideraciones respecto al escenario en el que se ha desempeñado, preñado de desafíos y adversidades que nos han impedido avanzar como nos lo propusimos. «Espero que nadie lo reciba como justificación o queja», añadió.

Panorama internacional complejo

Ha sido un año, expresó, marcadamente complicado en el escenario internacional y que sucede a dos años extremadamente complicados. «El conflicto militar en Europa ha generado nuevos problemas y ha agravado muchos de los ya existentes, en un mundo castigado por crecientes desigualdades, por la ausencia del compromiso real para hacer frente a las amenazas contra el medio ambiente, por los efectos socioeconómicos y sanitarios presentes de la COVID-19 y sus consecuencias para el precio de los alimentos y las medicinas, el transporte, la logística y los requerimientos esenciales de los países en desarrollo.

«Es un escenario amenazado, además, por el nocivo empeño imperialista de pretender dividir al mundo y generar exclusiones y estigmatizaciones, a lo que se suma la perniciosa tendencia a abusar del desproporcionado poder económico y financiero de Estados Unidos para aplicar la coerción económica como instrumento preferido de política exterior».

El mandatario agregó que se avanzó en las relaciones con la región, en la que los cambios experimentados posibilitaron la llegada al Gobierno de varios países de fuerzas políticas comprometidas con proyectos orientados a la justicia social y la defensa de la soberanía, convencidos de la importancia de la integración y la defensa de una región de paz, unida y solidaria.

«Suceden estos cambios mientras la realidad económica y social de la región manifiesta niveles alarmantes de pobreza, desempleo, desigualdad y exclusión que, a la larga, favorecen el ascenso de fuerzas políticas de extrema derecha y fuerzas fascistas que intentan detener el avance de los movimientos progresistas comprometidos con los intereses y necesidades de las mayorías».

Rememoró el evento continental excluyente, convocado por Estados Unidos en la ciudad de Los Ángeles, el cual terminó siendo un fracaso y una demostración del aislamiento que sufre la política imperialista de ese país en la región que José Martí llamó Nuestra América. Aseveró que constituyó un duro golpe a la OEA y su dirigencia institucional actual, cuyo desprestigio no tiene comparación.

«Aprovecho para reiterar el reconocimiento a los países que rechazaron la exclusión de Cuba de ese evento, lo denunciaron y además condenaron la política del bloqueo recrudecido», dijo Díaz-Canel y señaló que «es este también un año de importantes acontecimientos en el ejercicio de la política exterior cubana, lo que ha exigido constancia, pensamiento y riguroso accionar, apegado a los principios y tradiciones de la política exterior de nuestra Revolución».

Se mantuvo la estrecha concertación política y cooperación con la hermana República Bolivariana de Venezuela, agregó, y dijo que se mantiene el firme apoyo a la Revolución Bolivariana y chavista y a la unión cívico-militar que preside Nicolás Maduro Moros, a quien agradeció el oportuno y reiterado apoyo para contribuir a enfrentar los desastres y accidentes que nos golpearon este año.

Además, expresó que Cuba consolidó las relaciones con México, lo que fue ratificado con la visita del presidente, Andrés Manuel López Obrador, a quien también agradeció su gesto solidario ante los accidentes y desastres naturales que enfrentó nuestro pueblo. El mandatario cubano reiteró la solidaridad con el Estado Plurinacional de Bolivia y su presidente, Luis Arce, frente a los intentos de desestabilización promovidos y orquestados por fuerzas de derecha.

«Saludo desde aquí al Comandante Daniel Ortega, y ratifico la solidaridad con su Gobierno y la voluntad de estrechar las relaciones bilaterales en áreas de mutuo interés», significó Díaz-Canel y ponderó que se identificaron áreas de cooperación de beneficio bilateral con la República de Argentina, se contribuyó a la reanudación de los esfuerzos de paz en Colombia y se mantuvo la disposición de continuar como garantes de la Mesa de Diálogos Colombia-ELN.

Una Política Cruel E Inhumana

En el caso de Estados Unidos, afirmó, la característica fundamental y definitoria del vínculo bilateral, continúa siendo el bloqueo económico como arma de coerción cruel, ilegítima e inmoral, que constituye el obstáculo fundamental para el desempeño de nuestra economía.

«Es evidente la abierta política de subversión y los intentos de desestabilizar nuestro país con el respaldo de decenas de millones de dólares del presupuesto federal, junto a la tolerancia frente a quienes desde el territorio de Estados Unidos orientan, financian y hasta entrenan a individuos para que cometan actos violentos contra Cuba. Todo eso lo hemos denunciado correctamente por los canales diplomáticos y de forma pública.

«Hace pocos días, el Gobierno de Estados Unidos dio muestras adicionales de la conducta deshonesta de su política exterior, al designar a Cuba como un país en el que, supuestamente, se persigue la religiosidad. Se trata de una falsedad más de un Gobierno que no encuentra justificación para proseguir con el sistema de medidas económicas coercitivas más abarcador y prolongado que haya conocido la historia».

Subrayó que, sin embargo, hemos dado pasos muy discretos, dirigidos a encaminar la cooperación bilateral para el cumplimiento de los acuerdos migratorios y también en otras áreas de prioridad entre ambos países.

«Hace pocos meses, a raíz del incendio en la base de supertanqueros en Matanzas, el Gobierno de Estados Unidos nos ofreció alguna asesoría técnica. La agradecimos y aceptamos. También aceptamos el ofrecimiento de unos cien trajes de bomberos con el correspondiente equipamiento de protección, los que finalmente llegaron al país la semana pasada, y se está distribuyendo entre las brigadas del Cuerpo de Bomberos.

«De igual modo, nos ofrecieron ayuda material valorada en dos millones de dólares, con motivo del huracán que afectó a Pinar del Río en septiembre pasado. Al igual que en el caso de Matanzas, fue una ayuda ofrecida sin condicionamientos, por lo que también la agradecimos y aceptamos. Nuestro objetivo sigue siendo promover los lazos más amplios con ese país y su pueblo, que incluye ya cerca de dos millones de origen cubano o descendientes de ellos.

«Mantenemos la disposición de construir una relación respetuosa y mutuamente beneficiosa con pleno apego al derecho internacional y las prerrogativas soberanas de cada parte. Eso lo conoce el Gobierno de Estados Unidos, al que se lo hemos expresado directa y públicamente», señaló.

Los vínculos con los países del Caricom se consolidan, acotó el Presidente. «Acabamos de celebrar el 50 aniversario de aquel acontecimiento histórico del 8 de diciembre de 1972, cuando cuatro países caribeños desafiaron los preceptos de la Doctrina Monroe y se dispusieron a formalizar relaciones diplomáticas con Cuba. Fueron ellos Barbados, Jamaica, Guyana y Trinidad y Tobago»

Igualmente, el Jefe de Estado reiteró la solidaridad con el pueblo puertorriqueño y su derecho a la autodeterminación. «Nos animan los procesos políticos que se inician en Brasil, Colombia y Honduras. Nuestra región reclama independencia y justicia social», afirmó.

Añadió que las recientes visitas a Argelia, Rusia, Türkiye y China respondieron a invitaciones cursadas por sus Gobiernos y al interés de promover y consolidar lazos con esos países, tanto políticos como comerciales. «Consideramos sus resultados trascedentes», valoró.

El Jefe de Estado destacó cómo en la Asamblea General de las Naciones Unidas la comunidad internacional volvió a pronunciarse casi unánimemente en rechazo al bloqueo económico de Estados Unidos, ratificando el rotundo aislamiento a una política tan cruel como injusta. «Estamos muy conscientes de que la naturaleza polarizada y enajenada de la política estadounidense puede dar lugar a que el bloqueo se prolongue por muchos años más.

«Es por ello de máxima prioridad aunar los esfuerzos y la creatividad popular en función de resolver los más agudos problemas, de enfrentar las limitaciones y encauzar el rumbo del desarrollo. También asumimos la responsabilidad de denunciar esa política cruel e inhumana en cada oportunidad y escenario», significó.

Amplio ejercicio legislativo

Díaz-Canel aseguró que en el país se ha favorecido el más amplio ejercicio legislativo para que en el menor tiempo posible se promulguen las leyes que desarrollen los contenidos de la Constitución.

«Esta legislatura es la mejor expresión de ese ejercicio por el elevado número de leyes aprobadas en cada una de sus sesiones, destacándose el proceso que condujo a la aprobación del Código de las Familias en referendo después de una amplia consulta popular.

«Este ejercicio, que constituyó una evidencia más del carácter democrático del sistema socialista cubano, evidenció el amplio consenso social alrededor de temas muy complejos y diversos», señaló.

El Presidente recordó que en la sesión que concluyó este miércoles se aprobaron cuatro leyes que «reforzarán el orden institucional del país con un papel determinante en el ámbito económico y social de la nación».

Asimismo, significó que a la próxima legislatura le corresponderá igualmente «enfrentar un alto trabajo legislativo y conformar, desde sus inicios, un nuevo cronograma que dé respuesta a nuestra demanda normativa».

Pensando en el bienestar de los cubanos

El Primer Secretario del Comité Central del Partido recordó que estas sesiones del Parlamento han sido intensas y tensas para abordar los problemas de la difícil cotidianidad cubana y que nadie puede mantenerse al margen de los esfuerzos para que el país libre este colosal desafío, de una economía bloqueada.

La economía cubana transita por una compleja situación, en la cual influye —entre otros factores adversos— el efecto combinado del recrudecimiento del bloqueo, la pandemia y la inflación internacional, señaló. Agregó que pensando en el próximo año es importante buscar salidas, innovar y romper el cerco.

Añadió que en el Plan de la economía se definen objetivos que resultan de vital importancia para enfrentar todas las problemáticas diagnosticadas, así como para continuar avanzando en la creación de capacidades y entornos institucionales que permitan progresar con mayor efectividad y rapidez.

A su juicio, las medidas aprobadas con ese fin deben crear las condiciones para avanzar con mayor dinamismo «si se implementan con celeridad, sin frenos, siempre identificando los riesgos para minimizar sus impactos». También reconoció que en los últimos años se han producido importantes desequilibrios macroeconómicos.

Ello, expresó el Jefe de Estado, es resultado de la pérdida de ingresos en divisas, los elevados déficits fiscales, el incremento de los ingresos de personas naturales sin respaldo productivo, la parcial dolarización de la economía y la poca respuesta productiva para generar la oferta de bienes y servicios, entre otros.

«Estos desequilibrios se expresan principalmente en los niveles de inflación, escasez de oferta, depreciación e inconvertibilidad de la moneda nacional, fenómenos que han producido un deterioro sustancial del poder adquisitivo de los ingresos de los trabajadores y pensionados y de las condiciones de vida de la población», detalló.

Al referirse a la mejora del bienestar del pueblo, señaló que ello requiere reactivar las capacidades productivas nacionales y de la captación de un nivel de divisas que garanticen el incremento gradual pero sostenido de las ofertas de bienes y servicios.

Añadió que el Plan de la economía presentado y aprobado concibe la estabilización de un programa macroeconómico que supone una transformación en la gestión macroeconómica y la coordinación entre el Plan, el presupuesto del Estado y la programación monetaria.

«Un programa de este tipo no impulsa por sí solo el crecimiento económico, pero sí sienta las bases para que el resto de las políticas de carácter sectorial, como la transformación productiva o el desarrollo local, sean efectivas y cumplan sus objetivos», dijo.

Sobre el plan y el presupuesto del Estado para 2023 el Jefe de Estado agregó que aunque arroja luces, para alcanzar esas metas, «se debe trabajar duro, innovar, aplicar la economía circular, exportar y aumentar la competitividad de las producciones. Se requiere continuar implementando medidas que garanticen que la empresa estatal verdaderamente ejerza su papel como sujeto económico principal del modelo de desarrollo económico y social», reiteró.

Añadió que forma parte del necesario perfeccionamiento de la sociedad y debe priorizarse el próximo año la atención a las comunidades y personas en situación de vulnerabilidad, el tránsito definitivo del subsidio a productos al subsidio a personas para comenzar la verdadera transformación social, «aplicando un enfoque no asistencialista».

El 2023 debe ser un año mejor

El Presidente remarcó su convicción de que 2023 debe ser un año mejor. «Para lograrlo se demanda más que un plan integral. Exige sacudir la inercia, desterrar el burocratismo, quitar más trabas y superar la autocomplacencia», afirmó y aludió que para ello confiaba en la «dirección colectiva y en el trabajo creativo e innovador de quienes deben responder a esas tareas.

«Enfrentar adversidad tras adversidad, como los tres eventos más terribles de este año, o sea, los accidentes del hotel Saratoga y la base de supertanqueros y el devastador huracán Ian, en paralelo con el bloqueo reforzado y los costosos efectos de una pandemia que nos paralizó económicamente durante dos años, no ha sido motivo para el desaliento o la desmovilización.

En otro momento de su intervención, el Presidente de la República señaló: «Quiero decirlo hoy ante ustedes que representan al pueblo de Cuba y a todos los que nos escuchan: siento una enorme insatisfacción por no haber sido capaz de lograr, desde la conducción del país, los resultados que necesita el pueblo cubano para alcanzar la anhelada y esperada prosperidad. Pero creo en la dirección colectiva y he actuado y actuaré como fiel seguidor y defensor de lo acordado en el octavo congreso de nuestro Partido».

Díaz-Canel significó que, como servidor público, ha velado «por el respeto a la Constitución, por el cumplimiento de la legalidad socialista y por mantener un vínculo permanente con el pueblo, del que soy parte» y que convencido de la naturaleza popular del sistema político cubano, de esa cualidad que nos distingue, ha insistido en promover el perfeccionamiento del Sistema del Poder Popular, para propiciar más democracia y participación.

En ese sentido, el aporte de la ciencia e innovación, en especial de las ciencias sociales, es fundamental. De ahí el encuentro habitual con diferentes grupos de expertos, en aras de perfeccionar y lograr más espacios democráticos, porque sin ello no es posible el socialismo. «Debemos privilegiar las diferentes formas del control popular, sin que implique ir en detrimento del control administrativo», subrayó.

Díaz-Canel recordó que, en virtud de ello, se han elaborado programas orientados a resolver los problemas económicos y sociales como el de soberanía alimentaria y control nutricional; la estabilidad del Sistema Energético Nacional; el enfrentamiento a planes de subversión; el desarrollo del programa de enfrentamiento a la COVID-19; la gestión de Gobierno basada en ciencia e innovación; así como programas sociales para disminuir las vulnerabilidades.

Afirmó que es imprescindible barrer la burocracia que se ha instalado en muchos renglones de la vida cotidiana del país y destacó que la elaboración de las normativas, con amplia participación popular, las hará más legítimas. Igualmente, significó que el socialismo es un sistema garante de los derechos humanos, es por esencia un sistema orientado a la mayor justicia social posible.

El Jefe de Estado añadió que es preciso trabajar por ese ideal socialista, «consolidando nuestra democracia, coherente con nuestras demandas y necesidades genuinas, no importadas, una democracia cubana», enfatizó. También añadió que la Revolución Cubana, desde su triunfo en 1959, ha sido una búsqueda constante de ese ideal, propiciando derechos y servicios que estaban limitados para la mayoría y hoy disfrutan todos los cubanos, «hacia el trabajo por consolidar ese propósito elevamos nuestros esfuerzos, porque siempre se puede hacer más.

Díaz-Canel recordó que la Humanidad tiene siglos de lucha por sus derechos y en el caso de nuestra nación, 150 años de pelea «con el machete y con el fusil, con las ideas y con la dignidad por una Cuba independiente, soberana, humanista y solidaria y por siempre socialista».

Mis insatisfacciones son personales, y en el camino para superarlas unidos están las únicas fuerzas para vencer cada reto, comentó. El Gobierno, agregó, se encuentra más desafiado que todos a innovar y crear, los órganos del Poder Popular en los municipios y provincias están convocados a dar el salto definitivo sobre sus limitaciones actuales, mientras las organizaciones políticas y de masas están llamadas a completar el ciclo de la participación ciudadana.

El Jefe de Estado dijo, además, que las satisfacciones son colectivas, en ellas tenemos que agradecer a Fidel, a Raúl y a la generación histórica de la Revolución, que nos educaron en el optimismo frente a las adversidades. ¡Gracias con todas las fuerzas!, significó. Y expresó su gratitud infinita al noble y bravo pueblo cubano, al tiempo que transmitió las felicitaciones a todos en el año 65 de la Revolución Cubana.

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