Gays, lesbianas, transexuales en la Cuba de hoy. Uno de los grandes tópicos repetidos por los medios y hasta por colectivos progresistas.

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¿En Cuba se persigue la homosexualidad?

José Manzaneda - Coordinador de Cubainformación TV.- Es un tópico recurrente en las campañas contra la Revolución cubana la afirmación de que en Cuba se persigue la homosexualidad. Una construcción mediática repetida tantas veces y durante tantos años que es asumida como verdad indiscutible incluso por sectores progresistas vinculados a la lucha por el derecho a la diversidad sexual en el mundo.

En la construcción del estereotipo de la supuesta homofobia institucional de la Revolución cubana se emplean varias herramientas de manipulación informativa: la distorsión del contexto histórico, el olvido de la situación en los países vecinos, el silencio sobre los avances de Cuba en materia de tolerancia y las exageraciones de todo tipo.

1. Distorsión del contexto histórico

En los años 60 y 70, Cuba no fue una excepción en el mundo en materia de homofobia. Como en tantos países, también de Europa, mujeres y hombres homosexuales fueron considerados, tanto por la sociedad como por una parte del aparato institucional, como sujetos con necesidad de reorientación. En 1965 se crearon en Cuba las llamadas Unidades Militares de Ayuda a la Producción, campamentos de trabajo agrícola en régimen militar donde homosexuales y otros colectivos sociales realizaban tareas sustitutorias del servicio militar. Un poco más tarde, en los primeros años 70, se vivió en el campo de la cultura cubana el llamado “quinquenio gris”, período de marcada influencia soviética en el que la política cultural oficial aceptó el “realismo socialista” como marco de referencia creativa, e intelectuales y artistas homosexuales fueron apartados de la vida cultural pública.

Las Unidades Militares de Ayuda a la Producción desaparecieron para el año 1967, es decir, 2 años después de su creación. Y el llamado “quinquenio gris” fue una etapa histórica que hoy es objeto de estudio y de debate entre la intelectualidad cubana actual que ha decidido no repetir errores del pasado. Sin embargo, 40 años después, ambos siguen elemento de ataque reiterado en las campañas contra la Revolución cubana.

2. Olvido del contexto geográfico

La homofobia tiene, en parte, explicación en la herencia machista de la colonia española. El rechazo hacia la diversidad sexual se da en todo el mundo, y la intensidad con que es vivido en Cuba no es mayor, por ejemplo, que en el conjunto de América Latina. Las campañas que durante años y aún en la actualidad presentan a Cuba como uno de los países más marcadamente homófobos sólo reproducen un mentira creada y reproducida por importantes grupos de poder y medios de comunicación, con la ayuda irresponsable de algunos colectivos progresistas.

Hay que recalcar que en Cuba no existe ley alguna que penalice la homosexualidad, al contrario que en países del entorno, como Jamaica y algunas zonas de Estados Unidos.

3. Silencio sobre los avances en la sociedad cubana

En las últimas décadas, la sociedad cubana ha dado pasos claros a favor de la tolerancia a las distintas formas de relación y expresión sexual. Estos cambios han sido reflejados de una manera transparente por el cine y la literatura realizados en la Isla que, contra todos los tópicos construidos por los grandes medios, tienen un carácter abiertamente social y crítico, en contraste con la literatura y el cine comerciales impuestos en el mercado mundial. En 1993, la película “Fresa y Chocolate” puso en primer plano el debate sobre la intolerancia y la homofobia en la sociedad cubana. Posteriormente han sido muchas las obras literarias, teatrales y cinematográficas que han abordado el tema de una manera abierta en Cuba.

Actualmente, es de resaltar la labor de instituciones como el Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba, que organiza talleres y campañas públicas por la tolerancia y en favor de gays, lesbianas y transexuales. Y las iniciativas dentro de la Asamblea Nacional de Cuba, donde se preparan diversas leyes en favor de los derechos de las parejas del mismo sexo, así como de las personas transexuales.

Actualmente existe en el país una política oficial de respeto, tolerancia y apertura. Y gays, lesbianas y travestis han ganado respeto social y espacios propios en la sociedad cubana. Pero es obligado subrayar que aún perviven –al igual que en toda América Latina- profundos prejuicios machistas y homófobos. Afirmar que la homofobia social, cultural e institucional han sido completamente desterradas sería faltar a la veradad, tanto en Cuba, como en el resto del mundo.

Is homosexuality persecuted in Cuba?

A CubaNews translation. Edited by Walter Lippmann.

By José Manzaneda – Coordinator of Cubainformación TV.- That homosexuals are persecuted in Cuba is a recurring assertion in every campaign against the Cuban Revolution, so often and for so long harped on by the media as to be taken as face value even by progressive sectors involved in the struggle for the right to sexual diversity worldwide.

In order to project such a stereotyped image of the Cuban Revolution’s alleged institutional homophobia, several tools to manipulate information come into play: distortion of the historical context, failure to take into account what happens in neighboring countries, silence about Cuba’s progress regarding tolerance, and overstatements of all kinds.

1. Distortion of the historical context

Homophobia prevailed worldwide in the 1960s and 70s, and Cuba was no exception, As most everywhere, including Europe, homosexual men and women were held by both society and a number of institutional apparatuses to be subjects in need of reorientation. In 1965, the Cuban government established the so-called UMAP (Military Units in Support of Production), military-like agricultural work camps where homosexuals and other social groups were sent in place of military service. Some time later, in the early 1970s, Cuban culture lived through the “gray quinquennium”, a period of marked Soviet influence, during which the official political culture embraced “socialist realism” as a frame of creative reference and homosexual intellectuals and artists were blackballed from public cultural activity as a result.

Guillermo Rodríguez Rivera (Cuban writer): “they tried to put out homosexuals from the cultural life. Later, all that went down. We had our own little “stalinism”. I spent 5 years without publishing and there were many others that couldn’t publish too. Because the people who ruled culture said no, that we were “ideological deviants” or something like that”.

In 1967, the UMAPs were disbanded, leaving behind a two-year-long historic stage called to become a topic for study and debate among today’s Cuban intellectuals, resolved as they are to not let it happen again. Forty years later, however, the issue is still very much alive as a target of repeated attacks to defame the Cuban Revolution.

2. Failure to take into account the geographic context

To some extent, homophobia can be explained as originating in the Spanish machismo heritage left from colonial times. Sexual diversity raises eyebrows everywhere and is rejected in Cuba as adamantly as in the whole of Latin America. Each past and present campaign to portray Cuba as one remarkably homophobic country is just echoing a lie fabricated and disseminated by important power circles and the mass media, irresponsibly helped by some progressive groups.

It must be stressed that there’s no law in Cuba against homosexuality, unlike nearby countries like Jamaica and some parts of the United States.

3. Silence about Cuba’s social accomplishments

In the last 20 years, plain steps have been taken by the Cuban society in favor of a tolerant attitude toward various forms of relationship and sexual expression. These changes have been transparently reflected by Cuban books and movies, which are openly and consciously critical of every fabrication ever put forward by the big media, by itself a far cry from the world market’s mainstream commercial cinema and literature. Released in 1993, the film “Strawberry and Chocolate” paved the way for extensive debate on intolerance and homophobia within the Cuban society. Many books, plays and movies have come out since in which this topic has been straightforwardly addressed in the country.

Worthy of mention nowadays is the work of institutions like the National Center for Sex Education, which designs workshops and public campaigns for tolerance of and in favor of gay, lesbians and transsexuals.

Mariela Castro (CENESEX chief executive): “We’ve been taught, with a very narrow criteria, that heterosexuality must be prevailing. This fact comes from the belief that sexuality is only justified for reproductive meanings, and if it’s not related to reproduction it won’t have any sexual value. That’s why sexuality is justified only between men and women. And this increases the exclusion of other sexual expressions.”

An official policy of respect, tolerance and openness prevails in Cuba nowadays. Gays, lesbians and transvestites alike are better regarded by other people and have achieved their own space in society. Yet, it must be emphasized that, much like elsewhere in Latin America, there’s still deep-seated male chauvinism and prejudice against homosexuals. Saying that social, cultural and institutional homophobia has been entirely banished, be that in Cuba or anywhere else in the world, would be a blatant lie.

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