Aunque entre 2003 y 2008 el Producto Interno Bruto de América Latina creció a una tasa promedio superior al tres por ciento, Osvaldo Kacef, de la División de Desarrollo de CEPAL, recordó que la cifra de pobres en la región asciende a 190 millones, de los cuales 70 millones son indigentes.
Kacef precisó que algunas actividades con alta participación laboral femenina podrían resultar muy afectadas por la crisis económica, y entre estas citó el comercio formal, servicios financieros, industria manufacturera, especialmente manufactura textil y maquila.
También el turismo, restaurantes y empleo doméstico, este último considerado para la masa femenina como una de las pocas opciones de trabajo, fundamentalmente para las inmigrantes y personas de baja escolaridad, se encuentran entre las actividades golpeadas.
Tales planteamientos fueron hechos durante la 42 Reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer, órgano subsidiario de la CEPAL, reunida en Chile el 4 y 5 de diciembre pasados, y que reúne a las autoridades encargadas de la situación de las mujeres y las políticas para garantizar la equidad de género en los países.
En el encuentro se resaltó que atendiendo al panorama económico mundial también serán mayores las inequidades y la desprotección social entre las pobres.
La Mesa Directiva debatió sobre el impacto de la crisis en la situación de las mujeres; los preparativos de la XI Conferencia Regional que se realizará en Brasil, en 2010, y la Campaña de Naciones Unidas para eliminar la violencia contra el sexo femenino.
A su vez, los participantes instaron a que se cumplan los compromisos establecidos para la asistencia oficial al desarrollo y pidieron incrementar los esfuerzos para evitar que el gasto dedicado a las políticas sociales se reduzca, principalmente el que fomenta la igualdad de género.
La advertencia de la CEPAL sobre los efectos que tendrá en la mujer la crisis económica —que ya ha provocado el despido de varias miles de personas en distintos países—, tiene lugar en momentos en que es notable la diferencia entre la cantidad de personas de uno y otro sexo que trabajan.
De acuerdo con ese organismo, un 51 por ciento de las latinoamericanas de entre 15 y 65 años de edad trabajan, frente a un 76 por ciento de los representantes del sexo masculino.
La elevada tasa de desocupación femenina se dispara hasta el 20 por ciento en la región entre quienes pertenecen a los sectores de menores ingresos, según la CEPAL.
Mientras, la desocupación afecta al 6,7 por ciento de la población económicamente activa masculina, índice superior en ellas, que es del 9,3 por ciento.
También el turismo, restaurantes y empleo doméstico, este último considerado para la masa femenina como una de las pocas opciones de trabajo, fundamentalmente para las inmigrantes y personas de baja escolaridad, se encuentran entre las actividades golpeadas.
Tales planteamientos fueron hechos durante la 42 Reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer, órgano subsidiario de la CEPAL, reunida en Chile el 4 y 5 de diciembre pasados, y que reúne a las autoridades encargadas de la situación de las mujeres y las políticas para garantizar la equidad de género en los países.
En el encuentro se resaltó que atendiendo al panorama económico mundial también serán mayores las inequidades y la desprotección social entre las pobres.
La Mesa Directiva debatió sobre el impacto de la crisis en la situación de las mujeres; los preparativos de la XI Conferencia Regional que se realizará en Brasil, en 2010, y la Campaña de Naciones Unidas para eliminar la violencia contra el sexo femenino.
A su vez, los participantes instaron a que se cumplan los compromisos establecidos para la asistencia oficial al desarrollo y pidieron incrementar los esfuerzos para evitar que el gasto dedicado a las políticas sociales se reduzca, principalmente el que fomenta la igualdad de género.
La advertencia de la CEPAL sobre los efectos que tendrá en la mujer la crisis económica —que ya ha provocado el despido de varias miles de personas en distintos países—, tiene lugar en momentos en que es notable la diferencia entre la cantidad de personas de uno y otro sexo que trabajan.
De acuerdo con ese organismo, un 51 por ciento de las latinoamericanas de entre 15 y 65 años de edad trabajan, frente a un 76 por ciento de los representantes del sexo masculino.
La elevada tasa de desocupación femenina se dispara hasta el 20 por ciento en la región entre quienes pertenecen a los sectores de menores ingresos, según la CEPAL.
Mientras, la desocupación afecta al 6,7 por ciento de la población económicamente activa masculina, índice superior en ellas, que es del 9,3 por ciento.