La calle 3ra, entre 2 y 12, del Vedado capitalino, fue el escenario del pasacalle en el que participaron activistas, personas aliadas y residentes del lugar

Red Semlac / Foto SEMlac Cuba.- A ritmo de conga, activistas LGTBIQ, personas aliadas y residentes de la capital se reconocen, celebran logros  y visibilizan desafíos aún pendientes en Cuba, durante el tradicional pasacalle contra la homofobia que este año desfiló el 13 de mayo, por la calle 3ra del Vedado capitalino.


“A mí me parece muy bien que desfilen, siempre que se hagan las cosas con respeto y que todos ellos sean felices”, afirma Amelia Iglesias, de 77 años, mientras se sienta con otras dos amigas septuagenarias a ver pasar el desfile que lleva los colores del arcoíris.

La conga contra la homofobia ha sido un momento icónico de las Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia desde sus inicios en 2008. Este año se celebran bajo el lema “Por todas las familias, el amor es ley”.

Con su pequeña en hombros, Tay Ruiz, de 37 años, forma parte de quienes miran pasar el desfile. Quizá porque quiere “un mundo donde cada cual pueda decidir lo que quiere para su vida”, es que este padre cubano apoya el pasacalle desde la puerta de su casa.

“A mí me parecen muy bien que todas las personas tengan derechos, la igualdad de género y que cada cual sea como lo entienda”, confirma Ruiz a SEMlac.

A la celebración de los logros alcanzados se suma la conciencia de los desafíos pendientes, entre ellos saldar las deudas históricas con la población trans. Foto SEMlac Cuba.

Felicidad, derechos y respeto son palabras que se repiten entre quienes observan y participan en el desfile. Esta es la primera vez que se realiza la Conga luego de la aprobación del Código de las Familias; por ese motivo para muchas personas esta marcha es especial.

Mercedes García, activista por más de una década, se emociona y afirma que no pensó que podría ver los avances de la Constitución de la República y menos disfrutar hoy de la protección del nuevo Código de las Familias.

García y su pareja, Miranda Faure, también activista, han defendido su amor en las jornadas anteriores. Ambas mantienen su compromiso con el activismo porque saben que los cambios legales actuales son puntos de llegada pero, a la vez, de partida.

“Tenemos que celebrar por todo lo alcanzado, que no es poca cosa. Pero falta, todavía falta. Las leyes por sí solas no cambian la mentalidad de las personas y seguiremos luchando para cambiar esquemas y estructuras discriminatorias. Porque ahora puede surgir una doble moral en quien aprovecha su pequeño espacio de poder para seguir reproduciendo la homolesbotransfobia, aunque sea de manera solapada”, alerta García.

Alberto Roque, otro activista de larga data, también vino a celebrar a la Conga. Al igual que García valora el balance positivo de lo alcanzado, sin olvidar que la lucha por los derechos no es un camino en línea recta.

“Podemos hacer un balance muy positivo de las cosas que se han logrado, al menos en el orden legislativo, pero no tanto así en el orden cultural. Aunque tengo que decir que después de muchos años al menos la población siente que ser homofóbico es un antivalor y se ha visibilizado en el discurso público a la homofobia como un problema; la transfobia no tanto, ese un asunto pendiente”, reconoce Roque.

La Conga contra la Homofobia es un espacio de encuentro, de respeto, inclusión y disfrute de la diversidad. Foto: SEMlac Cuba

El también investigador y especialista cubano ubica los principales retos pendientes en los derechos de la población trans, pues afirma esta sigue siendo una población vulnerada y con la cual se acumula una deuda histórica.

“Hay desafíos tremendos, entre ellos que el activismo se amplíe hacia dimensiones más profeministas y con enfoques más interseccionales”, propone Roque.

Tay Ruiz es un joven padre que disfrutó el desfile junto a su pequeña. Foto: SEMlac Cuba

En ese camino de diversidad, crecimiento y ampliación de los activismos se incluyen quienes defienden los derechos de la población LGBTIQ desde su fe religiosa. Un grupo de integrantes del Movimiento Juvenil Cristiano (MEC) participa en el pasacalle con mensajes de inclusión y amor.

“Esta Conga significa también que tenemos la posibilidad de salir, visibilizar y contar con un espacio donde se comprenda que somos parte de esta sociedad y queremos compartir la alegría de vivir plenamente con nuestros derechos”, dice a SEMlac Glenda Martínez Cabrera, integrante del MEC.

Junto a otros activistas, el abogado y profesor universitario Adiel García Pérez ha venido desde Matanzas a participar en la Conga contra la Homofobia.

Para él, la aprobación del Código de las Familias también ha sido un resultado importante, pero no es el punto de llegada. Por eso le sobran las razonas para muchas más jornadas y Congas en el futuro.

“El activismo continúa porque la lucha por la equidad es prácticamente infinita y hasta que no alcancemos todos los derechos para todas las personas y la garantía del ejercicio de esos derechos entonces no vamos a acabar”, afirma García.

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