La especialista calificó como “inmensamente contradictorio” el hecho de que “un grupo de 538 personas decida por 300 millones quién va a ser su presidente”.
Tampoco avizoró cambios en la política exterior de EEUU hacia Venezuela, por considerar que, independientemente de quien esté en la Casa Blanca, en EEUU quien gobierne “es una política de Estado, no de un partido”.
Para elegir al Presidente de los Estados Unidos se aplica la modalidad de sufragio indirecto mediante la decisión de un colegio electoral.
–¿Cómo funciona ese sistema?
–Estados Unidos mantiene un sistema electoral que no tiene mucha relevancia hoy. El concepto del “colegio electoral” nació con la Constitución estadounidense en 1787 y supuestamente fue creado para balancear el poder del voto entre los estados del país.
Dijo que quienes controlaban el poder en ese momento –hombres blancos, ricos y terratenientes– se oponían al concepto del voto popular porque no querían dejar ese poder de decisión en manos del pueblo. “Entonces crearon un sistema en donde cada estado tiene un número de electores que corresponde con el número de congresistas y el número de congresistas corresponde con la población”, apuntó.
No obstante, para evitar que la población de esclavos tuviera mucha influencia, “los contaron como tres quintos de un ser humano y esta vulgaridad fue formalizada en la propia Constitución estadounidense. Queda escrito aún así hasta hoy”, relató.
538 electores deciden por 300 millones de personas
En la actualidad son 538 electores los que escogen al presidente y vicepresidente en Estados Unidos cada cuatro años, y estos electores normalmente son personas seleccionadas por sus partidos, aunque no pueden ser figuras políticas ni funcionarias o funcionarios, precisó Golinger.
Los electores seleccionados son juramentados ante sus partidos y se comprometen a votar a favor del candidato que lo representa. Sin embargo, estos no son obligados y podrían votar de otra manera, aclaró. “Entonces, cuando los estadounidenses van a las urnas para votar por un presidente y vicepresidente, realmente están votando por unos electores. Luego esos electores escogen al presidente y vicepresidente a puerta cerrada”, añadió.
Indicó que para que un candidato gane una elección tiene que obtener un mínimo de 270 votos del colegio electoral. “No importa si pierde el voto popular, lo único que importa es el voto de los electores”, resaltó.
Asimismo, recordó que los votos electorales de un estado se ganan con la mayoría. “Si un estado tiene 10 electores y un candidato logra 51% del voto popular en ese estado, asumiendo que los electores votan con su partido, entonces ese candidato se lleva los 10 electores, aunque todo el estado no votó por él. Allí es donde el voto popular se ve aún más irrelevante”, aclaró.
Contradicción antidemocrática
–¿Esa modalidad de voto no se contradice con el concepto mundial de libertad y democracia?
–El colegio electoral es legal porque está escrito en la Constitución de Estados Unidos. Es el sistema que se ha mantenido en EEUU durante toda su historia.Ha habido intentos de cambiarlo para implementar un sistema en donde todo se decida por voto popular, pero siempre hay intereses poderosos que impiden que el pueblo tenga el poder en sus manos.
“Los congresistas son electos por voto popular, según la Constitución, pero los presidentes no”, sostuvo Golinger, quien además calificó como una “inmensa contradicción” el hecho de que “un grupo de 538 personas decida por 300 millones quién va a ser su presidente”. A su juicio, “esa es una de las contradicciones más grandes del sistema estadounidense”.
–¿Entonces qué papel juega el pueblo durante cualquier jornada comicial?
–El pueblo está sin poder, técnicamente su voto no vale. Lo vivimos con la selección de George W. Bush en 2000. Claramente no ganó el voto popular, pero fue escogido por un pequeño margen de electores, y hasta eso estuvo en disputa porque había fraude.
Para la investigadora, en EEUU hace falta una profunda reforma del sistema electoral, “por eso también es muy cínico el hecho de que Washington critique o ‘se preocupe’ por las elecciones en otros países, como en Venezuela, cuando su propio sistema viola los conceptos más básicos de la democracia”. Ante tales consideraciones, ratificó que “el voto popular en Estados Unidos es una farsa, una pantomima”.
Atrapados en el sistema
–¿Las y los estadounidenses están de acuerdo con ese sistema?
–Honestamente creo que muchos no conocen la realidad de su sistema electoral y los que sí la conocen no la entienden. La abstención siempre es bastante alta durante las elecciones en Estados Unidos, normalmente se ubica en 40% o más.
Insistió en que si hubiera un referéndum nacional sobre el sistema electoral en EEUU, sin duda la mayoría votaría para cambiarlo. “Creo que cualquier pueblo quisiera tener el poder en sus manos para elegir a su representante máximo. Otra cosa no se puede considerar una democracia verdadera”, acotó.
Además, lamentó que el pueblo estadounidense no cuente hasta ahora con una buena capacitación política como la que han tenido en otras naciones. “No es un pueblo politizado como el venezolano. Es un pueblo drogado con consumismo y atrapado en un sistema laboral que no les permite tiempo para pensar y debatir ideas”, detalló.
–¿Por qué las opiniones de quienes se oponen no son visibilizadas en los medios?
¿Tienen miedo a expresarse públicamente o los tienen vetados?
–Las opiniones disidentes en Estados Unidos no se ven en los medios porque estos no les dan cobertura. Allí existen medios alternativos pero son invisibles, y los medios masivos comparten los mismos intereses que los grupos de poder, por lo tanto, no les interesa divulgar opiniones que ponen en evidencia sus contradicciones. Hay un fuerte bloqueo informativo dentro de EEUU contra quienes expresan ideas fuera del sistema bipartidista en el país.
Relaciones con Venezuela empeoraron con Obama
De volver a ganar Barack Obama en estas elecciones, ¿considera que las relaciones con Venezuela mejorarían?
–No importa quién esté en la Casa Blanca, la política exterior de Estados Unidos seguirá siendo igual. Es una política de Estado, no de un partido. Obama ha mantenido todas las mismas políticas de Bush y hasta ha ampliado las guerras y agresiones en el mundo.
Recordó, en ese sentido, que “lo sucedido en Libia fue una guerra de Obama” y que “ahora siguen sus agresiones contra Siria e Irán”. Dijo que el actual Mandatario de Estados Unidos ha ampliado el uso de aviones no tripulados para misiones “de asesinato selectivo” en Pakistán, Yemen y África. “También mantiene una ‘lista de matar’, con nombres de personas que él mismo escoge y luego decide asesinarlos, sin derecho a nada, a ninguna defensa o debido proceso”, añadió.
Golinger agregó que el mandatario también firmó una ley que autoriza la detención indefinida de ciudadanas y ciudadanos estadounidenses sin el debido proceso y sin ningún derecho, simplemente bajo una sospecha de ‘terrorismo’.
“Además Obama ha incrementado el financiamiento a grupos antichavistas en Venezuela y a grupos en Miami que buscan derrocar la Revolución Cubana. Entonces para mí no hay diferencia entre él y los otros presidentes en EEUU”, sentenció.
Incluso, considera a Obama mucho más peligroso que Romney, “porque su color de piel, su tono de voz y su sonrisa les hacen pensar a muchos que es su amigo, o que es un ‘buen hombre’”.
Al respecto, sugirió que tal vez sea un buen hombre, pero no por eso deja de ser el Jefe de Estado de una superpotencia que consume la mayoría de los recursos del mundo y que quiere mantener una dominación mundial.
Advirtió la investigadora que “Obama trabaja para esos intereses, por lo tanto no es un hombre del pueblo, ni es amigo de los pueblos”, por ello no cree que las relaciones con Venezuela vayan a ‘mejorar’ si es reelecto. “Bajo la gestión de Obama han empeorado las relaciones con Venezuela. Hoy ni siquiera conversan los dos países”, destacó.
Golinger estimó que quizás el Mandatario norteamericano no vaya a ejecutar una guerra contra Venezuela, pero tampoco cree que vaya a tenderle la mano. “Él no se encarga de la política exterior del país, eso lo hace el Departamento de Estado, y allí hay gente que mantiene la política de Estado del país”, reiteró.
Recalcó, de igual modo, que “la política de Estados Unidos hacia Venezuela no es amistosa, y no va a ser amistosa mientras Chávez sea Presidente”, dado que “la postura de Washington es contra Chávez. No van a ser amigos, van a seguir intentando socavar su Gobierno mientras siguen consumiendo el petróleo venezolano”
Financiamiento a la oposición seguirá
–Y si Mitt Romney fuera el nuevo presidente de los Estados Unidos, ¿cree que habría un cambio en la política exterior con Venezuela?
–Mitt Romney ladra mucho, pero a la hora de actuar tampoco creo que haría mucho más de lo que ha hecho Obama. Romney, al igual que Obama, no quiere afectar los precios del petróleo, por lo que no va a dificultar aún más las relaciones con Venezuela.
Según Eva Golinger, es probable que Romney utilice un lenguaje más agresivo contra Venezuela. “De hecho, está usando una propaganda de campaña en español en donde menciona a Chávez y usa imágenes alusivas a él para intentar desacreditar a Obama”, asintió.
Sin embargo, reconoció que Romney es un hombre de negocios y aunque no buscaría mejorar la relación con Venezuela, tampoco haría algo para afectar la relación comercial.“Eso no quiere decir que no apoyaría a la oposición y los esfuerzos para desestabilizar al Gobierno. El financiamiento a la oposición antichavista seguirá con Romney o con Obama, así como la clasificación de Venezuela en todas las ‘listas’ del Departamento de Estado”, denunció la analista.
Además, alertó que si Romney nombrara a Otto Reich, Roger Noriega o “gente de ese grupo de halcones locamente obsesionados con Chávez y Fidel”, tal vez la historia sería otra, ya que con estas personas en el poder, “cualquier cosa sería posible y no sería buena para Venezuela”.
“Mi predicción es que gana Obama. Aunque las encuestas demuestran un empate técnico, en las últimas horas Obama ha recibido un impulso de apoyo por su respuesta ante el huracán Sandy”, avizoró.
Mencionó que el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, un multimillonario empresario y conservador, acaba de declarar su apoyo a Obama, y alegó que este era el único que tenía políticas para tratar directamente el tema del cambio climático, mientras que Romney lo ignoraba.
“Entonces, la crisis a últimahora salió a favor de Obama”, reflexionó la escritora.
Latinoamérica libre y soberana
–¿Qué impacto tendría en Latinoamérica el triunfo de cualquiera de estos dos candidatos?
–Realmente no creo que los resultados electorales en Estados Unidos vayan a impactar mucho a América Latina. Washington ha perdido influencia y relevancia en la región. América Latina no es una prioridad para el Gobierno estadounidense. Tal vez Romney buscaría más oportunidades económicas en la región, pero no creo que sea algo de impacto.
Para Eva Golinger, Latinoamérica ha tomado un rumbo nuevo y propio, ya que no depende tanto de Estados Unidos, es libre y soberana con sus propios mecanismos de intercambio, sus propias organizaciones multilaterales y hasta sus propios bancos y monedas regionales. “Lo que sucede en Washington ya no es prioridad para América Latina. Lo que sucede en América Latina es lo que importa”, puntualizó.
Martianos-Hermes-Cubainformación
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