"El deber de todo revolucionario es hacer la Revolución" - Fidel Castro, 4 de febrero de 1962.

Alberto Buitre - Oficio Rojo - Corresponsal de Cubainformación en México.- Se cree que la prensa cubana es de sobremanera triunfalista y lejana a la crítica. Este es un juicio que se basa en los errores que sin duda se han cometido a lo largo de 54 años de Revolución.


Errores lógicos, inminentes y hasta necesarios, pero que se ponen bajo una lupa que todo lo maximiza como siempre pasa, ya con Cuba o con cualquier otro país, región o fuerza revolucionaria que trabaja en la construcción de un modelo político, económico y cultural alejado de las condiciones impuestas por el capitalismo en todos los órdenes - incluido el del periodismo-, y que, por si fuera poco, está cada segundo, de cada minuto, de cada día, todo el tiempo, acosado por fuerzas externas que pretenden sabotearle.

Entonces ¿a través de qué lente vamos a mirar el periodismo en Cuba? ¿Basados en la lógica de las relaciones mercantiles del sistema capitalista, o a través del proceso inacabado de construcción socialista?

A veces muchos periodistas, blogueros, analistas sobre Cuba, dentro o fuera de la Revolución, se olvidan que esta isla asumió hace 51 años la tarea de construir el socialismo sobre bases científicas con el anhelo de pasar a la edificación de la sociedad comunista. Esto, se sabe, ha supuesto la eliminación del viejo Estado burgués, que además de explotador inhumano de la clase trabajadora del campo y la ciudad, era cruelmente dictatorial y, por si fuera poco, remataba todos los recursos del país a las mafias estadounidenses.

Hizo falta una Revolución para acabar con más de 50 años de saqueo; 50 años para continuar la obra de José Martí y el heroico cuerpo revolucionario de mambíses. 50 por 50, y apenas ha terminado la purga de la ocupación que, no obstante, se niega a largarse. Lo que sigue, es solo ver para delante.

Pero no sólo se trata de un proceso histórico, sino de un proceso objetivo. Un proceso revolucionario marcha todo el tiempo, a veces un paso adelante y dos hacia atrás, como enseñó Lenin.

Al respecto, Fidel a nadie engaño en la Segunda Declaración de La Habana de 1962:

“Las condiciones subjetivas de cada país, es decir, el factor conciencia, organización, dirección, puede acelerar o retrasar la revolución según su mayor o menor grado de desarrollo, pero tarde o temprano en cada época histórica, cuando las condiciones objetivas maduran, la conciencia se adquiere, la organización se logra, la dirección surge y la revolución se produce”.

En Revolución socialista, el periodismo no sólo cumple el papel de informar; sino es, sobre todo, una herramienta organizativa del proceso revolucionario. Así, quien quiera ver a Granma o Juventud Rebelde, haciendo las veces de El País o Washington Post, quizá parta de una aspiración legítima, pero se olvida de los objetivos primigenios que para el periodismo ha dictado el marxismo-leninismo. Porque somos comunistas. Espero que a estas alturas no exista quien aún no haya entendido de qué trata esta película; de lo contrario, se ha perdido de casi 89 años de contexto, desde la Agrupación Comunista de La Habana de Julio Antonio Mella, hasta la 1ra Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba.

¿Qué en general las tareas informativas de los medios no oficiales, periódicos, revistas, blogs y redes sociales, deben asumir el dictado del Vicepresidente Miguel Díaz-Canel, de no tener al silencio como política editorial? Sin duda. ¿Qué los periodistas dentro de la Revolución” tenemos que estar dialogando, argumentando, discutiendo para poder lograr que en esa diversidad de información”? Absolutamente.

Y ya lo hacemos, me parece. El discurso del Vicepresidente Díaz-Canel considerado como una crítica al silencio de la prensa en Cuba sobre los problemas de la isla, más que un reclamo, me parece un aliento a las tareas que el periodismo cubano ya viene realizando desde hace ocho años, al menos. Tanto, que hasta algunos han aprovechado los escollos para intentar generar contrarrevolución con dinero estadounidense y amenazan con berrinches de adolescente tardío de fundar periódicos digitales en la isla, como si eso fuera algo nuevo. Yo pregunto ¿qué no es eso un signo de la nueva movilidad del periodismo cubano?

Cualquier periodista en Cuba puede opinar lo que le venga en gana, subirlo a su twitter o blog. Ejemplos hay varios. Desde los corresponsales extranjeros, hasta Yoani Sánchez, Havana Times y todos los que vienen detrás.

Pero ojo: Que a nadie se le olvide que esto es una Revolución.

El Presidente Raúl Castro puso el acento en la Conferencia Nacional del PCC en enero del 2012:

“Nuestros adversarios y hasta algunos que simpatizan con nosotros, abstrayéndose de la historia de permanente agresión, bloqueo económico, injerencia y el cerco mediático, expresado en las incesantes campañas de la prensa supuestamente libre, subordinada en su mayoría a los intereses imperiales predominantes, todo lo cual ha debido enfrentar la Revolución Cubana, nos exigen, como si se tratara de un país en condiciones normales y no una plaza sitiada”.

¿Es que el Partido Comunista de Cuba pretende pasar las críticas como injerencia?

Hay que ver lo que en ese mismo discurso planteó el Presidente:

“Es preciso acostumbrarnos todos a decirnos las verdades de frente, mirándonos a los ojos, discrepar y discutir, discrepar incluso de lo que digan los jefes, cuando consideramos que nos asiste la razón, como es lógico, en el lugar adecuado, en el momento oportuno y de forma correcta, o sea, en las reuniones, no en los pasillos. Hay que estar dispuestos a buscarnos problemas defendiendo nuestras ideas y enfrentando con firmeza lo mal hecho”.

Y más aún:

“Ya hemos dicho en otras ocasiones y así también se recogió en el Informe Central al 6to. Congreso, que lo único que puede conducir a la derrota de la Revolución y el Socialismo en Cuba, sería nuestra incapacidad para erradicar los errores cometidos en los más de 50 años transcurridos desde el primero de enero de 1959 y los nuevos en que pudiéramos incurrir en el futuro.”

¿Errores? Sin duda. Pero que nadie se preocupe que la construcción del socialismo-comunismo cuenta con una herramienta fundamental que ni el capitalismo ni otro sistema cuenta: una Revolución es, ante todo, dialéctica; lo que asegura como nadie, la asimilación de las fallas y su transformación en victorias inminentes. Ya el Vicepresidente Díaz-Canel en su "Crítica al silencio" no ha hecho sino dar muestra de ello: que en periodismo como en todos sus ámbitos, Cuba va. 

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