Por Lorenzo Gonzalo*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.- El caso de Edward Snowden, empleado de la CIA y técnico de la Agencia Nacional de Seguridad, diariamente continúa escalando en importancia.


Hace unos días el Presidente Obama declaró a unos periodistas que no se podían detener las obligaciones de Estado por un asunto semejante, pero los acontecimientos parecen indicar que esto no es posible de manera absoluta.

La declaración del Presidente ocurrió después que los organismos más importantes del país se dieron a la tarea de satanizar a este joven de 30 años que decidió informar a la prensa, de las asiduas violaciones cometidos por los órganos de inteligencia y la complicidad de los principales servidores de las redes de internet, para vigilar a sus clientes.

El padre de Snowden acaba de publicar una carta abierta a su hijo, asesorado por su abogado, apoyándolo por lo que había hecho y elogiándolo por confrontar “el creciente peligro de la tiranía”, una clara manifestación que intenta politizar el caso.

Evidentemente que se trata de un caso político para Estados Unidos de Norteamérica, pero además es un caso político de naturaleza internacional, porque también ha puesto al descubierto faltas éticas de Estado que representan sendas acusaciones relativas a las relaciones internacionales que Estados Unidos practica con países aliados.

No sabemos las razones que el padre de Snowden pueda tener o quiénes están detrás para intentar poner en perspectiva este caso. Es significativo que un ingrediente de esta naturaleza, más político que paternal, surja precisamente a pocas horas de conocerse las intromisiones de inteligencia en la vida de la ciudadanía alemana.

El gobierno estadounidense ha hecho lo indecible desde el primer instante, por presentar el caso como traición, espionaje y cosas por el estilo.

A la luz del protagonismo de Weekileaks en relación a este caso, cuyos adeptos y cooperadores se han encargado de monitorear a Snowden, ayudándolo y desplegando campañas internacionales para protegerlo del alcance de los servicios de inteligencia estadounidense, era de esperar una movida de este tipo.

Puede ser coincidencia y la mera actitud de un padre preocupado por su hijo, pero el contenido de las declaraciones en sí, abren una puerta para sacar a Snowden de la arena internacional y buscar una avenida que acalle el escándalo.

Weekileaks es una página interactiva de internet, por medio de la cual se denuncian procedimientos oscuros de los Estados, pero principalmente afecta a Estados Unidos de Norteamérica por ser éste el Estado agresivo por excelencia. Desgraciadamente muchos de quienes cooperan y facilitan estas labores son en gran medida más antiestadounidenses que luchadores objetivos por un mundo de paz.

Hay quienes piensan que la paz solamente es posible a través de la guerra y hay quienes pensamos que la paz se alcanza con firmeza en la apreciación objetiva de las circunstancias y evitando las confrontaciones a toda costa. No es necesario contar con boxeadores que sean máquinas ciegas de golpear, sino estilistas que sepan evadir el golpe del adversario hasta hacerlo perder su dominio del cuadrilátero.

El llamado que el padre de Snowden ha hecho, está dirigido a apartar a Weekileaks del caso, lo cual en justa apreciación estamos seguros que es más del interés de la Agencia Nacional de Seguridad que de un padre preocupado por el bienestar de su hijo. Excepto que se trate de un padre muy politizado, militante y actualizado en los menesteres internacionales, en cuyo caso estaría de acuerdo con la Agencia.

Para aplacar a la ciudadanía, el Director Nacional de Inteligencia acaba de declarar ante el Congreso, que sus declaraciones al mismo al principio de este año, diciendo que la Agencia Nacional de Seguridad no colectaba datos de ciudadanos estadounidenses, “fue incorrecta”.

Estas interacciones de la prensa, aun cuando usualmente es partidaria, con la ciudadanía, las sesiones del Congreso que son visibles y públicas y los manejos internacionales de las informaciones, contribuyen indiscutiblemente a perfeccionar los procedimientos del gobierno.

La última salvajada de registrar en Viena el avión donde viajaba el Presidente Evo Morales con el pretexto de que Snowden quizás viajaba en el mismo y por otro lado la carta de su padre, nos hace pensar que Washington considera esencial sacar a este patriota de la arena internacional y posiblemente esté dispuesto a otorgarle al caso una naturaleza política. De ser así la acusación cambiaría en esencia y sólo se trataría de un incumplimiento de Snowden con el organismo estatal.

Cada minuto que pase sin solucionarse el asunto, es un minuto perdido. Por todos los medios es necesario calmar el avispero internacional, especialmente porque la desesperación obliga a cometer faltas como esta de la detención del avión presidencial boliviano.

Así lo veo y así lo digo.

*Lorenzo Gonzalo, periodista cubano residente en EE.UU., Subdirector de Radio Miami.

Enviado por el autor a: Martianos-Hermes-Cubainformación

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