Por Lorenzo Gonzalo*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.- Gobernar en Estados Unidos de Norteamérica es una actividad de desgaste para quienes administran el Estado y para quienes reciben las consecuencias de las estériles luchas asociadas a la existencia de un Poder dividido.
George Washington tuvo razón cuando se opuso a la existencia de partidos políticos, aunque nunca ofreció soluciones para garantizar un proceso que protegiera una división institucional de los criterios.
Lo más difícil de la democracia representativa no es respetar el criterio de las minorías, lo cual es fácil pues esta representa sólo el 1% de la población mientras posee más del 50% de las riquezas y decide en la mayor parte de las legislaciones y actos del gobierno. El dilema es cómo permitir que el 99% tenga acceso y sobre todo, se interese, se estimule y anime a participar en la Administración del Estado.
El buque insignia de la Administración de Obama ha sido la Ley llamada Affordable Care Act o algo así como “Ley del cuidado asequible de la salud”. Vulgarmente en el léxico popular y político se le llama Obamacare o el Cuidado a la salud de Obama.
Este es el mayor legado nacional que dejará Obama. La Ley está llena de fallas y aunque debe ser discutida para mejorarla, bajo ninguna razón puede ser desprovista de fondos para su implementación. Entre otras cosas, permite adquirir seguros a precios normales de mercado a personas enfermas o con antecedentes de enfermedades recurrentes.
En las discusiones sobre el presupuesto de la nación, los republicanos han adoptado la actitud de decir que apoyan un aumento del techo de la deuda a cambio de que el nuevo sistema de salud mencionado, no reciba fondos y por consiguiente no sea puesto en vigor hasta más adelante.
O sea, la Ley insignia de los demócratas, bajo la presidencia de Obama, es la causa única para jugar con la credibilidad del país y con una economía que, aunque maltrecha por el desastre financiero del 2007 y 2008, ha logrado ponerse sobre sus pies y hace sus primeros intentos por caminar.
Es todo un juego que se realiza porque la alternancia del Poder se ha visto afectada con el pequeño éxito obtenido por esta Administración. Pero en esta trifulca también incide el desarrollo obtenido en los últimos años, por el movimiento más conservador de Estados Unidos: el Tea Party.
Realmente no se trata de un partido político.
Se trata de una corriente muy conservadora de la sociedad estadounidense que denota un fraccionamiento social producto quizás de las inconsistencias existenciales que su administración económica genera.
Esto puede ser bueno a largo plazo, dando al traste finalmente con una verdadera revolución política, perfectamente factible dentro del sistema organizativo de Estado. Pero puede ser también muy peligroso. El tema es difícil, escabroso y quizás lo consideremos en próximos artículos.
Existe un poco de todo en este show político perverso que presenciamos en Washington estos días. Pero la razón principal es el maléfico hábito de convertir las legislaciones en un asunto electoral y por el otro la temible presencia de un grupo que representa el 18% de la ciudadanía y cuya filosofía desprecia al prójimo, planteando un aislacionismo que ningún país y ningún ciudadano racional puede aceptar como idóneo.
Para quienes han seguido el asunto del techo de la deuda y para quienes no se han preguntado qué significado tienen esas dos palabras quiero resaltar las declaraciones hechas en el día de hoy por el señor Warren Buffet.
Refiriéndose a estas discusiones del Congreso, Buffet comentó que la ley que estableció un límite a la deuda nacional de Estados Unidos de Norteamérica, fue creada en el año 1930, con el propósito de otorgar al gobierno mayor flexibilidad para pedir dinero prestado cuando este hiciera falta.
El multimillonario Warren Buffet dijo que “no honrar la deuda del Estado es similar a una bomba atómica”.
Ben Bernanke, quien preside la Reserva Federal dice que le “techo de la deuda no tiene sentido de existir y solamente ha servido para que los políticos la encuadren y la usen para debatir sobre supuesto gastos excesivos del gobierno, cuando de hecho la Ley nada tiene que ver con gastos futuros. La misma sólo le da al tesoro la flexibilidad de pedir prestado en relación a gastos que han sido aprobados previamente por el Congreso”.
Dice Buffet que amenazar con no levantar el techo de una deuda “después que Ud ya gastó el dinero” es un “arma política de destrucción masiva, comparable con el uso de gas venenoso y no debe ser usado por ninguno de los dos partidos”.
Continúa diciendo Buffet: “yo sé que ha sido usado en el pasado, pero nosotros usamos la bomba atómica en 1945 y luego decidimos que no haríamos algo semejante de nuevo”.
El legendario multimillonario, a quien algunos llaman el Oráculo de Obama, manifestó para varias cadenas noticiosas, que espera que Estados Unidos no hará nada que dañe la credibilidad crediticia que ha forjado por 237 años “pagando a tiempo sus deudas” y si lo hace será un “acto de pura idiotez” e “insano”.
Añadió Buffet que la “validez del crédito es como la virginidad, que puede preservarse pero no puede ser reparada con facilidad”.
En cuánto a sus inversiones dijo que el “jamás he hecho una inversión pensando lo que Washington vaya a hacer”, porque la mayoría de los inversionistas invertimos “a largo plazo”.
Lo que dejó de mencionar el multimillonario es que un desequilibrio en los mercados, como consecuencia de eso que él llama “pura idiotez”, sería de graves consecuencias por varios años para la inmensa mayoría de una ciudadanía que a penas está saliendo de la crisis creada por una desregulación canallesca de la economía y una guerra en contra de un país, cuyo único delito es poseer petróleo.
Momentáneamente parece que las partes llegan a algún acuerdo. Esperemos que el proceso de mejoramiento del sistema de salud del país no salga perjudicado. Por el contrario, esperemos que sea perfeccionado hasta llegar al punto de existir un solo pagador.
Así lo veo y así lo digo.
*Lorenzo Gonzalo, periodista cubano residente en los EE.UU., Subdirector de Radio Miami.
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