Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- Europa Press desde Bruselas reporta este 29 de Abril que la Unión Europea y Cuba esperan pactar “una hoja de ruta” para las negociaciones del nuevo acuerdo de diálogo político y cooperación en la primera ronda que acogerá La Habana este martes y miércoles.

La información destaca palabras del director para las Américas del Servicio Europeo de Acción Exterior, Christian Leffler, quien encabezará las negociaciones por la parte europea con el presupuesto de sus propias palabras expresadas a la Comisión de Asuntos Exteriores de la Eurocámara el pasado mes de Marzo, a saber:

“Lo rápido que progresemos dependerá mucho de cómo reaccionarán los cubanos a la agenda que hemos fijado. Son bien conscientes de que cualquier acuerdo con la UE incluirá las disposiciones normales sobre gobernanza, democracia, Derechos Humanos y no proliferación de armas de destrucción masiva. Informalmente han confirmado que no será un problema para ellos. El demonio está en el detalle, pero en principio están de acuerdo” —las negritas son mías.

Además, apunta Europa Press como eco del señor Leffler que el propósito de las negociaciones con la Mayor de las Antillas “no es cambiar fundamentalmente nuestra política hacia Cuba” cuyos objetivos se conocen “desde hace tiempo”. “Son apoyar el cambio y la modernización de la isla, defender y promover los Derechos Humanos, ampliar el espacio para los cubanos individuales a ejercer sus libertades fundamentales. Esto sigue sin cambios” —las negritas son mías.

Así, pregunto: ¿Será incongruente lo que acabo de señalar con lo acontecido al calor del recibimiento del Premio Sájarov por Guillermo Fariñas a principios de Julio último, oportunidad en la cual “el pleno de la Eurocámara le [dedicó] una sonora ovación como muestra del reconocimiento por su lucha en defensa de la libertad y los derechos humanos en Cuba”?

(Le sugiero a mi lector/a tener en cuenta que se trata del mismísimo fariseo que ante el tributo de cubanas y cubanos a las 73 víctimas del avión abatido en Barbados, aparece en una foto con personajes de la catadura del mafioso-terrorista Luis Posada y el par Hubert Matos; al tiempo que no pase por alto las razones que le asiste a Justo Cruz para exponer que los gusanos cubanos son “sui generis” al codearse “con partidos y organizaciones de extrema derecha y fascistas”).

Entretanto, es indudable que La Habana impulsa el perfeccionamiento del con la brújula de sus Lineamientos: ahí está cómo pulsamos la actualización de nuestro modelo a partir de un sostenido y cada vez más democrático quehacer político-administrativo; ahí está cuánto esperamos de la profunda y revolucionaria transformación de la vida del país a través de medidas como la que incentiva la Inversión Extrajera; ahí está…

Es decir, estamos construyendo un escenario que debe conducirnos a dejar atrás las ataduras que entorpecen la edificación de una sociedad representativa de cuánto vale para la triada Persona-Sociedad-Naturaleza un sistema económico-social e ideo-político que privilegie la prosperidad de infantes, adolescentes, jóvenes y adultos, de Mujeres y Hombres.

Caben, pues, otras interrogantes:

¿Cuánto de garantía tiene la actualización del modelo económico cubano para la dinámica de la Unión Europea? ¿Estará la “Culta” Europa en condiciones de desaprovechar las oportunidades que están emergiendo en el archipiélago nacional cubano? ¿Acaso deja de ser cierta la contradicción inter-imperialista cuando se trata de amamantar capital propio —verbigracia, U.E-USA de cara a la actual coyuntura económica en la Isla?

En este contexto, como manifesté 18 meses atrás en ¿Unión Europea cambia respecto a Cuba?, pienso que en el asunto de las relaciones del Viejo Continente con el Caimán Verde está actuando el hecho que vivimos lejos de ser aislados por el Empresariado mundial, amén de honrar la máxima martiana “Cuba no anda de pedigüeña por el mundo”; sin descartar que una actitud ¿civilizada? de Bruselas respecto a La Habana en el fondo anhele complementar más subversión ideológica . Es el tema que posteriormente ratifiqué en Cuba: ¿Buenas expectativas con la Unión Europea? —todavía más ante hechos que descalifican el Premio Nobel de aquella comunidad de naciones.

Por tanto, las transformaciones que tienen lugar desde La Habana constituyen una oportunidad que el sentido común lleva a que Bruselas no desaproveche; al tiempo que no hay por qué dudar que ella va a persistir en complementar la labor de Washington vs. la esencia de nuestra Revolución. Tal es/será la ruptura y continuidad, respectivamente, en este orden de ideas.