Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- Seis años atrás, tuve a bien referirme al Día Internacional de los Trabajadores desde sus orígenes en el mundo y en Cuba, así como a las razones que teníamos entonces para celebrar la efeméride en todo el archipiélago nacional. 
Hoy, vuelvo al 1ro. de Mayo en nuestro país para apreciar los goces que nos proporciona la Revolución y subrayar retos ineludibles, así como significar la responsabilidad de cubanas y cubanos con un devenir floreciente.


Pienso que al cabo de cinco décadas y media del Gran Enero, la primera gran satisfacción que tenemos como pueblo radica en el hecho de haber conservado los más caros logros del proyecto revolucionario en la Mayor de las Antillas: exhibimos una obra en Educación, Salud, Cultura, Ciencia, Deporte, Seguridad ciudadana… que, de la mano con la auténtica Soberanía nacional, es orgullo de compatriotas.

Acredito que cualquier persona medianamente informada y con sentido de imparcialidad reconoce el desempeño educacional en Cuba; el visto bueno de la OPS/OMS a la calidad de vida que tiene garantizada la población; y el prestigio de Instituciones y Personalidades, incluso a instancia de la UNESCO, en manifestaciones del Ballet, la Música, las Artes Plásticas, las Letras.

Otro tanto acontece en el marco de la Ciencia (dígase que Cuba contará con nueva generación de medicamentos de la Biotecnología) y el Deporte (un regalo reciente está en Compra dorada en diversas latitudes); al tiempo que mucho puedo alegar alrededor de la Seguridad ciudadana (basta decir que ni remotamente la familia cubana está preocupada con la tranquilidad de sus descendencias en las Escuelas y Barrios —ver “España: acusado elmundo.es de comunista” y ¿De qué será “sospechoso” Fernando Ravsberg?).

Un dato extraordinario acompaña lo antes expresado: ¡Absolutamente ninguna administración desde Washington ha logrado arrebatarnos la Libertad e Independencia de la Patria!

Como si fuera poco, al calor del perfeccionamiento de nuestro quehacer en todos los ámbitos de la nación cubana presentamos decisiones trascendentales a la luz de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución que asoman los primeros frutos —al margen de sinsabores— en términos de complacencia de la mayoría del pueblo: encuentro suficiente con mencionar la reforma migratoria, el trabajo a favor de la Inversión Extranjera y la descentralización de la gestión empresarial que incluye autonomía sobre el sistema de pago a los trabajadores/as, entre otras medidas de similar significación.

En este contexto, sin embargo, considero oportuno no cocinarnos en lo que hemos tenido que sufrir en las últimas dos décadas. Es verdad que existe una Guerra en cuanto terreno puede hallar Washington contra nuestro pueblo multiplicada por el infinito, sumada a la negativa repercusión de la crisis económica internacional y a la no pocas zancadillas de la Naturaleza. Pero también es incuestionable la persistencia de lastres subjetivos que inmovilizan el ritmo que necesitamos para dejar cuanto antes atrás numerosas calamidades.

En paralelo, reitero que antes de manifestar una crítica desmedida debemos meditar primero que una cosa es la equivocación por no estar en capacidad de hacer algo mejor —verbigracia, las imperfecciones, deficiencias e insuficiencias de alguien sin experiencia en cualquier actividad de la vida— y otra un error o desatino por negligencia y otras causas por el mismo estilo. Se puede advertir que la Maestría en todas las profesiones la concede la experiencia, porque “más sabe el Diablo por viejo que por Diablo” —enseña un refrán.

Al mismo tiempo, vuelvo a significar la necesidad de combatir resueltamente las aristas de la ¿oposición?. ¿Hasta cuándo vamos a seguir dándonos el “lujo” de soportar la realidad que devela cómo más de un directivo exhibe oídos sordos ante las inquietudes de personas humildes y, bochornosamente, muchas veces “el cuartico sigue igualito”? ¿Qué medida se aplicó con los responsables de incumplimientos por razones subjetivas? ¿Cuánto más puede-debe hacerse en esta trama, teniendo en cuenta que las personas menos favorecida en la Isla reclaman-exigen-apremian de resultados superiores a los obtenidos?

Lamentablemente, es un hecho que a la “oposición” que constituye un puente vs. la Revolución, a la “nueva” ¿izquierda? que desde el patio le sirven en bandeja de Plata al enemigo de nuestro Socialismo y a la disidencia cubana amamantada por Washington, objetivamente se suman acciones contrarrevolucionarias que requieren una respuesta contundente de las Autoridades Político-Administrativa y pueblo en general —so pena de males incalculables en nuestra Patria.

En singular, en este orden de análisis pienso que mantiene plena vigencia la propuesta a la Contraloría de Cuba que complementa luchar a favor de Liborio; que este “personaje” debe auditar la permanencia-incremento de lo declarado como patrimonio de Directivos; y que el peso de la Ley ha de caer en las personas que sabían-debían saber de hechos de corrupción o algo similar.

A propósito, le recuerdo a mis lectores al Maestrísimo José Martí y su Maestros Ambulantes, aquel artículo escrito para la Revista Científica y Literaria de Santo Domingo y publicado en La América de Nueva York en Mayo de 1884 —estamos festejando asimismo sus 130 Primaveras—, entre cuyas enseñanzas consta: “Ser bueno es el único modo de ser dichoso./ “Ser culto es el único modo de ser libre. “Pero, en lo común de la naturaleza humana, se necesita ser próspero para ser bueno [las negretas son mías, para indicar lo que considero médula del asunto que analizo]”.

Es justo en la sintonía de tal percepción martiana que insisto en que hallo inaplazable edificar la ruptura-continuidad de la obra de la Revolución, al margen de ingratitud; defender-enriquecer nuestra identidad nacional/cultural ante los ataques económico-sociales, ideo-políticos, mediáticos y militares del “Norte revuelto y brutal” y sus acólitos en el exterior y en casa; no dejar espacio al apresuramiento ni a la improvisación, y ser sistemáticos; tener el oído atento a qué piensa la población y los pies bien situados en la Tierra; y el pleno entendimiento de que la mayor amenaza al reside en los errores que podamos cometer hoy y mañana.

Es así, entonces, que concibo encarar en Cuba este 1ro de Mayo: con satisfacciones, compromisos y desafíos que deben estar a la luz de los Lineamientos mencionados y exhibir los tan necesitados mejores y mayores resultados, con la urgencia de concretar cada vez más la prosperidad martiana.

 

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