"Si no estás prevenido ante los medios de comunicación, te harán amar al opresor y odiar al oprimido". Malcom X (1925-1965)

Por Justo Cruz*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.- Los ucranianos ya tienen un Rey como presidente y un boxeador como alcalde en la capital. Los países occidentales al parecer lograron sus objetivos, colocar a dos marionetas en puestos claves para convertir a Ucrania en un satélite más a su servicio.


El magnate Petro Poroshenko ganó el pasado 25 de mayo las elecciones presidenciales celebradas en Ucrania con el 54,1% de los votos. El candidato pro-occidental conocido como el “Rey del chocolate” será a partir de ahora el próximo mandatario de un país casi fuera de control y al borde de una guerra civil.

Después de anunciar su victoria en la primera ronda de las presidenciales, Poroshenko “tendió la mano” a Rusia pero descartó cualquier negociación con Putin sin la mediación de la Unión Europea y Estados Unidos.

A partir de ahora los que mandarán en Ucrania serán Barack Obama y Angela Merkel, en esto no debemos tener ninguna duda, como tampoco debemos tener ninguna duda de que ni la tan anunciada “victoria” del Euromaidán, ni las elecciones presidenciales podrán poner fin al conflicto ucraniano, todo lo contrario, el país se encuentra partido en dos y la “revolución” inventada por occidente se ha convertido en un fiasco.

Contrario a lo que los medios occidentales nos hicieron creer, una gran parte de Ucrania, fundamentalmente las regiones fronterizas en el sureste del país no aceptan el acercamiento a occidente.

Muchos se preguntan ahora, ¿cómo es esto posible? si tanto los medios como los políticos nos habían asegurado que el pueblo ucraniano se había rebelado contra su propio presidente.

La respuesta está clara: Los medios y los políticos occidentales nos volvieron a engañar deliberadamente como lo hicieron con Libia y Siria o como lo hacen ahora con Venezuela, para solo citar algunos ejemplos.

Ahora tratan de culpar a Vladimir Putin de ser el responsable del caos y la violencia en el sureste de Ucrania y de entregar armamento a los separatistas ucranianos, como si los países occidentales no apoyaran también con dinero y armamento a la Junta golpista de Kiev.

¿Pero qué ha pasado realmente en Ucrania?

Para entender el fenómeno del conflicto ucraniano lo primero que debemos tener muy claro es que lo que menos le interesa a los países occidentales en este conflicto es la instauración de la democracia y mucho menos la defensa de los derechos humanos. Ucrania fue en su tiempo una de las repúblicas más industrializada de la antigua Unión Soviética, por su territorio pasan los principales gaseoductos que surten a Europa Occidental del gas natural que se produce en Rusia. Esta es una de las razones fundamentales por las cuales los países occidentales le han echado el ojo al país. La otra razón que no debemos perder de vista es la nueve política de Guerra Fría de occidente contra Rusia por su negativa a apoyar una intervención armada contra Siria. Rusia se ha convertido en un problema para los EE.UU. y sus lacayos en sus afanes intervencionistas.

A finales del 2013 el gobierno de Yanukóvich había dado señales de un acercamiento a la Unión Europea a través de un convenio conocido como Acuerdo de Asociación y el Acuerdo de Libre Comercio a cambio de una ayuda financiera de alrededor de 600 millones de Euros. Desde luego que esta suma no sería un regalo. Esta ayuda financiera estaría condicionada a una sería de medidas nada favorables para el pueblo ucraniano como el aumento de los precios del gas y el despido del 50% de sus empleados estatales. El gobierno de Kiev estaría obligado también a firmar un tratado de cooperación con la OTAN siguiendo un plan especialmente concebido por los países occidentales para reclutar paulatinamente a todas las antiguas repúblicas soviéticas en el pacto militar.

La oferta hecha a Yanukóvich por la UE alarmó al gobierno del Kremlin que no estaba dispuesto a que Ucrania se convirtiera en el próximo satélite de la OTAN. Vladimir Putin le ofrece entonces al gobierno de Kiev un crédito de 11.000 millones de Euros acompañado de una sustancial rebaja del precio del gas. Ambas partes se comprometieron a no condicionar la ayuda a reformas que resultaran impopulares para el gobierno de Kiev.

Todo lo contrario a las exigencias del crédito ofrecido por la UE y el FMI.

El antiguo presidente de Ucrania Viktor Yanukóvich no pensó en ningún momento que aceptando la oferta de Rusia abriría una “caja de Pandora” que le costaría la presidencia. Él pensaba quizás que como presidente legítimo de un país soberano tenía la libertad de decidir a quién aliarse, y a la UE no le quedaría más alternativa que respetar su voluntad, pero se equivocó y su equivocación le costó el poder.

Los países occidentales hicieron entonces lo que siempre hacen cuando quieren derrocar a un gobierno legítimo que no actúe en correspondencia con sus intereses. “Formaron una revolución”, inventaron “líderes” y utilizaron a terroristas y a fascistas para sumir al país en el caos y la anarquía.

A esto actos intervencionistas ellos le llaman “revoluciones naranjas” o “primaveras árabes”, actos de vandalismo internacional que no tienen otro objetivo que el de apoderarse de los recursos naturales de las naciones más débiles.

Es así que a finales de 2013 miles de manifestantes se empezaron a congregar en la Plaza de la Independencia de Kiev para protestar contra la política del gobierno de Viktor Yanukóvich. Este tipo de manifestaciones suceden casi a diario en muchas ciudades europeas, siendo en su mayoría reprimidas violentamente por los órganos represivos. España y Grecia son los mejores ejemplos. En ninguno de los casos ningún gobierno se ha visto obligado a dimitir.

Pero en Kiev ocurrió todo lo contrario, Viktor Yanukóvich, el presidente constitucional de Ucrania fue expulsado violentamente del poder a través de un golpe de estado que no hubiera sido posible sin el apoyo militar y logístico de los EE.UU., Alemania y otros lacayos europeos.

Si usted observa un mapa de Europa donde están señalados los países miembros de la OTAN podrá constatar con que descaro la OTAN ha estado reclutando una por una a las antiguas repúblicas soviéticas.

Los países miembros de la Organización del Tratado de Atlántico Norte después de haber reclutado a la mayoría de los países del antiguo campo socialista en Europa como Polonia, Bulgaria, Hungría, Rumania, República Checa, Eslovaquia,  en un intento por debilitar militarmente a Rusia, pasaron entonces a reclutar a las antiguas repúblicas soviéticas  Eslovenia, Estonia, Lituania. En la lista de espera se encuentran Ucrania y Georgia.

Existe una entrevista a Vladimir Putin que se ha hecho muy famosa en la que un periodista alemán le comenta que Rusia no debía preocuparse porque según la OTAN su sistema de escudo anti misiles estaba destinado a defender a sus países miembros de una agresión por parte de Irán. Al presidente ruso le da un ataque de risa y finalmente le comenta al periodista que ya lo miraba con cara de no buenos amigos: “Usted me ha hecho reír y eso siempre es muy bueno al final de una larga jornada de trabajo. Qué Dios le bendiga”.

Esta entrevista ha quedado para la historia como prueba de lo que los rusos realmente piensan (saben) sobre la OTAN y sus verdaderas intenciones.

Jamás he sido un simpatizante de Vladimir Putín pero hay que reconocer que debemos agradecerle a Rusia el hecho de que los países occidentales no hayan podido apoderarse de Siria con la misma facilidad con la que lo lograron con Libia, a fuerza de cohetes y manipulando a la opinión pública internacional. También debemos agradecerle que tampoco puedan apoderarse de Ucrania fácilmente. No puede ser que estos países se repartan el mundo a sus antojos sin que exista un país que sea capaz de frenarlos.

Los países occidentales liderados por los EE.UU. y Alemania son los máximos responsables de lo que está pasando en Ucrania por haber patrocinado un golpe de estado que le ha costado la vida a miles de personas inocentes, ignorando la historia de este país y manipulando a la opinión pública internacional con una campaña de propaganda masiva contra Rusia que asombra por su absurdo. La expansión interminable de la OTAN y los intereses geopolíticos de occidente son la causa fundamental de esta crisis.

En el futuro, los historiadores se darán cuenta de que en abril de 2014, casi un cuarto de siglo después del fin de la Unión Soviética, la Casa Blanca le declaró a Rusia una nueva guerra fría y que apenas hubo debate público al respecto”, señalaba Stephen F. Cohen, profesor de estudios sobre Rusia en la Universidad de Nueva York, en un artículo publicado en el semanario estadounidense 'The Nation'.

Walter Uhler, presidente de la Asociación de Estudios Internacionales entre Rusia y EE.UU. comentaba por su parte a Russian Today "Creo que se trata de una campaña de propaganda masiva que se realiza por parte de los medios 'mainstream' de EE.UU. Esto ha llegado a tal punto que yo, personalmente, no puedo escuchar todas las cosas tan absurdas que están diciendo".

Ahora le tocó al pueblo de Ucrania sufrir las consecuencias de las políticas descabelladas e irresponsables de los EE.UU. y sus secuaces, ¿quién será el próximo?

*Justo Cruz,  residente cubano en Alemania, Coordinador de Cuba Si.

Enviado por el autor a: Martianos-Hermes-Cubainformación

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