Por Arthur González*/El Heraldo Cubano-Martianos-Hermes-Cubainformación.- El 26 de mayo del 2016 se iniciaron las sesiones de un concilio entre elementos de la revista Cuba Posible, rotulada como “sociedad civil cubana” y miembros de diferentes sectores académicos y de otras instituciones estadounidenses, para “dialogar” sobre el futuro de Cuba.


Nadie sabe con qué derecho se atribuyeron los miembros de la revista Cuba Posible, hablar a nombre del pueblo cubano y establecer relaciones con algunos estadounidenses, incluidos ex miembros de la Fundación Nacional Cubano Americana, organización de la que bien se conocen sus acciones terroristas contra Cuba.

MartianosNi Roberto Veiga González ni Lenier González, han sido encomendados por la inmensa mayoría de cubanos y cubanas para dialogar en el territorio de Estados Unidos, en busca de soluciones que solo pueden hacer los cubanos, tal y como se está haciendo acorde a las condiciones actuales en que vive el país.

Para tener una idea precisa de la línea de pensamiento de Cuba Posible, basta con repasar las palabras iniciales del propio Viega, cuando aseguró que dicho evento pretendía “analizar las realidades actuales de Cuba, sobre sus retos inmediatos, sobre las relaciones con Estados Unidos, y sobre el embargo/bloqueo y acerca de ciertos mecanismos de subversión que perduran, aunque debilitados”.

La entrada fue nefasta y demostró su verdadera faz, pues en primer lugar no se puede discutir ningún elemento con los estadounidenses aceptando el concepto de embargo, cuando los propios documentos oficiales de ese Gobierno y de la CIA, afirman sin el menor tapujo que se trata de “una guerra económica para evitar la satisfacción de las necesidades del pueblo, por parte del Gobierno revolucionario y lograr el resentimiento de la gente”.

El segundo traspié fue asegurar, obviando elementos palpables, que los mecanismos de subversión están debilitados, cuando estos se hacen hoy mucho más visibles con la publicación de la firma por el presidente Barack Obama de 20 millones de dólares anuales para esas acciones, que se proponen acabar con la Revolución socialista cubana.

Calificar de debilitados esos dispositivos es prueba de la verdadera intensión de los editores de Cuba Posible, pues ni la guerra económica ha sufrido cambios y menos aún las actividades subversivas.

Hoy como nunca antes Estados Unidos lleva a cabo una cruzada subversiva para preparar desesperadamente a la contrarrevolución interna, sufragándole viajes a los principales cabecillas, creados por ellos, para la ejecución de actos provocativos en la vía pública, con el interés de que se le sumen otros actores cansados de la penurias provocadas por la misma guerra económica, la que busca elevar el resentimiento de las personas contra el sistema, tal y como aseguran los documentos desclasificados de la CIA.

A esto se suma la campaña mediática que no ha bajado su nivel de agresividad, con la sostenida acusación de las violaciones de los derechos humanos por el propio Departamento de Estado, donde incluyen la libertad religiosa.

Una prueba irrefutable de esto la expuso la ex subsecretaria de Estado, Roberta Jacobson, cuando afirmó el 25 de marzo 2015, que “el Presidente Obama solicitó al Congreso 2 mil millones de dólares para Latinoamérica y de esa suma 53,5 millones se destinarán para la “Iniciativa Regional de Seguridad” (CBSI) y una buena cantidad será empleada en programas de promoción de “la libertad de prensa y los derechos humanos” en Cuba, Venezuela, Ecuador, Nicaragua”.

El propio discurso de Obama en La Habana lo demostró, unido al comunicado oficial de la Casa Blanca el 17/12/2014, donde se reafirma:

“El Congreso de EE.UU. financia la programación de la democracia en Cuba para proporcionar asistencia humanitaria, promocionar derechos humanos y libertades fundamentales y apoyar la libre circulación de información en lugares en donde está restringida y censurada”.

En las palabras de clausura del evento Lenier González Mederos, reitero el calificativo de embargo, aunque aseguró haber desarrollado una “batalla silenciosa”, pero por si obvia que es una cruel guerra económica para matar por hambre a sus conciudadanos, esa “lucha” está condenada al fracaso.

La normalización de relaciones entre ambos estados no se alcanzará porque elementos como los integrantes de Cuba Posible, financiados desde el exterior con fines que coinciden con el nuevo proyecto político contra Cuba trazado por la Casa Blanca y el Consejo de Seguridad de Estados Unidos, se reúnan con especialistas estadounidenses.

Si la posición real de los editores de Cuba Posible estuviera en plena concordancia con los que defienden a la Revolución, no recibirían con tanta facilidad los visados de entrada a Estados Unidos, ni tuvieran acceso al financiamiento y menos a personalidades políticas y de otras instituciones yanquis.

La vida demuestra que a muchos investigadores y académicos cubanos que sostienen una línea política no aceptable para los propósitos que persigue la actual administración yanqui, se le niega esa posibilidad.

No hace falta que Lenier González ahora afirme en New York que “Cuba necesita conectar su economía a las dinámicas hemisféricas”; eso lo expresó desde hace varias décadas el propio Fidel Castro, subrayado en su intervención el 03/03/1995 en el VI congreso de la Federación de Mujeres Cubanas, al explicarle al pueblo:

“Es imprescindible la presencia de inversiones extranjeras…uno de los problemas más serios nuestros …es buscar los mercados para nuestras producciones desde el momento en que está cerrado para nosotros el principal mercado del mundo…pero no se conforman solo con prohibir para nosotros ese acceso, sino que tratan de imponerles a los demás que impidan el acceso a nuestras producciones… es una lucha contra una acción total que busca destruir, que busca perjudicar nuestra economía, que busca impedir el desarrollo…”

El primordial obstáculo de Cuba es la guerra económica, no el diseño socialista de su economía que se adapta a la situación del mundo, pero que es torpedeado a diario por Estados Unidos.

En ese mismo discurso añadió Fidel:

“Tiene que aumentar el número de trabajadores por cuenta propia…tenemos que analizar bien las perspectivas del desarrollo de la pequeña y mediana empresa y el papel del Estado y su participación en todo eso…”

Bien se conoce como posteriormente la CIA boicoteó inversiones extranjeras y el Departamento del Tesoro mediante su Oficina de Control de Activos Extranjeros, OFAC, recrudeció la persecución sobre las negociaciones y transacciones financieras cubanas, sancionando a aquellos que desafían sus prohibiciones.

Obama es el presidente que más sanciones a los bancos extranjeros, (cerca de doce) por aceptar relaciones con Cuba. El record de multa lo tiene el banco francés PNB Paribas, con 10 mil millones de dólares, algo insólito en el siglo XXI.

¿Es así como pretenden los editores y especialistas que colaboran con el engendro de Cuba Posible, “acoplarse con creatividad en las instituciones internacionales; para cuanto antes elevar el nivel de vida del pueblo cubano?

Basta de engaños y palabras rebuscadas para culpar a la economía socialista y a la Revolución de los problemas; llamen las cosas por su nombre y sienten en el banquillo al verdadero responsable, ese que desde 1958 se opuso al triunfo del ejército rebelde para no perder el dominio que desde 1901 lograron sobre la vida política y económica de Cuba.

No por gusto José Martí aseveró:

“…impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”.

*Arthur González, cubano, especialista en relaciones Cuba-EE.UU., editor del Blog El Heraldo Cubano.

Enviado por el autor a: Martianos-Hermes-Cubainformación

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