Por: Osmany Sánchez (jimmy@umcc.cu / @JimmydeCuba).- Hablar con los jóvenes le carga las pilas a cualquiera. Constantemente escuchamos que la juventud es apática, está perdida y otras cosas por el estilo. Lo curioso es que quienes lo repiten hoy, alguna vez fueron jóvenes y se lo escucharon decir a los mayores. Ayer un profesor me invitó a conversar con sus estudiantes y estuvimos hablando durante una hora y media. Ahora les cuento.
El tema era la Cuba actual y para comenzar les propuse hacer un ejercicio. Se realizó una tormenta de ideas. En la esquina izquierda de la pizarra –con toda intención fue la izquierda- se escribieron las cosas positivas que tenía Cuba, en la otra, las cosas negativas. Lo resultados fueron interesantes.
La lista de las cosas positivas la encabezó “Las personas” es decir, el cubano en sí, comenzando por su solidaridad. Le siguieron la salud y educación gratuita, la seguridad pública, el clima, que no hay animales peligrosos…
El listado negativo lo encabezó el problema del transporte. Le siguieron el tema del salario, el precio de los alimentos, la pirámide invertida, el burocratismo, pocas opciones para los jóvenes…
En el centro pusimos las opciones. Izquierda-Derecha o Socialismo/Capitalismo. Porque son esas, aunque algunos quieran convencernos de que hay un “centro”. Los estudiantes están claros, el Capitalismo que nos tocaría a nosotros no es el noruego o el sueco, basta con mirar nuestro entorno para darse cuenta. Coincidieron conmigo en ponerle el apellido “tercermundista” a ese Capitalismo.
¿En qué país de nuestra área donde hay capitalismo tercermundista se pueden encontrar los logros que aparecen en nuestra lista de lo positivo de Cuba? ¿En cuál de ellos no existe lo que aparece en nuestra lista de lo negativo de Cuba? ¿Tenemos más razones para cambiar nuestro sistema social que para mantenerlo? Esas fueron algunas de las preguntas que se hicieron.
Este no fue un encuentro aislado. Tengo la oportunidad -y la aprovecho- de intercambiar mucho con los estudiantes y como decía antes, cada vez que lo hago salgo del encuentro con las pilas cargadas porque a diferencia de lo que se piensa, los jóvenes están claros y hablan con total sinceridad.
Todos quieren que en Cuba mejoren las condiciones económicas, aunque muchos vean la emigración como una vía para solucionar sus problemas, pero no quieren que Cuba cambie su proyecto social y que se pierda lo que se tiene. Les molesta que en la educación primaria y media no existan mejores maestros, o que en algunos lugares haya que ir con un regalo para que el médico te atienda o te den un turno, pero son conscientes de que la privatización de la educación o la salud no son la solución a esos problemas.
Debemos conversar con los jóvenes, aprovechar todos los espacios y hacerlo de manera creativa. Una vez allí, que sean ellos los que propongan los temas sobre los que quieren hablar y no ir con una agenda pre establecida, con puntos anotados en una agenda como ocurre tan a menudo. Ser abiertos al diálogo y construir juntos. Esa es mi sugerencia.
Para contactar con el autor: jimmy@umcc.cu @JimmydeCuba