Osmany Sánchez - Blog La Joven Cuba.- El viejo apotegma dice que cuando los buenos no hacen nada, los malos se salen con la suya. Durante décadas, desde Miami algunos nos han querido dar lecciones de libertad y democracia, sin embargo no han sido ejemplo ni una sola vez. Con la excepción de las brigadas de solidaridad con Cuba que sobreviven entre tanta intolerancia en esa ciudad.
Cuando alguien de allá me dice que los cubanos no tenemos libertad para protestar, les digo que nos sirvan de modelo, que vayan a manifestarse frente a las casas de los terroristas que viven libremente allá, a pesar de ser los responsables de la muerte de cientos de cubanos. Algunos, hipócritamente me dicen que esos terroristas no eran responsables de nada pues ningún jurado los había condenado.
Tampoco van a protestar frente a las oficinas de los congresistas que han hecho fortunas y carreras políticas hostigando al pueblo cubano y diciendo que el bloqueo no existe, que es un invento del gobierno cubano para justificar sus errores. Hasta ahora, se escudaban detrás de esas justificaciones, pero los últimos acontecimientos les han quitado la careta. Ya no pueden seguir fingiendo.
Las medidas tomadas por el gobierno norteamericano, retirando su personal de la embajada, son una puñalada directa al corazón de las familias a ambos lados del estrecho de la Florida. Nada justifica esas acciones. Incluso la mayoría de esos funcionarios no querían retirarse y la medida ha sido ampliamente rechazada dentro de los Estados Unidos.
¿Le importa a Marco Rubio –principal promotor de estas medidas- el sufrimiento de las familias cubanas? Nunca le ha importado, de hecho, ninguno de ellos tiene familiares en la isla.
La inmensa mayoría de los cubanos en Miami recibió con beneplácito el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos y en manos de ellos está detener las acciones de los intolerantes de siempre contra las familias cubanas. Estamos esperando que nos den una lección desde Miami y con sus acciones frenen esta nueva ola de odio.
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