Por motivo del escándalo que se formó y en el colmo del descaro, los gobernantes de Arabia Saudita han dado montones de versiones diferentes de lo que en aquel consulado sucedió y han tratado, de mil maneras, de dar la versión de que el verdadero gobernante del Reino, el Príncipe Mohamed bin Salman, no tenía el menor conocimiento de los planes del asesinato. Habría que ser tonto de capirote para creérselo. La mismísima CIA afirma que el Príncipe estaba al tanto de todo. ¿Quién puede ni tan siquiera pensar que de aquel país hayan salido 17 personas de alto nivel sin que el Príncipe lo supiera?
Bueno, Donald Trump, en su momento, declaró que le creía y para eso mandó a su flamante Secretario de Estado, Mike Pompeo, al Medio Oriente para que se entrevistara con el Príncipe. En televisión vimos las imágenes de aquella amistosa y sonriente reunión.
Este mismo Pompeo es el que ahora le manda una carta al Canciller cubano para protestar por las violaciones de los Derechos Humanos en Cuba. Este mismo Pompeo es el que aboga porque se le siga suministrando armas y equipos bélicos a los saudíes para que sigan bombardeando a Yemen en donde miles de civiles han sido víctimas de los mismos y en donde se aboca a una crisis humanitaria de grandes proporciones. Sí, es el mismo que apoya aquel régimen autocrático que viola todos y cada uno de los artículos de la Carta de la Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos. ¿Quieren más hipocresía?
Los israelitas tienen rodeados a los palestinos en la Franja de Gaza en lo que se considera la cárcel más grande del mundo, pero no solo los tienen rodeados sino que a cada rato los masacran con disparos de artillerías. ¿Y cómo le paga por esas inhumanas acciones el gobierno de Donald Trump? Pues equipándolos con armas, dándoles miles de millones en ayuda económica, y ahora, para colmos, trasladando su embajada a la conflictiva ciudad de Jerusalén. Ese es el mismo gobierno que acusa a Cuba de violadora de los Derechos Humanos. ¿Quieren más hipocresía?
Después de los acuerdos de paz firmados en La Habana por parte de las guerrillas de las FARC y el gobierno de derecha de Colombia, todos pensábamos que el gobierno iba a actuar de acuerdo con lo firmado. Pues bien, más de quinientos activistas sociales de aquel país han sido asesinados a mansalva. ¿Se oye alguna crítica del gobierno de Trump? Al contrario, solo alabanzas y visitas de alto nivel al país suramericano. ¿Quieren más hipocresía?
Cuando hace poco ganó las elecciones de Brasil el gorila fascista llamado Jair Bolsonaro, el hombre que ha afirmado que los negros no sirven para nada, que las mujeres son seres inferiores, que los indios en donde mejor están es en las selvas y que los pobres se merecen ser aun más pobres, que el gran error que cometieron los militares que en el pasado gobernaron Brasil fue el no haber asesinado a más personas, ese infame personaje, Bolsonaro, una de las primeras llamadas que recibió fue la del Presidente Donald Trump, el mismo que ha deteriorado más y más las relaciones con Cuba solamente para satisfacer las demandas de la morralla anticubana de Miami.¿Honradamente puede alguien felicitar a un tipo como Bolsonaro y a la misma vez acusar y criticar a Cuba? ¿Quieren más hipocresía?
Si sigo sacando ejemplos de cómo el gobierno de Donald Trump se vuelve muy selectivo a la hora de condenar o no condenar a países por motivo de los Derechos Humanos haría este comentario interminable. Tendría que contar las veces que condenan a los gobiernos de Venezuela, Nicaragua y Bolivia y las veces que alaban a los de Filipinas, Irak o Afganistán. Las listas se extienden y se extienden.
Por supuesto que todo esto es sin contar con lo que pasa diariamente en Estados Unidos, Francia, Bélgica, Grecia, etc., ya que hay que ser bien selectivo a la hora de acusar o no, pues todo eso, para ellos, es harina de otro costal.
*Lázaro Fariñas, periodista cubano residente en los EE.UU.