Andrés Marí - Cubainformación / Fundació Vivint.- 19 de Abril de 1961. En Playa Girón ganamos, triunfamos, la Revolución sigue y apenas valdrían otras palabras. Los invasores no pudieron establecer ‘un gobierno alternativo’ que, como en otro día de la Historia que siguió, EEUU impulsaría al mundo a una gran cabronada al reconocer a un sinvergüenza como ‘presidente encargado’ de Venezuela sin el pueblo.


Triunfar en Bahía de Cochinos fue, con perdón de los deliciosos lechones que asamos en el pincho, como sonreír. Habíamos ganado la partida más difícil y cada cual fue, amable o violentamente, haciendo su vida como mejor pudo, estimó o alguna perdida fiera de la memoria le permitió hacer, porque entre nosotros también hubo cabrones, y aunque muchos dicen que ‘esos eran el comunismo’, todos sabemos que cuando se habla de gente similar en otros sistemas solo se le llama cabrones y no ‘esos son el feudalismo o el capitalismo’, pero, en fin, este es el día que solo cada uno de nosotros sabe los caminos que hubo de recorrer con las mismas ideas que se fraguaron en Girón o con otras que le salieron al paso y les gritaron, con furia o con hastío, ‘este no es mi día’ o ‘la libertad que todos tenemos para hacer nuestros años’. Y así sucedió.

Yo me fui a Eivissa con ‘El Italiano’. Luego a Grecia, y por una cabronada mi expediente laboral de 30 años en el Teatro fue quemado o desaparecido en algún lugar de La Mancha… Me importó un comino y me fui a Helsinki, Jerusalem, Londres, Turín, Bruselas, Estocolmo, Zurich. Y allí tuve unas suficientes vigilias para pedirle perdón a Michaelis y a Reinaldo, a quienes animé, después que me anularon la ‘Brigada de Solidaridad Victor Jara’ en Teatro-Estudio, a marchar al Caney de las Mercedes y fundar la Escuela de Arte en las montañas. No pude con más cabronadas en aquella maravilla del paisaje cubano y dejé a mis queridos compañeros con el esplendor que ya concebíamos en el montaje de “Abdala”, la pieza de José Martí.

El tiempo pasó en el asombro de mi recuperación y siempre con amigos y mis versos escritos en Angola, me fui a decirlos a Beirut, Lima, Tel Avid, Belén y hasta en el suntuoso palacio de la Casa de América Latina en París, la destruida plaza de Ramala y de rodillas, junto al lecho donde Rabindranat Tagore, con la muerte dándole vueltas en su Calcuta, fue feliz al escuchar que los nazis habían sido rechazados en Moscú.

Seguí llenándome de mundo en Oslo y Ordino para pensar que el más cabrón problema de todos estaba en la indiferencia del llamado ‘Primer Mundo’ y se me ocurrió la Fundació Vivint, un proyecto que giraría sobre “Encuentros entre diferentes generaciones, capacidades y culturas”. Imagino, como en todo sueño que abrimos en esta Tierra tan humana y lo contrario, que recibí la influencia del hecho cierto que ya estaba un poco cansado de tanta lejanía de mi amada Virginia y mi preciosa Lorena. Al saber que ellas también estaban hartas de mis ausencias, rápidamente firmé con la UNEAC un acuerdo de cooperación y los tres viajamos a Barcelona para seguir viviendo. Esa palabra tituló mi segundo libro, esta vez de relatos sobre el vivido 'Periodo Especial' y un ensayo sobre mi isla imprescindible.

Por más de 10 años permaneció el bello proyecto en Residencias Geriátricas, Centros Especiales y de Inmigrantes, y que pronto se unió a otro sueño de otros ‘locos’ por cambiar el mundo, l’Agenda Llatinoamericana, el puntal que aun sigo.

20 años se me fueron yendo con la aventura del goce de un periplo que no se concibió en Cueto, sino en Girón y de ahí se fue a Amsterdam, Varanasi, Tbilisi, El Cairo, Bogotá, Caracas, Querétaro, Managua, Tegucigalpa. Ciudad Guatemala, San Salvador y allí, en la cripta donde reposa Monseñor Romero, lloré igual que ante la tumba de César Vallejo en Montparnasse y ya todo empezó a ser ‘El soroll de las abejas’ que, como el aire donde respiro, huele al mar de Playa Girón: el justo instante donde supe que iba a vivir en este mundo de tantas manchas y algo debía de hacer con las mías para que Girón fuera un vuelo interminable del corazón.

https://www.youtube.com/watch?v=Dh2Tz7vPTKg

 

* Andrés Marí es escritor, profesor y actor cubano residente en Catalunya.

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