Andrés Marí - Cubainformación / Fundació Vivint.- “Para mi país, Cuba, solo amor”. En la calle Obispo, y en el número 463 casi esquina a Villegas, nació un 28 de mayo de 1923, SERVANDO CABRERA MORENO, EL GRAN MAESTRO que jamás temió pintar delante de sus alumnos de la ENA y Escuela de la cual fue separado en 1965 por aquellos prejuicios contra el homosexualismo de un MUNDO al cual la incipiente Revolución Cubana le era imposible, todavía, ir contra él en ese aspecto.


Por ello su triste expulsión de la ENA y a la que él, aun sufriéndola, podía comprenderla, lo hizo más humano: “Si hasta de un Salón de París me expulsaron, ¿cómo no entender que me boten de un paisito como el nuestro que acaba de nacer? Incluso aquí fueron más finos, pues no me dijeron que era por eso y yo me reí”.

No obstante, Servando nunca dejó de condenar su expulsión de la ENA ni la creación de las tristes y horrorosas UMAP como muchos cubanos las condenamos. Pero, increíblemente, Servando sabía que nada de aquellas atrocidades eran originales de Cuba, ya que no fue hasta 1990 que la OMS retiró la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales. Y aunque algunos creen que ese paso fue el efecto de la eliminación de la homosexualidad del “Manual de Diagnóstico de los trastornos mentales” de la Asociación Americana de Psiquiatría, NO ES CIERTO, como tampoco es cierto decir que EEUU estaba al frente de la lucha contra aquellos prejuicios. En EEUU, el país que vivió los disturbios de Stonewall, la homosexualidad no se despenalizó a nivel federal hasta el año 2003.

Y resulta muy triste que muchos, por sus ataques a Cuba y su defensa de EEUU, no recuerden la vida de George Jorgensen Jr, criado en el Bronx y nacido de nuevo como Christine en Dinamarca y que a su regreso a EEUU fue muy discriminada por la sociedad de su tiempo hasta el punto de que el estado de Nueva York le impidió casarse, como mujer, con su pareja, al no reconocerle su existencia en su certificado de nacimiento. Ella murió en 1989, mientras unos años antes se iniciaban en Cuba las operaciones de cambio de sexo, además de que ya, muchos años atrás, la homosexualidad en la isla fue casi lo más normal de la vida hasta hoy, en que algunos comentan que ahora “el problema en Cuba es no ser gay”. Vaya que para algunos, haga lo que haga Cuba, ha de condenarse a la isla por la frívola idea de creer que EEUU agrupa las victorias del mundo.

En fin, antes de su muerte en 1981 en su casa-taller de Marianao, Servando reía pintando sus hermosos sueños azules en numerosas embajadas de Cuba por el mundo. Nunca interrumpió su trabajo y siempre nos advirtió, cuando lo expulsaron de la ENA, del peligro que corríamos al visitarlo en su museo, donde incluso, a mí personalmente -y no dudo que a otros jóvenes también- me permitió ir con mi novia de entonces a la planta alta y al pequeño recibidor de más arriba, abarrotado de pequeñas figurillas del Arte Popular de los Incas y en un chaise longue cubierto con una manta mexicana de vivos colores, mi novia y yo nos exaltamos hasta el delirio en el escurridizo Arte del Amor. Aquel acto de pureza tan exquisita y tan revolucionaria, es para mí el maravilloso recuerdo de un artista y de un hombre verdadero hasta en su dolor por haber sido separado de sus jóvenes estudiantes en el país, Cuba, que amó tanto, el país que, aun dañándolo, él siempre defendió por el amor a la obra de gigante en la Pintura que le dio!

 

* Andrés Marí es escritor, profesor y actor cubano residente en Catalunya.

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