Andrés Marí - Cubainformación / Fundació Vivint


(El amigo se va tranquilo a la próxima transformación. Ya le ha dejado a ‘mi joven’ toda la fiereza de “un alimento contundente” y en el cambio se reafirma el camino de su jerga).

VOZ EN OFF.: “¡Uté, uté parece italiano! Sí, sí, de Italia. Italia, la de verdad, la que tá llá fuera. ¡Qué volá, asere, sal del montón! El montón nunca va a seh italiano. ¡Aquí el desarrollo va a demorá, eso tá muy lejo, y no hay tiempo!”

(ES LA TRANSFORMACIÓN MÁS DEMORADA Y NO SE CIÑE SOLO AL CAMBIO DE UNA PIEZA DE VESTUARIO Y ALGÚN GESTO DEL ESPÍRITU DEL NUEVO PERSONAJE. HAY MÁS. EN TODOS LOS CAMBIOS ANTERIORES TAMBIÉN HABÍA MÁS, PERO EN ESTE HAY TODAVÍA MÁS. ‘MI JOVEN’ PUEDE SER YA IGUALMENTE ‘MI AMIGO’, Y AMBOS ESTÁN DISPUESTOS A CUALQUIER ‘CAMBIO O QUEHACER’ POR OBTENER LO QUE YA LES DICTA LA VIDA. DESPUÉS QUE EL ACTOR NOS ENSEÑA SU LARGO CAMBIO, SALE A ESCENA BIEN RELAJADO CON SU PAÑO DE LIMPIEZA, TOMA EL RECIPIENTE DEJADO POR ‘MI AMIGO’, BEBE CON ELOCUENTE SATISFACCIÓN Y PONE MÚSICA, SU MÚSICA DE TRABAJO: UN BUEN ‘MERENGUE’ QUE EMPIEZA A BAILARLO JOCOSAMENTE. ESTÁ FELIZ HASTA QUE DESCUBRE AL GENTÍO QUE LO OBSERVA DENTRO DE SU ESTABLECIMIENTO)

EL EMPLEADO: ¡Eh! ¿Y esto qué cosa es? (APAGA LA GRABADORA Y SE DIRIGE A LA GENTE.) ¡No, no, no, la cola es afuera! Yo no tengo la culpa de que haya sol. Pero, además, hicieron la cola por gusto, esa mercancía no está en venta. Eso es Una exposición. ¡No, no, no, yo no sé nada! Bastante hago con venir a trabajar. Adáptense a las cosas como están… ¡Esto no va a cambiar!.. Yo voy a ver hasta cuándo ustedes van a estar ahí... ¡Yo tengo que oír esa música!... Aquí ningún trabajador es un esclavo, ¡y yo trabajo a ritmo de merengue!

¿Quién me va a criticar? Seguro que ustedes también tienen su peculiaridad. Y no me digan que no, no me digan que no, porque se me desata la lengua. (EMPIEZA A REÍR) Y rosa, mar pacífico, jazmín de cinco hojas, ¡lo digo todo! Y hasta Tarzán montado en bicicleta. No, no, no, no le busquen ninguna lógica a las cosas (SE ENFURECE). Hoy, vamos para’llá...  Y mañana, ¡volvemos para’cá! Y que nadie se salga de la fila, porque ¡perece!, y de eso nada, m'ijito, mira, ¡siempre arribita!… A pesar de lo que me pasó el año pasado... ¡Salió por el periódico!

Después de mucho lío, se autorizó comenzar la transformación de los sexos. (SE SEÑALA LA PORTAÑUELA) Bien, me apunté... Y este año..., suspendieron las operaciones… (MÁS RABIOSO) Ah, ¡tengo que seguir así! Nadie tiene culpa. Cambiaron las orientaciones, ¿Entienden ahora por qué esa mercancía es una exposición? Yo tampoco entiendo por qué pararon el cambio de los sexos. Es lo mismo. Una orientación. Nadie sabe nada, ¡pero cúmplela! Sigue la rima. (VUELVE A REÍR) Con un versito cada uno hacemos la poesía. Y nos va a quedar más bonita. ¡Rojo, amarillo, verde, azul, el arco iris!... Iris... (SE ENTRISTECE) Ése es el nombre que yo me iba a poner…

¡Bueno, está bueno ya, váyanse y esperen la nueva orientación, que yo también tengo que esperar la mía, y como yo no sé cuándo va a llegar, yo no me voy a desgastar! No, hijo, no, que me agarre contento, ¡bailando merengue! (EL GENTÍO DESAPARECE. ÉL VUELVE A PRENDER LA GRABADORA Y DE NUEVO SE DIVIERTE BAILANDO) ¡Eh! (APAGA EL EQUIPO Y PERMANECE RÍGIDO DIRIGIÉNDOSE A UNA PERSONA) Oye, mi niño, saca la mano de ahí. ¡Sí, tú, tú mismo! Aquí no hay más nadie. (VA HACIA EL JOVEN CON MÁS TRANQUILIDAD) A ver, ¿qué tú haces ahí? (RETROCEDE ASUSTADO)

Eh, ¿qué pasa? ¿Y esa cara? ¿Qué tú dices? No, no, no te oigo. ¡¿Qué cosa?! Tú me estás amenazando, ¿verdá? ¿No? ¿Ése no es tu propósito? (SE RELAJA Y VUELVE HACIA EL JOVEN) Ah, entonces la cosa es diferente, mi amor... (RETROCEDE NUEVAMENTE) ¡Oye, oye, espera, espera, no, no, no te pongas nervioso! Ah, ¿qué pasa? Ya, ya te entendí. (SE RELAJA) ¿Qué es lo que tú quieres? ¿El martillo? Está bien, yo te lo doy, no hay problemas. ¿Para qué nos vamos a buscar problemas? (MUY ALTERADO) ¡Pero no te alteres!… (Y SE ACONSEJA CON UNA SONRISA) Eso te hace daño, te pone viejo, te quita las ganas de vivir. (SE ANIMA) Y tú estás muy jovencito todavía… (LE SEÑALA SU LUGAR PREFERIDO EN EL PANTALÓN DEL JOVEN) Eso no se puede despreciar…

(HACE UN GESTO DE AVANCE, PERO SE DETIENE Y YA CALMADO, SONRÍE) ¡Ay, ya tú, quita esa cara, no me metas más miedo! Yo sólo quería ser un amiguito tuyo… ¡Te lo vas a llevar, mi corazón! Tú no ves lo grande que es la tienda del pueblo ésta. Eso lo hay en todos los estantes, ¡y aquí nada es de nadie!… Pero no te lleves ése, mi vida (SE LE ACERCA UN POCO) Es que pusieron a un nuevo administrador, y todavía yo no sé qué defiende el loco ése, pero me tiene el ojo echado. (TRATA DE INTIMAR)

Ayer me cogió, infraganti, guardándole una cosita a un amiguito mío, y ya, tengo que andar como una vela. Y si me falta algo, ya tú sabeS... Mira, el empleado de aquel mostrador se fue a hablar por teléfono... ¡Coge aquél, es el mismo martillo! Y así no me perjudicas a mí. ¡Dale, cógelo!… (ENTRA EN CONFIANZA) ¿Tú eres sonso? Oiga, oiga, que no se diga. Usted es un macho, ¿no? Ahora no se puede sentir mal. ¿O tú eres igual que yo? (RÍE CON GUSTO DANDO VUELTAS) ¡Ay, si mi abuelita te viera, cómo se iba a reír de ti! Y como se ríe ella… Mientras más te mira, más se ríe… (VUELVE AL JOVEN)

¿Ya lo cogiste? ¡Ay, qué lindo!... (SE ENCARIÑA) Ahora, piérdete, puede aparecer cualquier comemierda que te eche pa'lante. ¡Dale! (SORPRENDIDO) ¿Qué te pasa? (SE HACE UNA CONCLUSIÓN Y PROVOCA AL JOVEN) A ti no te gusta mucho hacer esto, ¿verdad? ¡¿Y para qué lo haces?! Tú me quieres demostrar algo... ¿Qué sentido tiene robarse un martillo? Tienes que cuidarte... ¡Mira, móntate en la primera guagua que pase, ¡como sea, rompe la puerta!, y no abras la boca, ¡ni una palabra! Tú deja que la gente hable, pero tú, nada. ¡Mucho cuidado, porque la guagua es la lengua de este pueblo! Y cuidadito con eso... Ya, vete… (LE CUESTA DESPEDIRSE) Y acuérdate de mí... Te ayudé ¿no? Hoy por ti y mañana por mí... (AMOROSO) ¡Si necesitas algo no te dé pena, pasa por aquí!… (MUY ENTRISTECIDO) Aquí voy a estar siempre... En este simpático trabajo... A ritmo de merengue. Yo no voy a cambiar... Iris no va a existir nunca... (LENTAMENTE ALZA LA MANO CON GRAN AUTENTICIDAD PARA UN ADIÓS QUE LE HUMEDECE LOS OJOS. VA HACIA LA GRABADORA, LA PRENDE E INTENTA BAILAR, PERO LOS PIES SE LE TUERCEN Y, SUAVEMENTE, SE VA DISOLVIENDO ENTRE LAS LÁGRIMAS Y LAS PIERNAS RÍGIDAS. LA MÚSICA DE MERENGUE NOS DEJA LA TRISTEZA DEL PERSONAJE Y UNA PATÉTICA ATMÓSFERA DONDE LA ESCENA PARECE NO NECESITARLO PARA SU BAILE)

(CONTINÚA EN VÍDEO 6- EL EMPLEADO)

………………………………………………

5-  NOTAS Y AGRADECIMIENTOS

Debo decir que en ‘el extranjero’ nunca mis presentaciones teatrales fueron asimiladas por ningún circuito comercial. Ni me lo propusieron ni yo lo busqué. Tampoco lo fueron mis otras actividades a favor de Cuba, y a veces llegaba a una ciudad sin conocer a nadie. Excepto en Ecuador, España y Suecia, países donde mi estancia fue más larga --y en los dos últimos durante diversas etapas--, pude ofrecer, además, recitales de mi poesía o talleres sobre cómo encaro la interpretación dramática, en todos los otros países -o más bien ciudades-, solo di una representación de mi obra teatral, un recital o un seminario, y mi estancia nunca duró más de una semana. Y en los otros 4 países nórdicos visitados solo estuve 1 día en cada uno de ellos.

En algunas otras ciudades, por su cercanía en la frontera de sus países, como fueron las actuaciones en Amberes y Amsterdam o en Lleida y Ordino no llegué a completar 1 día para irme después de mi presentación, --si la memoria no me falla--, a Colonia y Llívia. Nunca me interesó, realmente, y por vocación personal, ni la fortuna ni la fama, pero conocer a otras personas y hacer amigos ha sido siempre para mí ¡un encanto gigantesco! ‘Gracias a Dios’ sigo igual, viviendo con lo necesario, escribiendo, y bastante feliz, u optimista, con las tantas luchas que comparto junto a muchos amigos y compañeros dentro de un mundo absurdo en la comprensión de su destino. Ya eso es suficiente para contarlo.

Para mí la década de los 90 conllevó tantos ajetreos físicos y psíquicos que al terminarse hube de hacer otra cosa, entre ellas, pasar a vivir y a trabajar en Calella de la Costa, Barcelona, en el año 2000 sin renunciar nunca a Cuba. Viví el  “Periodo Especial” y sus momentos más críticos casi por entero en la isla. Mis giras eran muy cortas, con excepción de los tres países ya dichos, pero en ninguno de ellos pasé más de 3 meses. La vida, en aquel “Periodo Especial”, la escribí durante el año 1994 en un conjunto de relatos cortos que leía a mis amigos en mi apartamento y en otras casas de La Habana.

A mi regreso de mis ‘raras’ giras, siempre me incorporaba a mi trabajo con toda normalidad. Compartí con la UNEAC, familiares y amigos todo lo que llevaba. Me son inolvidables todos los encuentros en el apartamento de la calle Belascoaín. Y fue tema de juego y afectos crecientes un pequeño cartel que puso en un mural del Teatro Hubert de Blanck -según me dijeron- el actor más gracioso de mi generación, José Raúl Cruz, y que decía: “En casa de Andrés Mari están repartiendo botellas de aceite”. Y fue verdad. ¡Qué tiempos, cuántos aprecios se me juntaron para hacerme más consciente de mi vida!

Años después, junto a un ensayo político,  aquellos pequeños cuentos y crónicas de nuestro “Periodo Especial” se convirtieron en un libro, un libro que no presenté en Cuba por conocer la problemática existente con el papel y la cola de manuscritos con obras de escritores que vivían en la isla. No es que yo fuera más bueno que nadie, es que simplemente era razonable que no intentara ninguna tonta prioridad.

Y antes que me lo dijeran, tomé la decisión de publicar mi libro en España y con su venta, costear la edición cubana. Ya se lo había dicho a Carlos Padrón para que me hiciera un prólogo. Pero el mercado español no me fue favorable, ya que la editorial catalana interesada rechazó la inclusión del ensayo, ensayo que sí fue publicado en las webs de la UNEAC, Cubainformacion de Euskadi y otros sitios de internet. Me había pagado una autopublicación y la regalé casi por completo a los amigos y a las bibliotecas cubanas.

Ya había creado en Catalunya la “Fundació Vivint”, el “Teatre de Paper i Cartró” y me había incorporado al mágico proyecto de “l’Agenda Llatinoamericana”. Y como seguía en Cuba, había participado del ‘Encuentro de Artistas Cubanos’ del 2007 en la Casa de las Américas, y mi nuevo libro, “Viviendo. Cuba, una memoria imprescindible. (El ensayo y los relatos)”, lo presenté en el  “Encuentro de Cubanos residentes en Europa, 2009”. No obstante, el libro llevaba una ‘nota introductoria’ del poeta catalán Joaquim Vilar, cuyo título era: “Nunca salió de Cuba”. Así es y sigue siendo en este instante que escribo.

(CONTINÚA EN AGRADECIMIENTOS No. 6)

Serie completa "El italiano"

1.1. "El italiano”: Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Notas 1

1.2. "El italiano”: Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Textos 1

1.3. “El italiano”. Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Vídeo 1

2.1. “El italiano”. Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Notas 2

2.2. “El Italiano”. Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Textos 2

2.3. “El italiano”. Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Vídeo 2 - La madre

3.1. “El italiano”. Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Nota 3

3.2. “El italiano”. Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Texto 3. La Vecina

3.3. “El italiano”. Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Vídeo 3 - La Vecina

4. 1. “El italiano” Nota 4. Una experiencia artística de la Revolución Cubana.

4. 2. “El Italiano”. Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Textos 4: ‘El maestro’

4. 3. “El Italiano”. Vídeo 4: ‘El Maestro’. Una experiencia artística de la Revolución Cubana.

5.1. “El Italiano”. Nota 5: El amigo. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

5. 2. “El Italiano”. Texto 5. Una experiencia artística de la Revolución Cubana.

5.3. “El Italiano”. Vídeo 5: ‘El amigo’. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

6.1. “El italiano”. Nota 6: ‘El empleado’. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

6. 2. “El Italiano”. Texto 6: ‘El empleado’. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

6. 3. “El Italiano”. Vídeo 6: El empleado. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

7. 1. “El Italiano”. Nota 7: ‘El viejo’. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

7. 2. “El Italiano”. Texto 7: ‘El viejo’. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

7. 3. “El Italiano”. Vídeo 7: ‘El viejo’. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

8. 1. “El Italiano”. Nota 8. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

8. 2. “El Italiano”. Texto 8: ‘El joven final’. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

8. 3. “El Italiano”. Vídeo 8: ‘El joven final’. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

 

* Andrés Marí es escritor, profesor y actor cubano residente en Catalunya.

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