Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- Los Comités de Defensa de la Revolución surgieron al calor de la ONU, con el recuerdo de cubanos/as en New York y en medio de “petarditos del imperialismo”
Septiembre de 1960 le deparó al pueblo cubano momentos trascendentales: uno, el segundo día del mes Fidel presentó la Primera Declaración de La Habana que ratificó nuestro Socialismo (1); dos, el día 26 Fidel discursó en la Asamblea General de las Naciones Unidas cuando “Todavía no éramos comunistas 150 por 100” (2); y tres, el día 28 Fidel le informó al pueblo cubano qué ocurrió durante su estancia en New York —ocasión en que emergen los CDR (3).
Precisamente el 28 de Septiembre de 1960, al comparecer ante su pueblo al llegar a La Habana y asistir a la concentración frente al entonces Palacio Presidencial, Fidel relató cómo transcurrió su estancia en EEUU a propósito de la visita a la ONU y destacó “un recuerdo que sí no podremos olvidar jamás: la impresión y el recuerdo de los cubanos que viven en Nueva York” y la “decencia en los negros humildes de Harlem”.
Adentrado en su comparecencia, “Se oye explotar un petardo” y los congregados/as “cantan el Himno Nacional y exclaman: '¡Viva Cuba!, ¡Viva la Revolución!'”. He aquí el escenario que dio lugar a que Fidel reaccionara del modo que sigue: por un lado, aclaró:
“Ese petardito ya todo el mundo sabe quién lo pagó, son los petarditos del imperialismo […] ¡qué ingenuos son! Si cuando [se combatía contra la tiranía de Batista] tiraban bombas de 500 libras y hasta de 1 000 libras que decían 'Made in USA', no pudieron hacer nada […] Son los gajes de la impotencia y de la cobardía. ¡Cómo van a venir a impresionar al pueblo con petarditos, si el pueblo está aquí en plan de resistir, no ya los petarditos, el pueblo está en plan de resistir lo que tiren o lo que caiga, aunque sean bombas atómicas, señores!”.
Además, advirtió:
“[…] Vamos a establecer un sistema de vigilancia colectiva, ¡vamos a establecer un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva! Y vamos a ver cómo se pueden mover aquí los lacayos del imperialismo, porque, en definitiva, nosotros vivimos en toda la ciudad, no hay un edificio de apartamentos de la ciudad, ni hay cuadra, ni hay manzana, ni hay barrio, que no esté ampliamente representado aquí […] Porque si creen que van a poder enfrentarse con el pueblo, ¡tremendo chasco se van a llevar! […]”.
“Y, por lo pronto, hay que dar nuevos pasos en la organización de las milicias; hay que ir a la formación, ya, de los batallones de milicias, zona por zona, en todas las regiones de Cuba, ir seleccionando cada hombre para cada arma […]”.
Entretanto, Fidel compartió en la misma oportunidad otros razonamientos de indiscutible valía para nuestro pueblo, a saber:
“Nadie, nadie piensa que los años venideros sean años de tranquilidad y de comodidad. ¡El interés mayor que tienen los años venideros es el trabajo que tenemos por delante, y la lucha que tenemos por delante! […]”. “Y esa victoria la obtendremos con dos cosas, dos cosas: inteligencia y valor; con la cabeza y con el corazón […]”
Y para finalizar, certificó:
“[…] ¡ni una mujer se ha movido de su puesto!; ¡ningún hombre se ha movido de su puesto, ni se moverá de su puesto ante ningún peligro, ante ningún ataque! ¡Cada uno de nosotros somos soldados de la patria, no nos pertenecemos a nosotros mismos, pertenecemos a la patria! ¡No importa, no importa que cualquiera de nosotros caiga, lo que importa es que esa bandera se mantenga en alto, que la idea siga adelante!, ¡que la patria viva!”.
En correspondencia con estas lecciones del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, de inmediato comenzó el proceso de construcción de los CDR en todo el país.
En el caso de mi terruño, resalto que, antes de constituirse lo que se convirtió en la principal organización de masas en Cuba, se creó un Comité Cívico en la barriada de La Caridad de la capital de la provincia de Camagüey, en el primer cuarto de 1959, “con el objetivo de brindar apoyo a las medidas de la Revolución y encabezar así la lucha contra elementos de esa área que se movía sigilosamente y propagaban falsos rumores tergiversadores de la obra revolucionaria” (4).
La edificación de los CDR en todo el territorio nacional tuvo/tiene “dentro de sus objetivos movilizar a todo el pueblo en las tareas de defensa de la Revolución y de las conquistas del socialismo, mediante el trabajo directo con las personas y las familias de la comunidad”; al tiempo que entre sus tareas resaltan trabajar con todas las personas en el barrio en aras de la tranquilidad ciudadana, las donaciones de sangre, la limpieza y embellecimiento del entorno, y la realización de barrios-debates: por ejemplo, sobre proyectos de leyes y/o modificaciones legislativas (5).
Concluyo: cuando “no éramos comunistas 150 por 100”, con el recuerdo de la buena voluntad de quienes en New York devinieron genuinos compatriotas contra los desmanes de Washington —un acicate para cubanos/s en el Norte hoy (6)— y en medio de “petarditos del imperialismo”, con la concepción del Fidel de Siempre (7) surgieron los CDR cuya razón de ser está llamada a ajustarse/se ajusta al momento que vive nuestra Patria —aspecto que abordaré en la segunda parte. ¡Amén!
Nota: el autor es Presidente de la Cátedra Honorífica de Estudio del Pensamiento y Obra de Fidel Castro Ruz en la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, Cuba.
Referencias:
2.- http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1960/esp/f260960e.html.
3.- http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1960/esp/f280960e.html.
4.- http://www.cadenagramonte.cu/articulos/ver/3197:un-antecedente-de-los-cdr-en-camaguey.
5.- https://www.ecured.cu/Comit%C3%A9s_de_Defensa_de_la_Revoluci%C3%B3n#Tareas.
