Mariana Monteagudo Fonseca* - Alma Mater / Cubainformación.- Cuando se menciona a Calle 13, la mayoría de las personas piensan en las letras de «Latinoamérica», «Calma pueblo» o quizás «Atrévete». Yo, sin embargo, pienso en «John, el esquizofrénico». Fue la primera canción que escuché del grupo puertorriqueño, y a pesar de su oscuro trasfondo, mi versión de once años encontraba simpático al grotesco personaje del video musical. Desde entonces, mi curiosidad se dirigió hacia los creadores de una obra tan singular.


 

Foto tomada de frasesdelavida.com/

Cuando se menciona a Calle 13, la mayoría de las personas piensan en las letras de «Latinoamérica», «Calma pueblo» o quizás «Atrévete». Yo, sin embargo, pienso en «John, el esquizofrénico». Fue la primera canción que escuché del grupo puertorriqueño, y a pesar de su oscuro trasfondo, mi versión de once años encontraba simpático al grotesco personaje del video musical. Desde entonces, mi curiosidad se dirigió hacia los creadoresde una obra tan singular.

La banda originada en el 2004 a partir de la colaboración entre los hermanastros René Pérez Joglar y Eduardo José Cabra, conocidos como Residente y Visitante respectivamente, fue en un inicio enmarcada dentro del género reguetón. Durante años, no obstante, mezclaron estilos de todo tipo. La producción musical invita a los que escuchan a darle la vuelta al mundo a través de ritmos inspirados en diferentes culturas: merengue, rock, bossa nova, afrobeat, cumbia, electrónica, entre otros.

En lo referente a su arte se vale to´, y así lo demostraron durante la grabación del tema «El aguante», en el cual lo que se escucha de fondo no son tambores ni ningún otro instrumento de percusión, sino jarras de cerveza golpeando demandantes en una mesa.

Las melodías extravagantes son el complemento de letras pegadizas que llaman a la gente a portarse mal o salir del closet, pero también hay ocasiones en las que solo prevalece la voz dominante del Residente, quien no teme compartir su discurso social y sus inquietudes políticas. Regresa a mi mente una versión de «Querido FBI», acompañada de Ileana Cabra Joglar, también llamada PG-13, y el retumbar de un cajón, donde se quejan de una excesiva «población de tiburones en el Caribe» y claman por la libertad de Puerto Rico.

Pero hay que recordar que en la Calle 13 también se escriben letras bonitas. El intérprete saca su lado más romántico y poético en canciones como «La jirafa», «Muerte en Hawaii», «Ojos color sol» y «Un beso de desayuno», la cual es, por mucho, mi preferida. En este caso debo volver a mencionar la increíble producción realizada por el Visitante, quien juega con un curioso sonido que solo podría comparar con la aparición de una nave alienígena.

Residente nunca ha etiquetado su música dentro de un género específico, pero su lírica sarcástica y llena de humor, así como su naturalidad al emplear un lenguaje soez sin llegar a la vulgaridad innecesaria, son definitivamente su sello. Prefiere dejar los clichés del reguetón y el hip hop para otro día, pero eso no quiere decir que renuncie a una «tiradera» inocente de vez en cuando. A través de sus canciones ha ridiculizado a otros artistas, como 50 Cent en «La crema», Luis Miguel y Juan Gabriel en «Que lloren», e incluso un sugerente comentario respecto al atractivo de la cantante de 72 años Nydia Caro (desde el cariño, por supuesto), en «La era de la copiaera». Ni siquiera Daddy Yankee, Wisin, Yandel y Don Omar, cantantes degran popularidad, han escapado de las indirectas del trujillano.

Por su parte, Eduardo Cabra es el genio que nos brinda esos ritmos inspirados en la Tierra y con distintivos matices de electrónica y folklor latinoamericano. Domina aproximadamente (y aproximo porque todavía no sé si conté bien) 41 instrumentos musicales, entre ellos el erke, el timple, la quena, y el cümbüs, solo por mencionar los que hasta ahora no conocía. Este 2020 se estrenó en solitario con el sencillo «La cabra jala pal monte», no para olvidar sus inicios en el mundo de la música, sino como un cálido abrazo de despedida, dejar su credencial de Visitante y llevar su carrera a nuevos rumbos.

La separación de Calle 13 en el 2014 condicionó que los hermanos caminaran sus propios senderos y crecieran individualmente para desarrollar sus propios estilos. No negaré mi atracción por los temas más recientes de Residente, «Bellacoso» por ejemplo, pero nada como los buenos clásicos de la legendaria agrupación para poner a bailar a aburridos, pecadores, pobres, brutos, astutos… En fin, a una gran variedad de individuos.

Y hablando como los locos, me es imposible no volver a mencionar a mi amigo de la infancia, John Alejandro, un muchacho de 13 años que disfrutaba hablar con perros y merodear cementerios con sus compañeros. Era un poco antisocial, pero debo darle las gracias por presentarme al que ha sido mi grupo favorito durante años. El tiempo ha transcurrido y he descubierto nueva música, nuevos estilos, nuevos artistas, algunos buenos y otros no tanto, pero de seguro no hay nadie como tú, Calle 13.

 

 

* Estudiante de primer año de Periodismo, Facultad de Comunicación, Universidad de La Habana.

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