Pablo González Justo - Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.- El documental "Sacha, un niño de Chernobyl" lo vi por primera vez en la oficina de Resumen Latinoamericano cuando estaba haciendo la traducción «en bruto» al francés del documental, luego volví a verlo varias veces más junto a Gloria mi esposa, cuando ella realizó la verdadera traducción corregida.


Volví a verlo en la Mesa Redonda este lunes 29 de marzo, al cumplirse 31 años de la llegada de los primeros niños afectados por la catástrofe nuclear de Chernóbil a Tarará, lugar donde fueron alojados en distintas etapas los26 mil niños y adolescentes ucranianos, rusos y bielorrusos, procedentes de los lugares afectados con graves enfermedades inducidas por las radiaciones nucleares.

Cada vez que lo veo me emociona y coincido con la opinión que han vertido compañeras y compañeros en el chat del Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad a los Pueblos, cuando escribieron: “Un documental cubano de calidad humana, periodístico y artístico espectacular. De las mejores realizaciones vistas en estos últimos años. Un orgullo inmenso que Resumen Latinoamericano en Cuba haya contribuido con el nacimiento de un documental tan hermoso”…Maravilloso documental. Herramienta imprescindible para dar a conocer la verdad de Cuba. Bravo! Bravísimo! Un equilibrio perfecto entre la información y la emoción”.

Para míson muchos los sentimientos, los recuerdos… por haber vivido desde septiembre de 1977 hasta abril de 1985 en Ucrania y más específicamente en mi Kiev, la ciudad verde. Mi segunda patria, a donde llegué siendo aún un adolescente, días después de mi llegada cumplí 18 años y donde aprendí a querer al pueblo soviético que nos daba constantes muestras de amor hacia Fidel y a nuestro pueblo.

Grupo de estudiantes cubanos, entre los cuales se encuentra el autor, en Kiev

En esa etapa, más de 18 mil cubanos llegamos a estudiar diferentes carreras en la URSS. Fuimos decenas de miles los que estudiamos gratuitamente en muchas Universidades de ese país (la URSS tenía un tratamiento especial con Cuba y Vietnam) y luego después de nuestro regreso a Cuba trabajamos como profesionales o profesores en todas las esferas de la vida nacional. Muchos nos graduamos como obreros calificados, técnicos, licenciados, ingenieros, Masters, candidatos a doctores en Ciencia o Doctores.

La solidaridad del pueblo y del gobierno de la URSS fue inmensa ante el bloqueo, entre otras cosas facilitó a jóvenes de origen humilde como yo que estudiásemos para poder suplir la falta de profesionales, técnicos y especialistas en todas las esferas de la vida nacional incluyendo la defensa.

Primero hubo que suplir esa carencia porque la mayoría de los profesionales y técnicos que tenía Cuba al triunfo de la Revolución se fueron del país estimulados por la Ley de Ajuste Cubano creada por Estados Unidos y además por la carencia de infraestructura. Cuando triunfó la Revolución, Cuba contaba solamente con dos Universidades.

Si hemos llegado a tener decenas de Universidades, Centros Científicos y miles de profesionales y técnicos se lo debemos en parte a los pueblos soviéticos que derrotaron al fascismo y supieron volver a levantarse de los destrozos de la guerra. Solamente a manera de ejemplo: en Kiev por los bombardeos de la Alemania fascista que sufrió esa ciudad, no quedó un edificio o casa en pie, todo quedó destruido al nivel cero.

También me emociona el documental porque otros recuerdos me vienen a la mente. El 10 de mayo de 1986 regresé a Kiev como parte de un grupo de ingenieros, técnicos y obreros de la Empresa Militar Industrial Yuri Gagarin de La Habana, para formarnos en la Fábrica 400 en la reparación capital del avión de carga AN-26.

Desconocíamos que el día 26 de abril, o sea 15 días antes de nuestra llegada, había ocurrido la catástrofe nuclear de Chernóbil. Nosotros estuvimos varios días viviendo una vida normal, completamente ignorantes de lo ocurrido y en el hotel «ZalatoiKolos» dormíamos a piernas sueltas con las ventanas abiertas, despreocupadamente.

Luego cuando fuimos para la fábrica de reparación, antes de comenzar la formación nos dieron una explicación de la catástrofe sucedida en una electronuclear que se encontraba en una ciudad a 100 kilómetros aproximadamente de Kiev. Nos recomendaron que debíamos ducharnos frecuentemente, que debíamos cerrar las ventanas, después comenzamos a ver camiones cisterna que regaban con agua la parte exterior de los edificios. También nos recomendaron otras medidas.

El curso de tres meses lo pasamos sin tener realmente conciencia de la gravedad del asunto a pesar de los consejos que nos dieron, muchos no los cumplimos y no sé si hubiera servido de algo porque nos bañábamos con el agua y comíamos productos que debían estar contaminados con radioactividad.

El 7 de junio nació mi hijo y después de recibir la noticia de su nacimiento lo celebramos un sábado con tremenda fiesta, ventanas abiertas.

En julio seguimos el mundial de fútbol por la televisión y celebramos la victoria de la escuadra argentina capitaneada por el mítico Diego Armando Maradona, salimos los latinos con las banderas de Argentina y las de nuestros países. Otro tipo de solidaridad, la latinoamericana.

Al regreso a Cuba me esperaba mi familia en el aeropuerto José Martí de La Habana, cargué por primera vez a mi hijo. Hoy es piloto en Francia de aviones de 180 pasajeros.

De izquierda a derecha: Emilio; Manuel López (Profesor de la Universidad de Aviación de Kiev y actualmente es uno de los que dirige el Comité contra el Bloqueo en Ucrania); Almirante, Tony Guerrero, Enrique Ubieta y Pablo González.

Todos esos recuerdos vienen a mi mente mezclados con el orgullo de que nuestro Comandante y nuestro pueblo en años difíciles y dramáticos como en el Período Especial supimos retribuir la solidaridad que los soviéticos nos profesaron.

Por todo esto agradezco la contribución y el estímulo que aportó Graciela Ramírez, Directora de la corresponsalía de Resumen Latinoamericano en Cuba, para que ese proyecto navegara hasta buen puerto y a los realizadores Roberto Chile y Maribel Acosta Damas mis felicitaciones más sinceras por todo su talento, por haber logrado un documental tan emotivo y necesario.

Al pensar en el documental y la contribución que puede hacer me confirmo en varias convicciones: Un mundo mejor es posible, Patria es humanidad y Amor con amor se paga.

Fotos: Gentileza del autor.

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