Por Salim Lamrani* / Université de La Réunion / L’Humanité - Fuente: Journal - Foto Virgilio Ponce.- Embajador de la República de Cuba en Francia, Elio Rodríguez Perdomo es también el representante del gobierno de La Habana ante el Principado de Mónaco. Graduado en Relaciones Políticas Internacionales en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García” de La Habana, Elio Rodríguez fue también embajador en Bélgica y en los Países Bajos y Director del Departamento “Europa” en el Ministerio cubano de Relaciones Exteriores.
En diciembre de 2016 formó parte de la delegación cubana encargada de negociar el Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación entre Cuba y la Unión Europea.
En estas conversaciones, Elio Rodríguez dibuja un panorama histórico de las relaciones conflictivas entre Cuba y los Estados Unidos. Evoca los orígenes del diferendo que opone Washington a La Habana y recuerda la gran aspiración de la Revolución Cubana a la independencia.
Explica también las razones que llevaron Cuba a tejer una alianza estratégica con la Unión Soviética en un contexto marcado por la hostilidad constante de los Estados Unidos que impusieron sanciones económicas a partir de 1960. Detalla también la política exterior de La Habana, particularmente hacia el Tercer Mundo. A pesar del desmoronamiento del bloque socialista en Europa en 1991, Washington ha mantenido una política agresiva hacia Cuba hasta hoy, con la excepción de la presidencia de Barack Obama al final de su segundo mandato.
En efecto, en 2014, Washington decidió adoptar una política de acercamiento con La Habana lo que permitió algunos avances en las relaciones bilaterales. Pero la llegada al poder de Donald Trump en 2017 puso término a este diálogo entre los dos países y la Casa Blanca regresó a una política de la confrontación. El embajador Rodríguez concluye estas conversaciones haciendo partícipe del deseo de Cuba de establecer relaciones respetuosas con la administración de Joe Biden y evoca los desafíos a los cuales se enfrenta la sociedad cubana de hoy.
Salim Lamrani: Desde 1959, las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos son conflictivas. ¿A qué se debe el diferendo entre Washington y La Habana? ¿Cuáles son los orígenes de esta oposición que dura desde hace más de medio siglo?
Elio Rodríguez Perdomo: Es importante echar un ojo a la historia de Cuba pues las relaciones conflictivas entre los dos países son anteriores a 1959. La historia de la nación americana es prueba de ello pues la elite política americana siempre deseó tener un control de las Américas. Hubo desde el inicio esa intención americana de sustituir a las potencias coloniales presentes en el Nuevo Mundo.
Desde luego, fue el caso de Cuba. La isla se encontraba bajo control colonial español desde el siglo XV. Washington deseaba apoderarse de ella por su posición estratégica en el Caribe. Se trata de la mayor isla del Caribe y constituye la puerta de entrada de las Américas.
En 1898, al final de la Segunda Guerra de Independencia de Cuba, mientras que los patriotas de la isla estaban a punto de conseguir su libertad después de treinta años de lucha, los Estados Unidos decidieron intervenir militarmente en la isla para tomar posesión del territorio. El Tratado de París de diciembre de 1898 firmado entre los Estados Unidos y España dejó constancia de esa toma de posesión de Cuba.
A partir de esa fecha y hasta 1959, Cuba se convirtió en una especie de república neocolonial dominada por Washington. La economía se encontraba bajo control total de las multinacionales americanas y los distintos regímenes políticos en el poder respondían a los intereses americanos. Por otra parte, mediante la enmienda Platt, los Estados Unidos se otorgaron el derecho de intervenir militarmente en la isla cuando estimaban que sus intereses estaban en peligro y habían obligado incluso a los cubanos a integrar ese texto en la Constitución de 1901.
Esta enmienda daba también el derecho a los Estados Unidos a tener bases navales en el territorio cubano. Hubo tres al inicio y hoy día todavía queda una, la base naval de Guantánamo, contra la voluntad del pueblo soberano de Cuba.
Esta realidad ilustra la voluntad de los Estados Unidos de tener un control estratégico de las Américas, particularmente mediante Cuba. Hubo múltiples intervenciones militares de los Estados Unidos en América Latina a lo largo del siglo XX con el objetivo de preservar este dominio sobre el continente. He aquí en algunas palabras los fundamentos del conflicto, no entre los Estados Unidos y Cuba, sino de los Estados Unidos contra Cuba, porque siempre hemos deseado tener relaciones pacíficas con todos los países del mundo.
SL: ¿Cuál era la realidad de Cuba en 1959, cuando llegó Fidel Castro al poder?
ERP: Desde la intervención de los Estados Unidos en 1898 hasta 1959, hubo seis décadas de dominio total de la isla por Washington. Los cubanos sufrimos mucho en esa situación pues nunca pudimos tener realmente el control de nuestra soberanía y gozar de nuestra independencia. Los recursos económicos del país se encontraban en manos de las grandes empresas americanas. Hubo varios regímenes dictatoriales en la isla.
A partir de 1952 y el golpe de Estado de Batista, hubo una represión muy fuerte contra los revolucionarios cubanos que aspiraban al cambio. Las desigualdades sociales estaban muy marcadas y los cubanos no tenían acceso a los derechos esenciales, tales como la vida, la educación, la salud o la seguridad social.
Éramos una sociedad totalmente dependiente de los Estados Unidos. La mafia americana controlaba los hoteles, los casinos y las redes de prostitución. En otros términos, la sociedad cubana había sido construida para responder a los intereses no de la población sino de los americanos.
Fue esa realidad la que creó las condiciones para que una revolución autóctona emergiera, particularmente a partir de 1953 y el ataque contra el cuartel Moncada que lideró Fidel Castro en Santiago de Cuba, que es la segunda ciudad del país. Esto abrió el camino al nacimiento de un movimiento revolucionario que se materializó con la creación del Movimiento 26 de Julio.
En diciembre de 1956 Fidel Castro inició la lucha armada en las montañas de la Sierra Maestra que desembocó en la victoria de enero de 1959 contra el dictador Batista. Muchos jóvenes cubanos perdieron la vida en esa empresa armada. El 1 de enero de 1959, por primera vez en nuestra historia, éramos al fin libres e independientes y teníamos el control de nuestros recursos naturales.
SL: ¿Cuáles eran en 1959 las aspiraciones de la Revolución Cubana?
ERP: Durante su juicio tras el ataque al cuartel Moncada, Fidel Castro, que había asumido su propia defensa en el tribunal, había presentado su programa revolucionario. Era un programa basado en la justicia social y que daba a los cubanos el derecho de ser al fin los dueños de su país y de tener el control de los recursos económicos. La población cubana debía gozar del derecho a la salud, a la educación, a la seguridad social, sin distinción alguna. El fundamento de la Revolución Cubana es humanista y el objetivo era retomar el control de nuestra independencia y de nuestra soberanía.
Al inicio no había ninguna hostilidad con los Estados Unidos. Uno de los primeros viajes de Fidel Castro al extranjero fue a Washington en abril de 1959. Pidió que lo recibiera el Presidente Eisenhower, pero finalmente Richard Nixon, entonces Vicepresidente, se encargó de acogerlo. Según los historiadores americanos, tras el encuentro Nixon redactó un memorándum que señalaba que había que eliminar a Fidel Castro y destruir la Revolución Cubana. Según él se trataba de un Gobierno comunista opuesto a los intereses de los Estados Unidos.
SL: ¿Cuáles eran las circunstancias que llevaron al Gobierno revolucionario a aliarse con la Unión Soviética?
ERP: Una de las primeras medidas que tomó la Revolución fue la nacionalización de los recursos naturales y de las empresas americanas que tenían el control total de la economía, de las telecomunicaciones, los recursos minerales o la industria azucarera y turística. La reforma agraria dio la propiedad de la tierra a los campesinos que deseaban cultivarla. Ello afectó los intereses de los Estados Unidos presentes en la isla.
Naturalmente abrimos luego un proceso de compensaciones en el estricto respeto de las leyes internacionales. Se llevaron negociaciones con los distintos socios europeos afectados por esas medidas, particularmente Francia, España e Italia, y con Canadá. En cambio, los Estados Unidos se negaron a participar en ese diálogo pues deseaban conservar el control de la economía cubana. También había refinerías petroleras estadounidenses en Cuba. Importábamos el 100% de nuestro petróleo de los Estados Unidos y se refinaba en Cuba.
A partir de ahí Washington llevó una guerra económica total contra Cuba. La Administración de Eisenhower impuso primero un embargo sobre el azúcar cubano, mientras que los Estados Unidos eran nuestro principal mercado y que éramos un país monoproductor. Nuestra cuota azucarera fue suprimida y el abastecimiento de petróleo fue suspendido, lo que afectó gravemente la economía cubana.
Las autoridades cubanas tuvieron que encontrar, de un día para otro, soluciones prácticas para enfrentar esa hostilidad. La Unión Soviética entonces propuso su cooperación a Cuba, particularmente para el petróleo y el azúcar, y el establecimiento de intercambios beneficiosos para ambos países. Cuba aceptó entonces esa ayuda pues era el único país dispuesto a cooperar con nosotros. No era realmente una elección política, sino una necesidad estratégica para hacer frente a la situación y sobrevivir.
De un día para otro los Estados Unidos rompieron todos los lazos económicos con Cuba y ello nos obligó a encontrar soluciones pragmáticas para que siguiera funcionando la economía del país.
SL: En 1960 los Estados Unidos decidieron imponer sanciones económicas a Cuba, las cuales todavía están vigentes. ¿Cuál fue el impacto de esas sanciones sobre la economía y la sociedad cubana en esa época?
ERP: Se trató verdaderamente de una guerra económica total y el objetivo era aislar a Cuba del resto del mundo. Las presiones políticas americanas llevaron a toda América a romper las relaciones diplomáticas con nosotros, con la excepción de México y Canadá. Cuba fue expulsada en 1962 de la Organización de Estados Americanos, que se transformó en una especie de Ministerio de las Colonias Americanas en el continente.
El objetivo era muy claro. Un memorándum firmado por Lester D. Mallory, un alto funcionario del Departamento de Estado, subrayó que había que tomar todas las medidas necesarias para llevar a la población cubana a sublevarse contra el Gobierno revolucionario.
Eisenhower tomó las primeras sanciones económicas. Suprimió la cuota azucarera y limitó los intercambios entre los dos países a partir de 1960. En 1962, el Presidente Kennedy instauró sanciones económicas totales contra Cuba. No se podía ni siquiera importar una aspirina de los Estados Unidos y no se podía vender nada en el mercado americano, mientras que se trataba de la principal salida para nuestras exportaciones. Vendíamos allí nuestro azúcar, nuestro níquel.
Esta política de bloqueo comercial, económico y financiero todavía está vigente y se ha reforzado incluso. Para darle una cifra, el impacto de las sanciones económicas contra Cuba se ha evaluado en 55.000 millones de dólares desde su imposición. Usted se podrá imaginar lo que eso representa para una economía como la nuestra. El bloqueo afecta absolutamente todos los sectores de la sociedad cubana. Nada escapa a su impacto. Se trata de una guerra económica total contra un pequeño país.
SL: Además de las sanciones económicas, ¿de qué manera se expresó la hostilidad de los Estados Unidos hacia Cuba de 1960 a 1990?
ERP: Primero hubo la invasión de Bahía de Cochinos en abril de 1961. Los Estados Unidos entrenaron un ejército en América Central para invadir Cuba e instaurar un gobierno provisional. Al cabo de tres días los invasores fueron derrotados, sellando así la primera derrota del imperialismo en el continente americano.
Luego hubo la crisis de los misiles en 1962. En los años 60, los Estados Unidos llevaron a cabo una guerra paramilitar contra Cuba apoyando a grupúsculos terroristas en las montañas del Escambray, los cuales asesinaron a civiles. Esos grupúsculos orquestaron cientos de atentados con bombas en las ciudades, en los almacenes, en los cines y en los centros azucareros. El objetivo era sembrar el terror.
En 1976 hubo un atentado contra un avión comercial de Cubana de Aviación que costó la vida a 73 civiles, entre ellos todo el equipo juvenil de esgrima que acababa de ganar los Juegos Panamericanos. Ese crimen fue orquestado por Luis Posada Carriles, un exagente de policía de Batista y colaborador de la CIA, responsable de un centenar de atentados terroristas.
En los años 80 los Estados Unidos incluso llevaron a cabo una guerra bacteriológica contra Cuba e introdujeron el virus del dengue hemorrágico en la isla que costó la vida a 158 personas, entre ellas 101 niños. La fiebre porcina, que jamás se había padecido en Cuba, también fue introducida en el país.
En otros términos, los Estados Unidos estaban dispuestos a todo para derrocar la Revolución Cubana.
SL: Los Estados Unidos se opusieron a Cuba en el continente africano en los años 1970 y 1980. ¿Podría decir una palabra al respecto?
ERP: Desde 1959 la política exterior de Cuba tiene como objetivo proteger la soberanía y la independencia del país y escapar al aislamiento que desea imponer el Gobierno americano. En todo el mundo Cuba apoyó las luchas por la independencia de los países que se encontraban bajo control colonial, incluso en África. También apoyamos a los movimientos revolucionarios en América Latina que luchaban contra las dictaduras militares. Los Estados Unidos brindaron su apoyo a todos los regímenes militares, sea en Chile, Brasil, Argentina, Uruguay o en otras partes del continente.
Tenemos raíces comunes con África. La nación cubana tiene una herencia múltiple: nuestros aborígenes –que fueron exterminados casi todos por el colonialismo español–, la influencia de las culturas europeas, pero sobre todo África pues cientos de miles de africanos fueron importados como esclavos para trabajar en las plantaciones azucareras de la isla. Tales son nuestros orígenes.
En nuestras raíces tenemos una presencia africana importante. Por estas razones la Revolución Cubana ha deseado mantener las relaciones más sólidas posibles con el continente del cual proceden nuestras raíces. África ha estado en el centro de nuestra política exterior.
En un momento dado, algunos países africanos como Angola nos pidieron ayuda militar para enfrentar la injerencia extranjera y preservar su soberanía. El país había sido invadido por Sudáfrica, dirigida por el régimen segregacionista del apartheid. Los países africanos que nos solicitaron en los años 70 y 80 siempre recibieron una respuesta positiva y contribuimos en la medida de nuestros recursos a la independencia de África. Desempeñamos un papel en la destrucción del régimen racista de Pretoria en Sudáfrica, en el acceso de Namibia a la independencia. Cuba aportó su modesta contribución.
SL: ¿Cuál fue la política de los Estados Unidos a partir de 1991, tras el desmoronamiento de la Unión Soviética? ¿Por qué no se normalizaron las relaciones en esa época?
ERP: Hay que reconocer cierta coherencia a la política americana. Todos los gobiernos de los Estados Unidos han tenido el mismo objetivo: destruir la Revolución Cubana. Los Estados Unidos no aceptan el hecho de tener a 150 kilómetros de sus costas un país como Cuba, con un Gobierno independiente que sigue su propio camino, que defiende primero y ante todo sus propios intereses y que se opone a su dominio en el continente y en el resto del mundo.
Hubo una excepción bajo la presidencia de James Carter, a finales de los años 70, que deseó restablecer relaciones con Cuba. Abrimos entonces secciones de intereses en La Habana y en Washington, lo que constituyó el primer paso en el restablecimiento de lazos diplomáticos entre los dos países. Su sucesor Ronald Reagan puso término a eso.
Tras el desmoronamiento de la Unión Soviética en 1991, los Estados Unidos querían dar el golpe de gracia a la Revolución Cubana. Su lógica era la siguiente: si Washington había logrado destruir el socialismo en Europa del Este, podía hacer lo mismo en Cuba, que se encontraba al lado. La Casa Blanca reforzó entonces la política de sanciones y de aislamiento contra Cuba. En 1992, bajo la administración de Bush, los Estados Unidos adoptaron la Ley Torricelli que agudizó las sanciones contra Cuba.
En 1996, bajo Clinton, la Ley Helms-Burton tuvo un impacto aún más drástico sobre nuestra economía. Estas dos leyes tienen alcance extraterritorial, es decir que se aplican a todos los países del mundo, lo que es una violación flagrante del derecho internacional público. El objetivo ya no es sólo impedir todo intercambio entre Cuba y los Estados Unidos, sino también obstaculizar el desarrollo del comercio internacional de Cuba con las demás naciones del planeta.
SL: A partir de 1991 los Estados Unidos han justificado el mantenimiento de las sanciones económicas a causa, según ellos, de la situación de los derechos humanos en Cuba. ¿Qué responde a estas afirmaciones?
ERP: El Gobierno americano siempre ha buscado pretextos para justificar su política de agresión contra Cuba. Al inicio de la Revolución, Washington evocó la cuestión de la presencia comunista en el hemisferio occidental y la alianza con la Unión Soviética que, según él, representaba un gran peligro para la seguridad de los Estados Unidos. Luego acusó a Cuba de exportar la revolución a través del mundo. Hubo así una evolución de los argumentos usados para justificar su política contra nosotros.
Más tarde, tras la caída de la Unión Soviética, mientras que Cuba no representaba una amenaza para nadie, había que encontrar otra justificación para explicar el mantenimiento de una política hostil contra la isla. Washington evocó entonces la cuestión de los derechos humanos y de la democracia. Siempre hemos estado muy claros sobre este tema: no somos un país perfecto. Eso no existe en ninguna parte. Intentamos todos edificar una sociedad mejor.
Desde 1959 nuestro objetivo es construir la sociedad más justa posible, priorizando al ser humano y dando a las mujeres y a los hombres lo que es esencial en la vida. Desde luego hemos cometido errores y hay cosas que mejorar en nuestro país. Pero la Revolución Cubana jamás ha tenido como meta violar los derechos humanos. Al contrario, hemos hecho una revolución para defender los derechos de todos los cubanos, sin excepción, sin discriminación de género o de color de piel. Durante los sesenta años de Revolución nos hemos esforzado en dar a todos los cubanos los mismos derechos.
Los Estados Unidos siempre han intentado instrumentalizar la cuestión de los derechos humanos. Siempre hemos expresado nuestra disposición a disertar sobre este tema con todo el mundo, incluso con Washington. Reconocemos que hay cosas que mejorar en nuestro país. Pero pensamos también que los Estados Unidos tienen más progresos que realizar y esfuerzos que hacer para resolver la cuestión de los derechos humanos en su territorio.
Hay que ser respetuoso de los derechos de los demás a elegir sur propio modelo de desarrollo económico y social. Hay que ser capaz de aceptar la independencia y la soberanía de las naciones. No se puede aceptar la injerencia de los poderosos en los asuntos internos de los pequeños países.
Por estos motivos rechazamos la instrumentalización de los derechos humanos para fines políticos. Estamos dispuestos a dialogar con todo el mundo sobre la base de la igualdad soberana y de la reciprocidad, incluso sobre la cuestión de los derechos humanos.
SL: Del mismo modo, los Estados Unidos señalan la cuestión de la democracia y del partido único para mantener su política de sanciones. ¿Qué respuesta puede dar a ello?
ERP: Cada país tiene el derecho de elegir su sistema político, económico y social. Es una prerrogativa soberana de cada pueblo, como lo subrayan la Carta de Naciones Unidas y el derecho internacional. La independencia y la soberanía no son negociables y pedimos sencillamente el respeto de estos principios. Se habla mucho de la democracia en el mundo, pero ¿acaso existe una democracia perfecta? ¿Acaso la democracia americana es un modelo? Otra vez se instrumentaliza este concepto con fines políticos.
Cuando se trata de países productores de petróleo, particularmente en Medio Oriente, Washington no diserta sobre la cuestión de la democracia y se preocupa poco de los derechos humanos en esos países donde, en algunos, ni siquiera existen partidos políticos. No hay coherencia política por parte de los Estados Unidos. Serían creíbles si defendieran un mismo principio en todas partes, sin indignación selectiva. Ahora bien, no es el caso.
Nuestro modelo político es diferente y parece que eso es un problema para los Estados Unidos. Sin embargo, no les plantea ningún problema mantener relaciones normales con otros países socialistas con partido único como Vietnam. Nuestra posición es clara: no aceptamos la instrumentalización de estos temas para fines políticos.
SL: Más de un millón de cubanos vive hoy día en los Estados Unidos. ¿Acaso se puede considerar esta emigración como un juicio de valor sobre la Revolución Cubana?
ERP: Primero conviene recordar que desde 1966 existe la Ley de Ajuste Cubano, que es una legislación única en el mundo, que permite a todo cubano que emigre legal o ilegalmente a los Estados Unidos conseguir automáticamente al cabo de un año y un día el estatus de residente permanente. Cualquier persona de otro país en situación irregular es expulsada cuando es arrestada por las autoridades americanas. Los cubanos son acogidos con los brazos abiertos. He aquí una realidad que hay que tomar en cuenta cuando se evoca la cuestión migratoria.
Hoy día, 1,4 millones de cubanos viven fuera de nuestras fronteras en todo el mundo. Hubo una emigración importante hacia los Estados Unidos, alrededor de un millón de personas. En 1959 fue eminentemente política con el exilio de los herederos del régimen dictatorial de Fulgencio Batista. Luego hubo sobre todo una emigración económica.
Hoy una mayoría muy amplia de la emigración cubana está a favor de una relación respetuosa con su país de origen, incluso en los Estados Unidos. Existen allí organizaciones de emigrados cubanos que piden el fin de las sanciones económicas contra su país y el establecimiento de una relación respetuosa entre las dos naciones. Estos emigrados cubanos desean mantener un contacto normal con su patria de origen, visitar la isla cuando expresan el deseo, mantener los lazos con sus familias y ayudarlas económicamente, participar en proyectos económicos en la isla y hacer inversiones allí. Ello es la norma en todas partes del mundo. Existen miles de asociaciones de emigrados cubanos en el mundo que militan a favor de una relación normal con Cuba. El diálogo con los emigrados cubanos es una prioridad de nuestra política exterior. En nuestra embajada mantenemos un contacto permanente con nuestros conciudadanos presentes en Francia.
SL: ¿Cuál fue la política de la Administración de Bush hijo hacia Cuba?
ERP: La administración de Bush, que gobernó entre 2000 y 2008, prosiguió la política hostil de sus predecesores. Reforzó el bloqueo contra nuestro país con la adopción de nuevas sanciones en 2004 y 2006 y acrecentó la campaña política y diplomática contra Cuba.
Pero hemos logrado restablecer nuestras relaciones con la mayor parte de los países del mundo. Hoy tenemos lazos diplomáticos con 197 Estados y organizaciones internacionales. Estamos presentes en todas las organizaciones del sistema de Naciones Unidas. Tenemos 130 embajadas en el mundo y hay 125 embajadas extranjeras en Cuba. A pesar de nuestro tamaño pequeño, hemos conseguido desarrollar una política exterior activa que nos ha permitido estar presentes en los asuntos del mundo.
SL: ¿Qué circunstancias llevaron al acercamiento con la Administración de Obama en 2014? ¿Cuáles fueron los resultados de ese diálogo?
ERP: Barack Obama era un fenómeno político. Se trataba del primer presidente negro de la historia de los Estados Unidos y suscitó mucha esperanza. Tras su elección muchos observadores estimaron que había llegado el momento de operar a un cambio de política hacia Cuba. Obama es el primer presidente americano en reconocer que el bloqueo –o el embargo como él lo llama– había sido un fracaso. También reconoció que la política americana no había dado los resultados deseados y que las sanciones afectaban la sociedad cubana y la población de la isla. A partir de esa constatación expresó el deseo de modificar la política de los Estados Unidos hacia Cuba.
En el fondo, no hubo un verdadero cambio pues la Administración de Obama prosiguió los mismos objetivos, es decir instalar en Cuba un gobierno diferente. Sin embargo, su enfoque para alcanzar esa meta fue distinto. Decidió entonces durante los últimos dos años de su segundo mandato presidencial adoptar algunas medidas positivas.
Restableció las relaciones diplomáticas entre los dos países y se volvieron a abrir embajadas en Washington y en La Habana. Se firmaron no menos de 22 acuerdos bilaterales en sectores como la lucha contra el tráfico de drogas o contra el cambio climático. Ello mostró que era posible tener un diálogo civilizado entre nuestros dos países a pesar de las grandes diferencias. Somos capaces de trabajar juntos sobre temas en los cuales tenemos intereses comunes.
Por otra parte, nuestros cinco agentes que estaban encarcelados en los Estados Unidos desde 1998 por haberse infiltrado en los grupúsculos extremistas de Florida responsables de actos terroristas contra Cuba fueron liberados y pudieron regresar a la isla. Hemos podido abrir un nuevo capítulo en nuestras relaciones bilaterales, aunque el bloqueo económico, comercial y financiero todavía sigue vigente. Conviene recordar que las sanciones financieras más severas jamás impuestas a empresas extranjeras que han tenido relaciones con Cuba fueron obra de la administración de Obama. Pienso particularmente en BNP Paribas o la Société Générale.
Obama también facilitó los contactos entre nuestros dos pueblos y permitió a las compañías aéreas americanas establecer vuelos hacia Cuba. También autorizó los viajes académicos y culturales. Esos cambios fueron positivos, aunque en el fondo no cambió la política. Por ejemplo, la base naval de Guantánamo todavía está presente.
Obama hizo esos cambios para responder al reclamo de la comunidad internacional que se opone resueltamente a las sanciones económicas. Desde 1992 presentamos cada año una resolución en la Asamblea General de las Naciones Unidas contra el bloqueo económico, comercial y financiero y hemos tenido el apoyo de la inmensa mayoría de los países. Sólo los Estados Unidos e Israel se oponen al levantamiento de las sanciones. Al final del mandato de Obama incluso los Estados Unidos se abstuvieron durante el voto. Para él no había ningún riesgo desde un punto de vista político, ya que se trataba de su último mandato.
Al contrario, había un reclamo fuerte por parte de América Latina y el Caribe a favor de un cambio de política hacia Cuba. Incluso en el seno de la opinión pública americana y de la comunidad cubana de la Florida había una corriente mayoritaria a favor de un nuevo enfoque hacia la isla.
SL: ¿Cuál fue la política de la Administración de Trump hacia Cuba de 2017 a 2020?
ERP: Donald Trump optó por un cambio completo de la política exterior de Obama hacia Cuba. Hizo lo mismo en otros campos y se esforzó en desmantelar lo que había construido su predecesor. Salió de los Acuerdos de París sobre el clima y de los acuerdos relativos al tema nuclear iraní. Desde el inicio de su Administración puso fin a todas las medidas constructivas que tomó Obama y se degradaron las relaciones bilaterales. Bajo la Administración de Trump se tomaron más de 20 medias coercitivas contra Cuba para impedir el desarrollo de su economía. Trump incluso sancionó a las compañías marítimas que transportaban petróleo a Cuba. Nos encontramos frente a grandes dificultades y en una situación de penuria energética pues ningún barco quería suministrarnos petróleo por miedo a las represalias.
Los cuatro años de la Administración de Trump tuvieron un impacto grave en la economía cubana. Washington puso término a todos los contactos entre los pueblos y prohibió los viajes cruceros. El Gobierno americano expulsó a diplomáticos cubanos de Washington. Cerró su consulado en La Habana, lo que obliga a los cubanos a viajar a un tercer país para solicitar una visa. Esa Administración lo hizo todo para poner término a los intercambios entre los dos países.
Por otra parte, lo que representó un golpe duro a nuestra economía fue la aplicación extraterritorial del bloqueo americano. El único presidente que aplicó el Título III de la Ley Helms-Burton de 1996 fue Donald Trump. Empresas públicas francesas que tenían proyectos en Cuba en el sector del transporte y del turismo decidieron poner fin por miedo a ser sancionadas por Washington. La política contra Cuba alcanzó un umbral sin precedentes.
SL: Unos días antes de su salida Trump decidió colocar de nuevo a Cuba en la lista de los países patrocinadores del terrorismo internacional a causa, entre otros, de la presencia de antiguos guerrilleros en Cuba. ¿Cuál es la respuesta de Cuba a estas acusaciones?
ERP: Cuba fue colocada en la lista de los países patrocinadores del terrorismo en los años 80 por Ronald Reagan. Barack Obama decidió retirar a Cuba de esta lista en 2015 de acuerdo con su política constructiva hacia la isla, siguiendo las recomendaciones de los servicios de inteligencia estadounidenses y del Pentágono, que subrayaron que Cuba no representaba ninguna amenaza para los Estados Unidos y que no tenía ningún lazo con redes terroristas. En cambio, Donald Trump, unos días antes del final de su mandato, decidió colocar de nuevo a Cuba en esta lista para satisfacer a la extrema derecha de origen cubano de Florida.
Hemos denunciado esta decisión infundada e injusta. Tenemos una política muy clara contra todo tipo de terrorismo. Hemos sido víctimas del terrorismo de Estado durante cerca de sesenta años. Cerca de 3.500 cubanos perdieron la vida después de los atentados terroristas orquestados desde los Estados Unidos. Más de 2.000 cubanos tienen secuelas permanentes tras las acciones terroristas organizadas desde los Estados Unidos. Al final de los años 90 varias bombas explotaron en hoteles de La Habana durante una campaña terrorista destinada a asustar a los turistas y a arruinar la economía cubana que se había abierto a este sector para sobrevivir. Hubo decenas de víctimas y un turista italiano perdió la vida.
Condenamos todo tipo de terrorismo, sin distinción. En 2001, tras los atentados del 11 de septiembre, abrimos nuestro espacio aéreo a los aviones americanos que no podían aterrizar en los Estados Unidos y expresamos nuestra disposición a cooperar en la lucha contra el terrorismo internacional.
La comunidad internacional está al tanto del papel de Cuba en la lucha contra el terrorismo. Toda América Latina y el Caribe reconocen el papel de Cuba en el proceso de paz en Colombia. Aceptamos acompañar en La Habana las negociaciones entre el Gobierno colombiano y las FARC, lo que desembocó en un proceso de paz. Luego el gobierno colombiano y el ELN nos pidieron que patrocináramos negociaciones y aceptamos de nuevo la propuesta. Cuando el Gobierno colombiano decidió poner término a esas negociaciones tras acontecimientos que ocurrieron en Colombia, aceptamos sin vacilación.
La decisión de Trump demuestra otra vez la total falta de coherencia de los Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo internacional.
SL: ¿Cómo ve el futuro de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos bajo la presidencia de Joe Biden? ¿Cuáles son las bases necesarias para mantener relaciones normales y pacíficas con los Estados Unidos?
ERP: Creo que es una pregunta para Joe Biden, porque Cuba ha mantenido la misma posición sobre el tema desde la visita de Fidel Castro a Washington en 1959. Queremos tener relaciones normales y civilizadas con los Estados Unidos sobre la base del respeto mutuo, de la no injerencia y de la reciprocidad. Si los principios son respetados estamos dispuestos a sentarnos a la mesa de negociaciones con las autoridades americanas. No podemos imaginar relaciones normales entre los dos países mientras exista el bloqueo. Es imposible. Mientras Cuba esté en la lista de los países patrocinadores del terrorismo internacional no podremos tener relaciones normales. Es imposible.
Escuchamos durante la campaña del candidato Biden declarar que estaba dispuesto a volver a la política de Obama hacia Cuba. Ello no significa que los objetivos fundamentales serán modificados, pero será un primer paso constructivo con el regreso de los contactos entre los pueblos, las visitas, el buen funcionamiento de las entidades consulares, el diálogo, el restablecimiento de la veintena de acuerdos bilaterales firmados con Obama. ¿Acaso podrá fin a la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton? Veremos.
Por nuestra parte, jamás hemos tomado decisiones de política exterior ofensivas contra los Estados Unidos. Sólo nos hemos defendido contra una política de injerencia agresiva. No tenemos bases militares en el exterior. En diciembre de 2020 el Presidente Miguel Díaz-Canel expresó ante el Parlamento cubano su disposición a reanudar lazos respetuosos con los Estados Unidos.
Deseamos un diálogo que pueda reparar el daño que hizo la Administración de Trump. Somos vecinos. No tenemos nada contra los Estados Unidos. Deseamos vivir normalmente, tal como lo queramos y lo decidamos a través de nuestro proyecto colectivo. Esperamos que un día los Estados Unidos tengan la misma voluntad.
SL: ¿En qué estado se encuentra actualmente la sociedad cubana?
ERP: El impacto económico de las medidas que tomó la Administración de Trump ha sido fuerte. A ello se agrega el impacto de la pandemia de Covid-19. Hemos tenido que cerrar nuestras fronteras, lo que ha paralizado la industria turística, que es uno de los sectores más importantes de nuestra economía y una de las primeras fuentes de ingresos. Usted podrá imaginar las consecuencias para un pequeño país como el nuestro.
A pesar de ello hemos logrado hacer frente a la pandemia y controlarla. Afortunadamente tenemos un sistema de salud sólido que cubre a toda la población cubana. Tenemos polos científicos de investigación muy importantes y producimos la mayor parte de las vacunas que usamos. Hemos podido hacer frente a la pandemia a partir de una posición ventajosa. Pero no podemos negar que ha tenido un impacto importante en la sociedad.
Desde el inicio de la pandemia nuestra comunidad científica comenzó a trabajar sobre candidatos vacunas. Hoy tenemos cinco candidatos vacunas, entre los cuales dos están en fase III: Soberana II y Abdala y han mostrado una gran eficacia en la respuesta inmunitaria. Los otros tres: Soberana I, Mambisa y Soberana Plus también han tenido resultados alentadores. Para finales de 2021 estaremos en capacidad de vacunar a toda nuestra población. Estaremos en capacidad de producir 100 millones de dosis y ayudar a otros países del mundo.
Hemos mantenido nuestro esfuerzo de cooperación internacional durante la pandemia y hemos brindado ayuda a los países que han solicitado nuestro concurso para enfrentar el Covid-19. Hemos mandado brigadas médicas a unos 50 países, entre ellos Martinica, Italia y Andorra.
SL: ¿Podría usted decir una palabra sobre la reunificación monetaria que tuvo lugar el 1 de enero de 2021?
ERP: Cuando el socialismo se desmoronó en Europa del Este a finales de los años 80, desapareció el 85% de los intercambios comerciales de Cuba. Ello ocasionó una caída de nuestro PIB de más del 35%. Hubo una crisis económica muy fuerte en Cuba a principios de los años 90, autorizamos la circulación del dólar en nuestra economía en paralelo al peso cubano. Reorientamos nuestra economía hacia el turismo.
Luego nos enfrentamos a otro problema: el dólar llegaba a Cuba, pero no podíamos utilizarlo a causa de las sanciones económicas americanas que nos prohíben usar esta moneda en nuestros intercambios con el mundo. Decidimos entonces crear el peso convertible para el turismo y tuvimos entonces dos monedas en circulación en Cuba. Cuando un turista llega a Cuba, intercambia sus divisas por pesos convertibles con los cuales paga los servicios que le hacen falta durante su estancia.
La circulación de esas dos monedas fue práctica durante años en Cuba pero, con el tiempo, se convirtió en una dificultad para el buen funcionamiento de la economía. Había que trabajar con dos monedas y ello incluso se había convertido en un obstáculo para el desarrollo de las inversiones extranjeras en Cuba. La reunificación monetaria era entonces necesaria y fue una decisión que se tomó hace varios años. Sólo esperábamos la buena coyuntura, que nunca llegó porque fue electo Trump.
Finalmente decidimos elegir la fecha del 1 de enero de 2021 para suprimir el peso convertible y sólo mantener el peso nacional. Hemos establecido una tasa de cambio única de 24 pesos por dólar. Hemos ajustado los salarios multiplicando por cinco la masa salarial para reducir las disparidades vinculadas a la emergencia de la industria turística y de la doble moneda.
Por ejemplo, un empleado de un hotel podía tener un salario superior al de un profesor universitario y no es algo deseable. Intentamos resolver esos problemas otorgando un salario a cada uno según su aporte a la sociedad. Es nuestra gran prioridad y pensamos que esta medida será favorable a la población.
Tomado de Cubadebate.
Enviado por el autor a: Martianos-Hermes-Cubainformación