Raúl Antonio Capote.- Africanos, chinos, peninsulares, mezclaron en la tierra de los taínos , la sangre generosa que convirtió en realidad la convicción de que es mejor dejar de ser que ser esclavos. Nuestros padres, armados con la vergüenza se fueron a la Sierra, cayeron en el llano y las ciudades, y vencieron más que a un ejército o a una dictadura, derrotaron un destino, una doctrina, un fatalismo aherrojado por años de neocoloniaje.
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