Wilkie Delgado Correa* - Cubainformación.- El próximo 1 de enero del 2023 esta verdad: Fidel ascendió con la roca y la mantuvo en la cima y con su obra superó el mito de Sísifo. Y esa roca es Cuba libre, independiente y soberana.
El próximo 1 de enero del 2023 se cumplirá el 64 aniversario del triunfo de la Revolución Cubana, y así como en los años se repiten los días y los meses, creo indispensable reiterar ideas y enfoques valorativos anteriores y otros nuevos que mantienen su esencialidad en una ocasión tan significativa como la de este aniversario.
Como afirmara Hugo Chávez hace años, Fidel “es ese gigante de todos los tiempos y todos los lugares”, independientemente que siempre quede flotando sobre las conciencias la frase de Martí, asumida por Fidel como propia de su filosofía existencial, de que “toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”.
Si algo es indudable es que Fidel representa al hombre rebelde de nuestros tiempos o, mejor sería decir, de todos los tiempos.
En su ensayo titulado “El hombre rebelde”, Albert Camus concluyó que el hombre rebelde debía ser una síntesis de todos aquellos seres mitológicos y humanos que han sido portadores de esta naturaleza de rebeldía durante la historia de la humanidad, de la cual Sísifo fue un hito primigenio.
Personajes hay en la mitología, en la historia y en la ficción capaces de poblar la imaginación y fantasía de todos los hombres. Los polos opuestos pueden ser Jeremías y Sísifo.
El primero, Jeremías, fue uno de los cuatro profetas mayores (650 –
El otro personaje, esta vez mitológico, es Sísifo. Hijo de Eolo y rey de Corinto, fue condenado a los infiernos, después de su muerte, a subir una enorme roca a la cima de una montaña, de donde volvía a caer sin cesar. Es el paradigma de la rebeldía y de la persistencia ante los avatares del destino adverso.
José Martí definió su escogencia en la vida: estaba indefectiblemente con el optimismo así como con la rebeldía de Sísifo. De esta manera lo expresó:
“Los tiempos son para Sísifos, y no para Jeremías; para empujar rocas hasta la cima de las montañas; no para llorar sobre exánimes ruinas”. “(…) Ese andar afanosos… ese aparecer y deslumbrar; ese sentarse como Sísifo triunfador, sobre la piedra que ha empujado con sus brazos a la cumbre del monte, a recibir luz de sol y ofrenda de hombres; y ese… dar a quien sabe ver, y gozar en admirar, la medida de una titánica figura, titánica hasta en el modo de ocultar que lo era.”
“Pero estos tiempos no son de vagar sino de obrar... Hay un gran ruido de vendas que caen a tierra. Los hombres ven sus llagas, y, discutiendo los modos de curarlas, no ven que crecen. No se tiene, frente a tanta angustia, el derecho de soñar. Soñar, aunque sea una tortura, parece un regalo. Cuando todos los hombres son Sísifos, no está bien en hombres, ser Jeremías.”
“Es necesario ponerse en pie y ver lo que pasa en el mundo, para que no pase lo que se pueda evitar (…) con un poco de fuerza.”
Así continúan las cosas en este mundo. A pesar de los Jeremías y sus lamentos desalentadores, prosigue el gesto de rebeldía de los Sísifos. Y es que como sentenció Martí: “Es rebelde el hombre por naturaleza, y echará siempre abajo a cuantos crean que se le pueden poner por delante o por encima.”
Fidel es el ser humano y el político paradigmático de una auténtica rebeldía en nuestros tiempos. Esto se ha reflejado tanto en sus acciones como en sus ideas: son innumerables los hechos concretos de su vida que expresan esa rebeldía natural e indomable.
Existe una anécdota reveladora de esta cualidad desde sus días de adolescente. Cuando el padre le amenazó con el castigo de mantenerlo en su casa campestre, y alejado de los estudios, fue rotundo en afirmar: “Si no me permiten continuar mis estudios, le doy candela a la casa”.
Fue un rebelde resuelto cuando en su época de estudiante universitario, denunció y desafió a las pandillas gansteriles presentes entonces dentro del recinto de
Fue un rebelde militante cuando se incorporó a un contingente liberador contra la dictadura trujillista en República Dominicana y cuando se incorporó a los contingentes sublevados del pueblo colombiano como protestas ante el asesinato de de Gaitán.
Fue un rebelde sin precedente cuando enfrentó el golpe de Estado de Batista con un recurso legal acusatorio, establecido ante los Tribunales de Justicia, por la flagrante violación de
Fue un rebelde consecuente cuando, convencido de la imposibilidad de cualquier cambio por la vía política y pacífica, organizó y ejecutó el asalto armado al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1953, fecha que devino posteriormente en Día de
Fue un rebelde soñador e iluminado cuando desafió el poderío militar de la dictadura, y anunció públicamente que en 1956 serían “Héroes o Mártires”, y cuando cumplió su palabra con un desembarco, casi catastrófico, en el yate Granma, al frente de 82 hombres decididos a librar la lucha en las montañas.
Fue un rebelde estratégico cuando decidió liderar una Revolución armada que estaba en contra del dogma político reinante que afirmaba que “en Cuba era imposible que triunfara una revolución contra el ejército y contra los americanos”, y, además, sólo contando con un puñado de hombres y la fe inmensa en el pueblo cubano.
Fue un rebelde que se agigantaba cuando en
Fue un rebelde de nuevo tipo cuando se negó a aceptar el escamoteo del triunfo de
Fue un rebelde convencido del apoyo sin límites de su pueblo, cuando ya con la certeza de que Estados Unidos preparaba la invasión mercenaria contra Cuba, y que las agresiones del 15 de abril de 1961 eran su preludio, declaró el día 16, víspera del desembarco de esta por Bahía de Cochinos, el carácter socialista de
Fue un rebelde defensor de la independencia y soberanía de su país, cuando, con absoluto apego a los principios y leyes internacionales, se negó a permitir los vuelos espías de los aviones de Estados Unidos y tampoco aceptó la inspección en territorio cubano del retiro de los cohetes soviéticos durante la crisis de octubre de
Fue un rebelde internacionalista cuando desafiando a todas las potencias coloniales y a Estados Unidos, apoyó la lucha de liberación en África, que condujo a la independencia de muchos países africanos y al derrumbe del apartheid en Sudáfrica.
Fue un rebelde inclaudicable, un verdadero rebelde con causa y fe en el pueblo, cuando proclamó antes de la desaparición de
Fue un rebelde sin miedo y sin tacha al desafiar el dictado imperial desde los inicios de
Si estos son grandes hitos de la rebeldía natural de Fidel, pudieran mencionarse muchos otros gestos de mayor o menor trascendencia para los destinos de
Vale recordar una de sus ideas que sintetizan su pensamiento de rebeldía radical y esencial: “Nos casaron con la mentira y nos obligaron a vivir con ella, por eso es como si el mundo se hundiera cuando escuchamos una verdad; como si no valiera que el mundo se hundiera antes que vivir en la mentira.”
Por estas y otras razones, Fidel es el símbolo más rutilante de la rebeldía en la época que le tocó vivir. Y seguro que lo será para los siglos futuros.
Al pensar que hizo renuncia de todos los cargos oficiales cuando evaluó que no podría ejercerlos con el esfuerzo y dedicación extraordinarios de siempre y que
“Como si volviéramos a empezar, miremos adelante ahora que hemos aprendido tanto para ser mejores y hacer más.” Porque “una política de principios vale más que millones de palabras vacías. Los hechos reales son los que cuentan en la historia. Siempre hemos dicho que bajo ninguna circunstancia habríamos plegado nuestras banderas.”
Y para culminar ese gesto excepcional de rebeldía meditada, iluminada y consciente, dejó este testamento para todas las generaciones de cubanos presentes y futuras para que nunca se le rindan honores con estatuas ni nombres de avenidas, edificaciones, etc., siendo consecuente con su prédica contra el llamado culto a la personalidad y rompiendo con ello en la humanidad una tradición y, quizás, con una de las aspiraciones legítimas de eternidad de todos los grandes personajes de la historia de perpetuarse de esta manera simbólica más allá de la muerte.
Por todo eso y mucho más, en este nuevo aniversario, Fidel desde su atalaya en el monolito del Cementerio Patrimonial de Santa Ifigenia en Santiago de Cuba puede sentirse satisfecho y reconfortado como Sísifo triunfador, sobre la roca que hubo de empujar con sus brazos a la cumbre de la montaña, para recibir la luz del sol y la ofrenda de los hombres, porque logró lo que no pudo Sísifo: la permanencia de la roca en la cima. Y esa roca es Cuba libre, independiente y soberana.
Doctor en Ciencias y Doctor Honoris Causa en Ciencias Médicas. Profesor Titular y Consultante. Profesor Emérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.
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