Cual filme de terror, el fantasma del comunismo recorre los pasillos del Capitolio Nacional de Estados Unidos desde que terminó la Segunda Guerra Mundial y la URSS logró la victoria sobre el nazismo.

Desde ese momento, los yanquis y sus aliados más cercanos arreciaron la política de contención contra la URSS, para evitar que pudiera convertirse en un rival económico, político y militar, a imitar por otros países.

Es por eso que a partir de 1945 ejecutaron su conocida política del Gran Garrote, contra aquellos gobiernos que no se sometieron a sus intereses o sospechosos de estar penetrados por las ideas comunistas; de ahí los 15 golpes de estados llevados a cabo en América Latina hasta los años 70, aunque hoy lo siguen haciendo mediante golpes congresionales, persecución política con acusaciones fabricadas y el reclutamiento de figuras políticas sometidas a sus órdenes.

El anticomunismo es el patrón que marca la política de Estados Unidos desde el gobierno de Harry Truman, y le permitió al senador Joseph McCarthy, ejecutar en 1950 su despiadada cacería de brujas, respaldado por el Comité de Actividades Antiamericanas en la Cámara de Representantes, contra todos los que mostraran simpatías por el socialismo o asumieron posiciones contrarias a la opresión y desigualdades sociales. Desencadenó un extendido proceso de declaraciones, acusaciones infundadas, denuncias, interrogatorios, procesos irregulares y listas negras contra personas sospechosas de ser comunistas.

Hoy parece que la representante María Elvira Salazar, es la reencarnación de McCarthy, al afirmar: “Todo lo que diga socialismo es malo” y asume las mismas posturas de persecución a quienes deseen mantener relaciones con países socialistas, como Cuba, Venezuela, Nicaragua, Rusia y China.

Sus manifestaciones contra Cuba rayan en la paranoia, al declarar públicamente: “El socialismo solo trae miseria, opresión y provoca exilio”, pero omite las leyes aprobadas por Estados Unidos para evitar que el modelo socialista triunfe, entre ellas:

“Ley de Comercio con el Enemigo, de 1917, sección 5.b; Ley de Cooperación Internacional, de 1961, sección 620.a; Regulaciones al Control de los Activos Cubanos, de 1963; Ley para la Democracia en Cuba, de 1992, conocida también como Ley Torricelli; Ley para la Libertad y la Solidaridad Democrática Cubanas, de 1996, (Ley Helms-Burton); Ley de Sanciones Comerciales e Incremento del Comercio, del 2000, unidas a las 244 medidas adicionales tomadas por el presidente Donald Trump”.

Tampoco menciona la representante la afirmación del Council on Foreign Relations, CFR, publicada en 1999:

“La oposición de Estados Unidos a la Revolución cubana y el apoyo a la democracia y al desarrollo en este hemisferio, lograron frustrar las ambiciones cubanas de expandir su modelo económico e influencia política”.

Esa representante parece desconocer lo que afirma la CIA en uno de sus documentos desclasificados:

“El principal objetivo de los programas encubiertos contra Castro es completar el aislamiento económico, político y psicológico de Cuba respecto a América Latina y el mundo libre….  Estas medidas han sido en buena parte responsables de las actuales dificultades económicas, pero pudieran adoptarse nuevas y eficaces medidas de Guerra Económica”.

María Elvira Salazar, quien será la presidenta del Sub Comité de las Américas, dentro del Comité de Relaciones Exteriores, se ha convertido en una pieza clave de la política anticubana, junto al senador Bob Menéndez y otros representantes apoyados por la mafia terrorista de Florida.

Pero lo que oculta María Elvira, es la verdadera situación económica y social que encontró la Revolución en 1959, plasmada en varios documentos oficiales de los años 50 del siglo XX, incluso por una encuesta llevada a cabo por la Asociación de Jóvenes Católicos Cubanos, entre 1956 y 1957, que demuestra que Cuba no era el “paraíso glamuroso” que pintan desde Miami.

Nunca habla de lo afirmado en 1957 por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), cuando calificó al gobierno de Fulgencio Batista de antidemocrático, pues no respeta la libertad de prensa, al aplicar la censura de prensa durante 630 días de los 759 que hubo entre el 2 de diciembre de 1956 y el 1 de enero de 1959.

La encuesta de los Jóvenes Católicos Cubanos en 1957, arrojó que:

“En Cuba existen 9 mil maestros desempleados, cuando la población apenas rebasa los 5, 829, 029 habitantes. Existen 1, 032, 849 analfabetos (23,6 % de la población cubana), cifra que se mantuvo similar al año 1925 (25% analfabetismo), lo que evidencia el desinterés de los gobiernos de turno por el pueblo cubano. Este índice es mucho mayor en el campo, donde los iletrados son el 41,7%”.

“Además, el 48,4% (668, 847) de los niños en edad escolar no asisten a la escuela, situación que se hace más crítica en las zonas rurales donde solo asiste el 35% y solo existen 17, 000 aulas, cuando deberían ser 35, 000”.

“En cuanto a la salud, las enfermedades y el parasitismo, el 14% de la población rural ha padecido la Tuberculosis, el 13% ha padecido Tifoidea, y el 36% confesó haber tenido parásito intestinal, lo que quiere decir que el porcentaje real es más alto”.

“El 60% de los campesinos vive en bohíos con techos de guano y piso de tierra. El 85% de las casas–increíbles rezagos de las viviendas aborígenes- solamente cuenta con una o dos piezas en las que debe hacinarse toda la familia para dormir. El 85% carece de servicio de agua corriente y el 90% se alumbra con keroseno”.

“El pan solo es consumido por el 3,36 % de la población trabajadora agrícola. La talla promedio del campesino cubano es de 5 pies y 4 pulgadas. Conociendo por otros estudios que la talla promedio de la mujer cubana es de 5 pies y 3 pulgadas, pudiéndose apreciar la poca diferencia”.

Una encuesta anterior realizada en el año 1953, reveló que aproximadamente 1 de cada 3 cubanos nunca asistió a la escuela y 1 de cada 100, estudiaba en la universidad o era graduado de ella. Entre 3 y 4 mujeres de cada mil (0,35%), llegan a cursar los estudios superiores.

Por esas razones, el diario norteamericano The New York Times, señaló: “la gran mayoría de los cubanos que residen en las zonas rurales viven en la miseria, a nivel de subsistencia”.

Entonces:¿Es el socialismo quien trae la miseria?

Parece que esta señora en su desmedido afán de escalar posiciones, oculta qué Earl E. T. Smith, último embajador norteamericano en La Habana antes de 1959, confesó:

“El gobierno de Batista es dictatorial y pensamos que no tiene apoyo de la mayoría del pueblo de Cuba, pero ha sido un gobierno amistoso hacia Estados Unidos y ha seguido una política económica generalmente sana, que benefició a los inversionistas estadounidenses. Ha sido un partidario leal de las políticas de Estados Unidos en los foros internacionales”

Hasta 1959 el capital estadounidense dominaba la industria azucarera y otras fábricas en la Isla. La economía cubana de los años 50 era totalmente dependiente del gobierno de los Estados Unidos; los negocios con la mafia, entre ellos el juego, las drogas y la prostitución, llenaron los bolsillos yanquis. En el sector minero poseían el 90% de las riquezas del país, fundamentalmente el níquel más cobalto y otros recursos como el cobre, cromo, oro y mármol.  

La Revolución puso fin a esa explotación, pero fue castigada con la cruel y despiadada guerra económica, comercial y financiera para hacerla fracasar.

Hoy Cuba es un país de muy alto desarrollo humano, de acuerdo con el informe de Desarrollo Humano del PNUD. Los niños, adolescentes y jóvenes son priorizados en las políticas sociales con normas jurídicas de protección a sus derechos, como La Constitución de la República, Código de Familia, Código de la Niñez y la Juventud, Código del Trabajo, leyes de Seguridad Social y otros. El Parlamento cubano desde 1982, tiene una Comisión Permanente de atención a la niñez, la juventud y los derechos de la mujer.

La UNICEF asegura que Cuba es un ejemplo en la protección de la infancia y es firmante de la Convención sobre los Derechos del Niño desde enero de 1990 y ratificada en 1991. La educación cubanaes gratuita desde la enseñanza preescolar hasta la superior y la instrucción elemental es obligatoria. Todos los niños y adolescentes campesinos van a la escuela.

El sistema de salud pública tiene cobertura universal y asistencia gratuita. En todas las zonas campesinas hay consultorios médicos y hospitales rurales. El programa de vacunación brinda una de las más amplias coberturas de inmunización del mundo, permitiendo la prevención de 13 enfermedades, más tres nuevas vacunas para enfrentar la COVID-19, totalmente cubanas.

La cultura es un derecho del pueblo, con acceso gratuito a las escuelas provinciales y la universidad de las artes; hay bibliotecas, librerías, teatros, galerías de arte, museos y casas de cultura en todos los municipios de la Isla. El deporte es un logro de la Revolución con altos resultados, a pesar de las acciones de robo de talentos.

Con el triunfo de la Revolución Cuba cambió, situación que no soportan los yanquis y por eso sus campañas plagadas de mentiras.

Esta representante McCartista, ejecuta lo que dijo el presidente D. Eisenhower: “Nuestro objetivo en la guerra fría no es conquistar o someter por la fuerza un territorio. Nuestro objetivo es más sutil, más penetrante, más completo. Estamos intentando, por medios pacíficos, que el mundo crea la verdad. A los medios que vamos a emplear para extender esta verdad, se les suele llamar “guerra psicológica”. Esaguerra psicológica es la lucha por ganar las mentes y las voluntades de los hombres”.

Pero como afirmara José Martí:

“El fausto se compra casi siempre al precio del decoro”.

La Columna es un espacio libre de opinión personal de autoras y autores amigos de Cuba, que no representa necesariamente la línea editorial de Cubainformación.