Andrés Marí - Cubainformación / Fundació Vivint.- ¿Por qué este autor no puso a la madre o a la vecina a oír las mil calamidades con que ‘Radio Martí’ u otros emisoras radiales califican y siguen calificando a Cuba? ¿Por qué en esta obra, aun habiendo numerosas señales del bien para todos que se ofrece en Cuba, no hay ninguna de su peor enemigo, y sí muchas, quizás demasiadas, que apuntan a los errores y las torpezas de la construcción socialista cubana?

Andrés Marí - Cubainformación / Fundació Vivint.- (A nuestros ojos, mediante los gestos que van desprendiendo, por un lado, al cuerpo del actor de sus atributos anteriores, por el otro y con otros gestos el intérprete asume los que le llegan del nuevo personaje. Mientras sucede esta transformación, oímos a LA MADRE).

Andrés Marí - Cubainformación / Fundació Vivint.- Jugar con la mentira es el más pernicioso de los cinismos. Decir que las escaseces materiales, el marginalismo, el negocio ilícito o la delincuencia en Cuba son ‘cosas propias del comunismo’ es, como poco, no ser una persona honrada.

Andrés Marí - Cubainformación / Fundació Vivint.- Un día donde, a pesar de los héroes muertos en la gesta del Moncada y estos otros hombres y mujeres que nos llevó la pandemia, ¡cuánta victoria, cubanos! Cuánta vida salvó y sigue salvando nuestra Revolución en la isla y más allá de la Mar Océana con una sorpresa: no quisimos ser Colón y su manada, ni otro Reino y sus virreyes, y mucho menos otro Imperio y sus Corporaciones. De Angola, adonde más fuimos, “solo nos llevamos nuestros muertos”, como dijo el hombre aquel que no quiere leer su nombre en las plazas ni en las calles, ni tampoco en ningún otro sitio que no sea en el alma desnuda de aquel otro hombre y de aquella otra mujer que, simplemente, vivan para vestirle cada día y cada noche el rostro del mundo e intenten imaginarlo con amor, gracia y belleza.

Andrés Marí - Cubainformación / Fundació Vivint.- Algunos le aplican a Cuba, a veces con la mejor intención, y otras con la mala leche que los alimenta, el eslogan de ‘tierra de santos e inmortales’. Nada más lejos de la verdad. Ni siquiera lo son los magníficos líderes que transitaron y los que ahora continúan la historia. Esto es, quizás, la mayor victoria de los cubanos. ¡Porque mira que les gusta vacilar!