Aunque se sabía que la embajada de los Estados Unidos en Lima, es quien dirige todo el proceso político que vive el pueblo peruano, ahora con la decisión tomada el 31 de mayo del 2023, de autorizar el ingreso en ese país andino de más de 1,000 militares yanquis y su armamento, con la endeble justificación de “entrenar” a fuerzas armadas y a la policía, la presidenta golpista Dina Ercilia Boluarte Zegarra, acaba de quitarse la careta y demostrarle al mundo que es una total subordinada a Washington.
No por ser repetitivas sus mentiras contra Cuba, dejan de causar indignación, al constatar la doble moral y la hipocresía de la política de Estados Unidos, patente en el informe que presentó al Congreso el 23 de mayo, Antony Blinken, Secretario de Estado, donde afirmó que el Registro Federal en su certificación anual, expuso que Cuba, Corea del Norte, Irán, Siria y Venezuela, no cooperan plenamente con Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo y por tanto la administración de Joe Biden los mantendrá en la lista de estados patrocinadores del terrorismo.
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, tiene prevista su visita a Cuba los días 25, 26 y 27 de mayo 2023, pero ya varias organizaciones creadas y financiadas por Estados Unidos, iniciaron sus presiones y chantajes para que actúe como desean los yanquis, en su desesperado intento de estrangular a la Revolución y ver cumplidos sus trasnochados sueños de derrocarla.
El 15 de mayo del 2023, Antony Blinken, secretario de Estado del imperio yanqui, presentó el Informe sobre Libertad Religiosa Internacional correspondiente al 2022, donde se acusa a Cuba de “violaciones a la libertad religiosa”, y la incluyó en la lista de “países de especial preocupación” que confeccionan unilateralmente.
Es conocido que la política mantenida por Estados Unidos contra Cuba, es la de sembrar una matriz de opinión internacional para que la gente se crea que la Revolución cubana “es un “estado fallido que viola los derechos humanos”, como un castigo imperial al no poder doblegar la voluntad soberana del pueblo de ser independientes de Washington.
Quien revise la historia podrá comprobar que los yanquis emplean el asesinato como método, cuando no pueden vencer a quienes no se dejan doblegar. Los ejemplos son muchos y Cuba acumula una buena parte de ellos, porque ante la impotencia de no poder impedir el triunfo de la Revolución de 1959, a Fidel Castro le organizaron más de trescientos planes para asesinarlo, según consta en documentos secretos y declaraciones de sus implicados.
Para seguir con la directiva yanqui de demonizar a la Revolución cubana, parlamentarios europeos a su servicio continúan en sus fallidos propósitos de romper el Diálogo y cortar el financiamiento que la Unión Europea ofrece a las organizaciones no gubernamentales, en un intento inhumano por asfixiar al pueblo cubano.