Correo del Orinoco/MinCI/Foto Virgilio Ponce.- Muchas personas en el mundo, e incluso las norteamericanas y los norteamericanos, desconocen o no entienden cómo funciona realmente el sistema electoral en Estados Unidos, donde el voto popular no elige al Jefe de Estado sino a sus congresistas, tal y como lo señala la escritora y abogada Eva Golinger, oriunda de ese país, pero radicada en la patria de Bolívar desde hace varios años.


Por Orestes Martí*
Fuente original: Martianos-Hermes-Cubainformación-Pueblos

Por Orestes Martí *

 

El resultado del "último debate" entre los dos representantes de los mismos intereses -Obama >< Romney-, no tuvo el final que esperábamos, aunque las estadísticas en cuanto a intención de voto si mostraban un cierto "empate técnico" (1). Es decir, la mayoría de los comentaristas y analistas señaló que el actual Presidente Barack Obama había "triunfado" en el "debate" sostenido en Boca Ratón (Florida).

Por Eva Golinger*/Foto Virgilio Ponce - RT.- A un mes de las elecciones presidenciales en Venezuela, el pueblo soberano lucha contra la amenaza de una élite al servicio de las multinacionales y los intereses estadounidenses que buscan retomar el poder en el importante país petrolero.

 

Por Eva Golinger*/Foto Virgilio Ponce - Contrainjerencia / Desde la primera vez que Hugo Chávez fue electo presidente de Venezuela en 1998, Washington y sus aliados han intentado socavar su mandato. Cuando Chávez apenas era candidato presidencial, el gobierno de Estados Unidos le negó una visa para participar en algunas entrevistas televisadas en el país norteamericano. Luego, cuando ganó las elecciones presidenciales, el entonces embajador estadounidense en Caracas, John Maisto, lo llamó personalmente para felicitarlo y ofrecerle su visa. Los meses siguientes fueron llenos de intentos de “comprar” al nuevo presidente de Venezuela. Empresarios, políticos y jefes de estado desde Washington a España lo presionaban para que se subordinara a sus agendas. “Vente con nosotros”, le urgía el entonces primer ministro español, José María Aznar, seduciéndolo con ofertas de lujo y riqueza, si simplemente cumplía con sus órdenes.