Serguéi Nóvikov, jefe de corresponsalía del diario oficial del gobierno de Rusia «Rossíyskaya gazeta» (www.rg.ru) en Cuba, me envió las siguientes interrogantes acerca de las recientes palabras del vicecanciller ruso Serguéi Ryabkov en respuesta a una pregunta periodística sobre la posibilidad de desplegar «infraestructura militar» de ese país en Cuba.

«Desde el lunes se juzga a los más de 1.100 detenidos por los disturbios…»
(…)
«A razón de unos 10 detenidos a la hora, los jueces no dan abasto. Según uno de los abogados, entre las 11.30 del lunes y el mediodía de hoy ya habían desfilado por los juzgados un centenar de jóvenes. La afluencia es tal que varios furgones de la policía repletos de acusados hacen cola frente a los tribunales, que no disponen de espacio suficiente en los calabozos del edificio.»

A raíz de la más reciente intervención del Primer Secretario de nuestro Partido, compañero Miguel Díaz-Canel, en el Consejo de Ministros, en que llamó a «implementar medidas sociales: Educación, Cultura, Deporte, Salud, atención y prevención social, a «trabajar en la espiritualidad de las personas y que ellos sean quienes construyan eso que queremos mejorar, que lo tengan en sus manos, para que funcione desde los afectos» y pidió «una propuesta sobre cómo facilitar y estimular el acceso a fuerza de trabajo calificada –en la enseñanza técnico profesional y en la enseñanza universitaria— de jóvenes procedentes de hogares con vulnerabilidades, de barrios con situaciones de vulnerabilidad y sobre todo personas negras y mulatas», recordando que eso fue una «preocupación del Comandante en Jefe que estuvo muy presente cuando se desarrollaron un grupo de Programas de la Revolución y reconociendo que en aquellos años se ganó un poco, pero hemos vuelto a retroceder», con esperanza renovada replico estas palabras que pronuncié en un debate a raíz de cumplirse diez años del histórico discurso de Fidel en la Universidad el 17 de noviembre de 2005:

El 22 de diciembre de 1961 culminaba en la Plaza de la Revolución José Martí de La Habana, la campaña con la que la Revolución en el poder declaraba a Cuba Territorio Libre de Analfabetismo.

Frustrados en su más reciente campaña, que pretendió colocar en el 15 de noviembre el punto final de la Revolución, la industria de la propaganda anticubana tiene que inventarse nuevos temas que le permitan continuar recibiendo los financiamientos que la nutren.

Viendo los acontecimientos de las recientes semanas en Cuba, se evidencia con facilidad el grado de frustración que debe embargar a los círculos de poder estadounidenses que se lanzaron, de barriga y con entusiasmo, a la piscina sin agua en que les resultó el despliegue intensivo contra la isla de todas las armas de la guerra no convencional durante los dos últimos años: Guerra económica, mediática, sicológica, terrorismo, ciberguerra, presión diplomática…

Se acaba de dar a conocer la decisión del Tribunal superior británico de extraditar a Estados Unidos a Julian Assange. Las consecuencias en la integridad física y mental de la persecución contra quien dejara desnudo al imperio con evidencias incontestables de su accionar criminal en todo el planeta están a la vista, pero ahora se multiplicarán en el territorio de los criminales que posan de jueces universales de la defensa de los Derechos Humanos, y en un insólito homenaje, y la decisión se anuncia cínicamente el día en que el mundo los conmemora en recuerdo de Martin Luther King.