Se dice, no sin acierto, que la Revolución Cubana se puso en marcha el 10 de octubre de 1868. En aquella histórica fecha, Carlos Manuel de Céspedes reunió a todos los esclavos en el batey de su finca La Demajagua y les dijo: “Ciudadanos, hasta este momento habéis sido esclavos míos. Desde ahora, sois tan libres como yo. Cuba necesita de todos sus hijos para conquistar su independencia. Los que me quieran seguir que me sigan; los que se quieran quedar que se queden, todos seguirán tan libres como los demás”. Al día siguiente, el ataque frustrado al pueblo de Yara fue el primer hecho armado de la Guerra de Liberación de los Diez años.

El texto que expongo a continuación lo escribí en febrero de 2008 y, además de otros medios, lo publicó el Diario Granma (órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba) el día 23. Entonces, por problemas de salud, Fidel acababa de anunciar que no aspiraría ni aceptaría los cargos que hasta entonces había desempeñado. Hoy, 16 años después y a siete de su desaparición física, obviamente la situación es diferente, pero la esencia del artículo sigue siendo igualmente válida.

El abrazo, por supuesto, es extensible a los y las compañeras de Cubainformación y la asociación Euskadi-Cuba.

“Hoy no quiero decirte Comandante ni Barbudo ni Gigante, todo lo que sé de ti. Hoy quiero gritarte, Padre Mío, no te sueltes de mi mano, aún no sé andar bien sin ti”(Raúl Torres)

A primeros de junio de 2010 escribí un artículo que se publicó en varios medios de comunicación (en palestina.org entre otros), titulado: “La ONU, herramienta de dominación imperialista”. A este título hoy le añado “continúa siendo una”, porque más de 13 años después, la ONU no ha cambiado nada, lamentablemente continúa siendo una herramienta en manos de los gobiernos imperialistas, fundamentalmente de los Estados Unidos.

Desde hace ya casi un mes, el pueblo palestino está sintiendo brutalmente recrudecido el genocidio que padece desde hace bastantes años, provocado por el Estado asesino de Israel. Pero sobre esto ya he escrito algo días atrás; ahora, sin dejar de expresar mi solidaridad para con Palestina, me referiré a otro genocidio que no, por silencioso, deja de ser igualmente inhumano.