Omar Pérez Salomón - La pupila insomne.- Los avances del programa de informatización de la sociedad cubana en los últimos años y del acceso de los cubanos a Internet tienen sin dormir a los centros de estudio e investigación, los servicios especiales y los medios de comunicación al servicio del imperialismo estadounidense. No se puede apreciar de otra manera cuando se lee el artículo, “El gobierno cubano pasó de negarle internet a sus ciudadanos a enriquecerse con él”, publicado por The Washington Post, el mayor y más antiguo periódico de Washington DC, la capital de los Estados Unidos.


Tras una atenta lectura, no es difícil la conclusión de que lo descrito denota una total desinformación y manipulación del autor acerca del acceso a Internet en Cuba y una perversa mirada, sin mediar una investigación seria y profunda de la historia y desarrollo del acceso a la red de redes en nuestro país.

Otra vez el Washington Post recuerda al escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano, que expresó que cuando se trata de Cuba, los grandes medios de comunicación, “aplican una lupa inmensa que magnifica todo lo que allí ocurre cada vez que conviene a los intereses enemigos, llamando la atención sobre lo que pasa en la Revolución, mientras la lupa se distrae y no alcanza ver otras cosas importantes”.

Entre esas cosas importantes que no alcanza a ver la lupa inmensa de The Washington Post está que el gobierno revolucionario cubano, en medio de un brutal cerco económico y decenas de millones dedicados por el gobierno de Estados Unidos a la subversión, siempre ha estado al tanto de los adelantos de las tecnologías relacionadas con la información, la comunicación y las telecomunicaciones, para poner esos avances a disposición del desarrollo del país y de los sectores menos favorecidos de Cuba y el mundo.

Acusaban al gobierno cubano de enemigo de Internet y del uso de las TIC por sus ciudadanos, mientras el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, fundaba en 1987 el programa de los Joven Club de Computación y Electrónica, que conjuga como ninguno las tecnologías con el conocimiento y la cultura, que en sus más de 32 años de trabajo han preparado de forma gratuita más de 4,8 millones de cubanos y prestado importantes servicios a la comunidad, centros de la salud, escuelas y otras instituciones, contribuyendo a que Cuba ocupe un lugar destacado entre todos los países en habilidades en el uso de las TIC.

Decían que Cuba era enemigo de Internet y ya en 1992, cuando los dueños de Internet no permitían que la mayor de las Antillas se conectara a esta red, surgió la red Infomed como un proyecto del Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas, en aras de dar respuesta a la necesidad de facilitar el intercambio de información entre los profesionales, académicos, investigadores, estudiantes y directivos del Sistema Nacional de Salud cubano.

Desde su surgimiento, Infomed se desarrolló bajo los conceptos de un modelo descentralizado de construcción colectiva de lo cual da fe el desarrollo de los nodos en todas las provincias, la creación de dominios territoriales, el desarrollo de sitios y páginas Web a todos los niveles, la incorporación sostenida de usuarios y la amplia producción de contenidos y servicios en momentos en que aún no existían los blogs, las wikis y demás vías que hoy se resumen en la idea de Web 2.0. Por la calidad de su información, Infomed es uno de los sitios más consultados por profesionales de la salud en varios países de América Latina.

Trataron de sembrar la idea de que a los se les excluía del acceso a las TIC, y sin embargo en septiembre de 2002 la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), abrió sus puertas al primer curso académico con 2008 estudiantes procedentes de todos los municipios del país.

En estos 17 años la UCI ha graduado a más de 14 500 ingenieros y en la actualidad tiene una matrícula superior a los 3000 estudiantes de pregrado.

Posee centros de desarrollo de software que se especializan en soluciones informáticas, desarrollo tecnológico e investigaciones asociadas. En más de 130 organismos y organizaciones del país están presentes los productos que se generan en esta institución.

Junto a la Ingeniería en Ciencias Informáticas, se estudia la carrera de Ingeniería Bioinformática, encaminada a la formación de profesionales que trabajen con herramientas para el análisis de datos en centros de investigación y salud del país y el próximo curso se inicia la carrera de Ingeniería en Ciberseguridad, que por cierto, se estudia en universidades de una gran cantidad de países, pero que únicamente al iniciarse ahora en Cuba molesta al periódico estadounidense.

Si estos tres ejemplos no bastaran, las cifras que incomodan  tanto a los representantes del imperio como para tratar de enmascararlas con manipulaciones, dan fe de los avances de Cuba en el sector de las telecomunicaciones y las TIC en los últimos años. El reconocimiento ya no es solo en las habilidades, sino también en el uso y acceso, sin desconocer que hay mucho que lograr en términos de tarifas más bajas, calidad en los servicios y ampliación del acceso.

Ahora no les queda más remedio que reconocer que sí hay acceso a Internet; pero los ataques van dirigidos a otros objetivos. Las realizaciones alcanzadas en los últimos años en el acceso a internet han echado por tierra el estereotipo que han pretendido fabricar, ahora no pueden aducir que no hay acceso a Internet y buscan otras falacias como que el gobierno cubano se enriquece con Internet.

Es pura hipocresía acusar al gobierno cubano y por otro lado callar que se impide el desarrollo desarrollo económico de Cuba arreciando el bloqueo, que ha provocado daños en este sector en los últimos 10 años por más de 500 millones de dólares. Para alcanzar un desarrollo sostenido en este sector se necesita duplicar las inversiones, cuestión que impiden las sanciones aplicadas por el actual gobierno norteamericano y que calla la prensa corporativa como el Washington Post que para Cuba pretende disfrazarse de alternativa.

Es conocido y lo acaba de repetir el Ministro de Comunicaciones de Cuba en una comparecencia televisiva muy bien acogida que los ingresos provenientes de los servicios de Internet se emplean en mantener la operación de la infraestructura de telecomunicaciones del país, invertir para el desarrollo y aportarle a la economía para resolver otras necesidades de los sectores sociales y de la población afectadas por el bloqueo.¿No será que esas verdades, dichas por el Ministro de Comunicaciones en la televisión cubana, han derrumbado los estereotipos que se han empeñado en construir la propaganda pagada por el gobierno estadounidense y la prensa corporativa a su servicio y por eso aparecen artículos como este?

¿Quién verdaderamente se ha enriquecido con el tema Internet en Cuba? Muchas agencias y personajes que han formado parte de un sinnúmero de fracasados proyectos provenientes del vecino del Norte son los que verdaderamente se han hecho ricos con el abundante dinero aprobado por el gobierno de EE.UU. para estos fines. Pregunten a los organizadores de Zunzuneo, Piramideo, a Alan Gross, a quienes escriben para la mal llamada Radio Martí y la telaraña de medios digitales que publican constantemente propaganda disfrazada de periodismo contra la Revolución Cubana. Hagan verdadero periodismo alternativo: pregunten a las instituciones estadounidenses que financian cursos, publicaciones y eventos para usar internet contra la Revolución y veremos si entonces los publica The Washington Post.

Algo avanza internet en Cuba, y cómo molesta cuando se informa sobre ello, a pesar de las críticas, los impedimentos y las manipulaciones. Creo que se ajusta perfectamente a la interpretación que se deriva de este artículo en The Washington Post.

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