Felipe de J. Pérez Cruz - Cubainformación.- La serie Calendario en la Televisión Cubana toca a su fin, con una ganada estela de opiniones favorables. Y aunque la cobertura realizada por nuestros medios ha estado situada preferentemente en el universo de lo propiamente artístico, el tema educacional necesariamente ha estado presenteuna y otra vez.


Entre lo más recurrente observo como el prejuicio hacia el hacer de la escuela y los maestros, que pervive en zonas de la sociedad cubana y tiene en la prensa un frecuente vector de reproducción, a propósito de Calendario se metamorfosea y reflota en opiniones infundadas y comentarios hipercríticos sobre nuestra vida escolar. Triste opinática, si se tiene en cuenta que la serie ofrece una fotografía honesta y creíble de lo que enaltecehoy a nuestra educación, y que realmente ocurre en no pocas delas escuelas medias del país. Calendario critica desde el ejemplo en positivo, y construye su trama en homenaje hermoso y constante a profesores y profesoras.

Granma en una entrevista a la protagonista, titulada “Amalia puede ayudar a los profesores a querer ser mejores”, (22-3-22), nos dio el mejor de todos los acercamientos a la temática educacional. La entrevista brindó una valiosa información relativa a la construcción pedagógica del personaje protagónico, los valores de la obra, los objetivos y el sentir de la protagonista y su colectivo. Sin embargo, la periodista y los responsables de la edición, no pudieron librarse del enfoque que da como verdad preexistente que “todo” anda mal, o “no está bien”.

Merecido y lindo que la actriz Clarita García comparta a Granma su encuentro con jóvenes maestros cienfuegueros, y sienta una alegría inmensa, por tocar los corazones, hacer reflexionar, e impactar las praxis de enseñanza.La vitalidad pedagógica del personaje de Amalia sin dudas puede ayudar a los profesores a querer ser mejores. Educar, promover valores y modos de actuación positivos, es una función principal del arte comprometido con la emancipación humana. Y Calendario logró de manera impecable. Pero cuidemos el sobrevalorar y absolutizar el impacto de la obra. No llega la obra a un páramo de infertilidades y soledad.

Sabemos que en la urgencia de la falta de maestros,arribaron a nuestras aulas y perviven en las escuelas, personas que ocupan la plaza, cumplen malamente un programa y no se ocupan de educar.Hemos tenido deficiencias en algunas de nuestras escuelas pedagógicas, ahora mismo está en ejecución un buen plan de recuperación, pero ahí están las consecuencias de lo ocurrido,y entre los más jóvenes maestros de titulación media, los hay con debilidades que no debían tener. 

Con conocimiento de dónde están y lo que hacen, puedo afirmar que me siento orgulloso de los jóvenes profesores que graduamos en mi Universidad, y sé que lo mismo pueden afirmar mis colegas de las facultades pedagógicas del país. Y claro que tenemos casos de graduados que se acomodan a malos ejemplos, y asumen y repiten prácticas bancarias.

Si a los que perviven con dificultades y limitaciones,Amalia les motivó a moverse de sus zonas de anomia,nos reconfortaeste hecho tan feliz. Lo agradecen lasescuelas, los colectivos pedagógicos y las familias.

Si Amalia contribuyó a desenajenar conciencias y actitudes, más: confirmó, orientó y premió, y es en estas dimensiones donde se colocan los aportes principales de la serie. Estamos en la educación cubana en medio de un proceso de rectificaciones, perfeccionamientos y desarrollos. Bienvenido en ese contexto el aporte de Calendario.

Nada ocurrió en la dinámica escolar de la serie, que no esté pensado, escrito, propuesto y hasta “normado” en las orientaciones metodológicas y organizacionales del MINED, pero los deterioros y dogmas acumulados aún pesan, y lo mejor de la serie está en afirmar la validez de las buenas prácticas profesionales, en reiterar lo imprescindible de ponerle a la ciencia de la educación dedicación, solidaridad, justicia, democratización, ternura, amor.

A los estudiantes de mi Universidad, que están en práctica en las escuelas, a los graduados de las últimas promociones, junto con Amalia, les fue muy gratificante la actuación del director de la secundaria básica, y la dinámica que se reconstruye con el colectivo pedagógico. La dirección escolar aún sigue como talón de Aquiles.  Fue el arte confirmación de lo que aprendieron, y les reforzó la convicción de que si se puede.

Amalia ayuda a los profesores a querer ser mejores, porque ese personaje refleja con todo el rigor y la belleza del buen arte, el hacer de muchísimos educadores de base, “de antes” y de ahora mismo. La fuerza de la novela está en que nos revela y devuelve el existir anónimo de esos héroes y heroínas de carne, hueso, sabiduría y pasiones, que consolidan y multiplican la patria en nuestras escuelas, en resistencia de creación, ciencia y amor. Precisamente en la entrevista que cito, lo más hermoso en lo que cuenta la actriz, está en su asombro honesto, lleno de modestia y agradecimiento.

Impactó Calendario por su buen hacer, y también porque no se conoce, no se publicita ni informa, lo bueno y hermoso que si ocurre: ¿Cuantas secundarias, joyas del magisterio existen, anónimas? ¿Cuántos directores de éxito -de esos que asombran por conocer a todos los estudiantes hasta por sus nombres-, pueden presentarse en los medios?, ¿Cuantas Amalias preciosas viven entre nosotros, con sus historias de novela por escribir y dar a conocer? La dirección de divulgación y promoción institucional del MINED, y el sistema informativo, deben sentir que tienen esa deuda con la educación y los educadores cubanos. Como constatamos con Calendario, el arte y la televisión resultan ser aliados maravillosos. La única forma de romper prejuicios está enmostrarla verdadno una, sino muchas veces,con diversas y atractivas formas. 

Cuando se valora que las carreras pedagógicas no están en la preferencia de nuestros jóvenes, que incluso matriculan aquellos que no obtuvieron otras opciones, quienes no trabajan en mostrar a la sociedad lo precioso que transcurre al interior de nuestras mejores escuelas, deben sentirse aludidos, y comprometidos a dar su aportación.

A todos los que sentimos la educación, a los maestros y maestras, una entrega como Calendario nos enseñó y conmovió. A quienes acumulamos la juventud de varias décadas, y pasamos de “profes” por la secundaria y el “pre”, nos hizo recordar nuestras propias historias, los retos que de jóvenes enfrentamos, los que vencimos y los que se nos quedaron en deuda. Reímos, y nos angustiamos con los conflictos que hilvanaron la trama, porque fueron y son nuestros propios conflictos, y más, nuestras muchas, muchas alegrías.

Le agradecemos a Clarita-Amalia su profesionalidad, sencillez y solidaridad, y en ella a todas y todos sus colegas.Calendario hizo honor a las escuelas y a sus maestros y maestras, y esa es una enseñanza para la actual sociedad cubana. Y le reclamamos a los periodistas y a los directivos de los medios por no subrayarlo, por no ver o dejar en la sombra este aporte y valor principal de Calendario. Lo hacemos con aprecio, con el compromiso pedagógico marxista de educarnos y ser educados, en la seguridad martiana de que honrar honra.

Y si de precisión, aprendizajes, y homenajes tratamos, los historiadores tenemos que asumir la parte de la responsabilidad que nos corresponde: La de unir el ayer con el presente, para aportar a la unidad, a las certezas en la praxis que asumimos, contribuir a la evaluación autocrítica y a la prospectiva. Y en esta misión explicar y fundamentar Calendario: Que recolocó en un horario estelar de la Televisión Cubana,el recorrido y la esencia de 200 años de pedagogía cubana.

Amalia, su colectivo pedagógico y estudiantes, se confrontan y crecen en la dialéctica del instruir y el educar, en el movimiento de las categorías que nos legaron Félix Varela y José de Luz y Caballero, lasmismas que José Martí multiplicó en cultura de la liberación, en bases de su doctrina y programa de emancipación. Aquí está el mérito fundamental de Calendario, y el que explica sobre los factores de arte, ciencia y circunstancias, su aceptación y penetración en la conciencia y el sentir de nuestra gente.Desde esta última instancia se entiende mejor por qué Amalia aportaa los profesores, a los estudiantes y a la sociedad.

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