Conga contra la Homofobia y Transfobia. La Habana 2018. Foto: Karoly Emerson / ICAP.

Miguel Ángel Santos Genero*

Cubainformación

En  un  escenario  mundial  extraordinariamente  complejo  derivado  de  la pandemia y más recientemente de la Guerra de Ucrania, agravado en el caso de Cuba por el Bloqueo de más de 60 años que EE.UU. ejerce contra ella y las crueles 243 medidas adoptadas por Trump que mantiene en su integridad el actual mandatario de la Casa Blanca, es sumamente meritorio el esfuerzo que viene realizando este país por reforzar el proceso de institucionalización y avanzar en la adopción de medidas legislativas que contribuyan a una mejor adaptación a la realidad económica y social.

Una muestra representativa de ello es el nuevo Código de las Familias que será sometido a Referéndum el próximo 25 de septiembre tras un largo y amplio proceso de  elaboración, en  el que  en  un verdadero ejercicio de poder popular, la participación ciudadana ha constituido un factor fundamental, más allá de la extensa e intensa implicación de expertos de múltiples disciplinas. Da idea de ello el que el texto final sea la versión 25, en un indudable esfuerzo por aproximarse con el mayor rigor posible al sentir y a las aspiraciones de los más de 6 millones de cubanos y cubanas que en diversos espacios han participado en el proceso de consultas.

Se equivocan pues quienes piensen que su proceso de elaboración ha quedado en puro formalismo exento de profundos debates y en ocasiones de tensiones, como corresponde a una sociedad viva, en disputa entre aquellos que aún se aferran a conductas sociales de corte conservador, ancladas en prejuicios y estereotipos, y quienes asumen sin titubeos la nueva realidad que inexorablemente se abre paso y valientemente la impulsan para reconocer y ampliar los derechos para la mayoría de la sociedad. Al frente de esta última posición un Gobierno y un Parlamente firmemente decididos a dar un salto que no dudo en calificar de histórico.

Cuba se erige así en el único país del mundo que lleva a Referéndum popular una ley integral en materia de familia -¿qué dirán ahora los que se autodefinen como los auténticos y exclusivos defensores de la democracia?- con un texto muy avanzado que la situará a la cabeza de asuntos de suma transcendencia para cualquier sociedad.

Un Código inclusivo, renovador y humanista que desmiente las descalificaciones y tergiversaciones de aquellos que desde otras latitudes han intentado nuevamente interferir en el proceso de participación social de Cuba en asuntos tan sensibles como el matrimonio igualitario, la unión de hecho afectiva, la adopción, la gestación solidaria, la responsabilidad parental o la autonomía progresiva en las etapas de la infancia y la adolescencia, entre otros.

Es por ello que no dudo en afirmar que quienes desde fuera han pretendido enturbiar el ejercicio democrático del pueblo cubano volverán con toda seguridad a “comer tierra” y a sufrir una nueva indigestión.

Aquí nadie se llama a engaño y se es plenamente consciente que este nuevo Código no resolverá de la noche a la mañana todos los problemas que subyacen alrededor de los asuntos en materia de familia, pero también que constituirá una formidable palanca para la progresiva superación de los mismos. Es por tanto una extraordinaria apuesta de futuro que se construye desde el presente, día a día, con la mirada puesta en un país con un alto grado de justicia social.

*Secretario General de FACUA (1992-2007)

*Secretario de Relaciones Institucionales de CC.OO. de Sevilla (2008-2017).