Abel Prieto - Granma.- Los partidarios de Trump, fanáticos (exhibiendo, algunos, armas de fuego), han salido a las calles para presionar a las autoridades estatales. 

 

Pablo Azócar*.- Quién hubiera podido predecir que una catástrofe de esta magnitud sucedería cuando en el país más poderoso del mundo, supuestamente destinado a encabezar los esfuerzos colectivos, gobierna un individuo zafio que se jacta de su xenofobia y su misoginia, que tiene a Oriente Medio convertido en una bomba de tiempo, que desató una sangrienta guerra comercial con China y otra guerra a cuchillazos nada menos que contra Naciones Unidas, que aceleró la calamidad ecológica planetaria porque no cree en la ciencia, que tiene a miles de sus compatriotas contagiados ahogándose en pasillos de hospitales colapsados o en estacionamientos, pero él sigue como si nada, impertérrito, como esos matones del Oeste que avanzaban por el medio de la calle disparando a diestra y siniestra.

Jesús Valencia - Gara/Naiz.- Los turistas del crucero a los que Cuba salvó exhibían en rústicos cartones el emocionado mensaje que su gratitud les dictaba: «Cuba, te quiero».

 

Un rosario de acontecimientos que han puesto a prueba su temple, su capacidad de dirección, y el aprendizaje que ha constituido su vida política.

Germán Gorraiz - El Hurón.- El cese del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, exigido por vigésimo octavo año consecutivo en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas y aprobado de forma abrumadora por 187 votos a favor, 3 en contra (EE.UU., Israel y Brasil) y 2 abstenciones, reafirma la libertad de comercio y navegación ante un bloqueo anacrónico instaurado por Kennedy en 1.962 y que habría supuesto para la Isla unas pérdidas directas e indirectas estimadas en 110.000 millones $ según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y cerca del Billón $ según el Gobierno cubano.

Arnold August.- En el primero de mis tres libros (Democracy in Cuba and the 1997-98 Elections, Editorial José Martí, 1999, La Habana), escribí:

“En su discurso del Día Internacional de los Trabajadores de 1960, Fidel Castro profundizó la noción de como el nuevo Estado era un estado de la mayoría en el sentido concreto del término. Tras los ataques aéreos de los Estados Unidos contra Cuba consumados como parte de la política general para destruir la Revolución y restaurar el poder económico y político de la del país estadounidense, el pueblo se encontró expuesto a la posibilidad real de confrontar una agresión armada en todo su territorio. Es ahí que nace la noción de milicia.”

 

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