José Luis Estrada Betancourt - Juventud Rebelde.- El hijo del creador de Elpidio Valdés, emblemático personaje de dibujos animados cubanos, asegura que tenía buenas aptitudes para el dibujo que nunca desarrolló. Lo extraño es que no hubiera sucedido. Pero es difícil aguantar la «carga» de ser descendiente directo de grandes artistas. E Ian, hijo de Juan Padrón, el reconocidísimo creador de Elpidio Valdés, no iba a ser la excepción.

Duración: 3:07

Santiago Feliú y León Gieco cantan en directo "Como la cigarra", en un concierto grabado en los años 80.

José Luis Estrada Betancourt, Yelanys Hernández Fusté, Yahily Hernández Porto y Osviel Castro Medel - Juventud Rebelde.- Ellos también tienen por delante su propia adaptación a los desafíos de la modernidad, para seguir afianzándose como ese ingrediente inobjetable de nuestra nacionalidad. Es jueves en el Centro Cultural El Mejunje, de Santa Clara. No importa que esté lloviendo, ni que truene o relampaguee. Es la cita de los trovadictos y nada ni nadie podrá impedir que el céntrico espacio de la ciudad villaclareña se llene a punto de estallar. Esa noche la guitarra es reina. Ella invitará a cantar, aplaudir y hasta bailar. La diversión está servida, y a los «comensales» se les hace la boca agua.
Granma.- Especialistas de 13 universidades pedagógicas cubanas diseñan en la provincia de Las Tunas los software que integrarán la colección ¡A jugar!, la cual debe de contribuir al desarrollo de habilidades en los niños de la Educación Preescolar y Especial. En jornadas que se extienden hasta altas horas de cada madrugada, los diseñadores intentan reflejar en 12 programas, de forma amena y comprensible, nociones sobre Matemática, los encantos del idioma español, la vida y obra de los héroes de la patria, y otros elementos instructivos y formativos. Esos productos informáticos están dirigidos tanto a los menores de seis años matriculados en el grado preescolar de las escuelas primarias, como a los atendidos en los círculos infantiles o mediante el programa Educa a tu hijo, y beneficia, además, a los pequeños que tienen necesidades educativas especiales.
La Columna