Desde el equipo de Cubainformación, enviamos a sus compañeros y compañeras de Radio Miami Today, medio hermanado con el nuestro, y a su familia, un gran abrazo solidario y nuestro más sentido pésame.
Falleció en Miami destacado periodista cubano Max Lesnik (+Fotos)
Washington, 8 mar (Prensa Latina) El destacado periodista cubano Max Lesnik falleció hoy a los 94 años en la ciudad estadounidense de Miami, donde residió desde 1961.
Director de Radio Miami y fundador de la Alianza Martiana, Lesnik siempre defendió la soberanía e independencia de su país y abogó por el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos.
Fundador en los años 70 del pasado siglo de la revista Réplica, sufrió amenazas e intentos de atentados. LLegaron a colocarle al menos 11 bombas en la sede de la publicación en la década del ’80, que no frenaron su afilada pluma y su verbo preciso.
Max Lesnik nació el 8 de septiembre de 1930 en San Antonio de las Vueltas, en el actual municipio de Camajuaní, Villa Clara, provincia ubicada en la región central de Cuba.
Durante su trayectoria realizó un periodismo de oposición política contra la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1959) y tras radicarse en Estados Unidos mantuvo los vínculos con su país de origen.
En ocasión de su aniversario 94, Lesnik expresó a Prensa Latina: “Cuba está en mi corazón”. Entonces dijo que continuaría hasta el último aliento en su lucha contra la política exterior agresiva de la Casa Blanca.
Más que celebrar un cumpleaños enfatizó que prefería rendir un “homenaje a la patria que sufre el criminal bloqueo de Estados Unidos”. Así fue, hasta último día.
Su deceso ocurrió en la mañana de este sábado, según confirmó su hija Vivian Lesnik a Radio Miami Today.
Max Lesnik luchador incansable contra el bloqueo a Cuba
Hedelberto López Blanch
Radio Miami Today
Lamentable para todos sus amigos y familiares ha sido la noticia del fallecimiento en Miami a los 94 años, de Max Lesnik Menéndez después de una intensa vida político-cultural
Hace exactamente 30 años, durante una visita que realicé a Estados Unidos para hacer un estudio sobre la emigración cubana asentada en ese país, tuve la oportunidad de entrevistarlo. Max ha sido durante décadas una figura muy conocida en esa nación y específicamente en Miami, por sus posiciones a favor de la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos y por estar en contra de las acciones extremistas que durante años han sido el cardo de cultivo en ese Condado floridano.
Recordemos que en la década de los años 60, 70 y 80 del pasado siglo, los elementos terroristas de origen cubano reinaban a su antojo por diversas ciudades de Estados Unidos y los atentados y amenazas contra los que se oponían al bloqueo a la Isla, eran objeto de cualquier acción extremista.
Max Lesnik resultó blanco en varias ocasiones de esos actos terroristas y me contó que en una ocasión, una llamada telefónica anónima alertó a los empleados de la Revista Réplica: hay una bomba en el local. Inmediatamente los empleados desalojaron el inmueble y a los pocos minutos apareció un enorme despliegue policial con carros patrulleros, bomberos, ambulancias.
En varias ocasiones anteriores habían estallado bombas en el edificio que ocupaban las redacciones de la revista miamense Réplica y una de sus oficinas, donde realicé la entrevista fue destruida completamente en el año 1981.
Nunca los servicios de inteligencia ni de la policía investigaron quienes podían haber sido los autores de esos hechos terroristas, partiendo de la realidad de que estos estaban en completo contubernio con las organizaciones ultraderechistas cubanoamericana, cuyos miembros odiaban y atentaban contra cualquiera que osara hablar o mencionar algo favorable al gobierno de Cuba.
La Revista Réplica surgió a finales de la década de 1960 como contrapartida a la única publicación en español que circulaba en aquella época en Miami, (no existían medios importantes de radio, televisión o periódicos) dirigida por personal de la derrocada dictadura de Fulgencio Batista y que se nombraba, increíblemente, Patria.
Los batistianos, por medio de su diario, influenciaban en la mentalidad de todos los emigrados, sembrando la intolerancia y el terrorismo contra el pueblo cubano.
Lesnik fundó el semanario Réplica que cuando ve la luz en sus entonces oficinas de la 3026 NW y 7 ST., lo hace con ocho páginas tabloide, pocos anuncios y mala calidad de impresión. Pero sus artículos sirvieron para llenar el vacío informático y contrarrestar los planteamientos y filosofía de la ultraderecha batistiana.
Dado el impacto positivo que tuvo dentro de la emigración, el tabloide se convierte en 1972 en una revista semanal con 48 páginas y con un formato y estilo parecidos a la revista cubana Bohemia.
Debido a la confrontación desde sus páginas con la poderosa derecha cubanoamericana, apoyada por las diferentes administraciones estadounidenses, estos elementos comenzaron el boicot contra Réplica, sobre todo cuando en 1978 la publicación apoyó las conversaciones que se realizaron entre la comunidad emigrada y el gobierno de la Isla.
La agresividad no se hizo esperar y la semilla venenosa del fascismo fue tomando cuerpo en el alma del exilio y como era lógico, a Max lo tenían en el centro de la mira.
El resultado fue 11 bombas contra las oficinas, intentos de asesinato, amenazas y agresiones a los comerciantes que distribuían las revistas en los establecimientos, intimidaciones a los anunciantes.
El cerco fue total y las entradas monetarias se fueron reduciendo a la mínima expresión mientras el gobierno federal “investigaba” los hechos pero nunca aparecieron los culpables.
Las autoridades norteamericanas no podían permitirse que la última bomba estallara. Cuatro libras de C-4 habían sido colocadas en el local, y su fuerza expansiva haría volar toda la manzana e incluso una escuela que se encontraba frente a Réplica.
El artefacto fue desactivado y con la intervención del FBI resultaron detenidos algunos elementos de la organización terrorista Omega 7, los que más tarde fueron liberados.
En 1983 el jefe principal de Omega 7, Eduardo Arocena fue detenido y acusado de planear el intento de asesinato contra el embajador cubano en Naciones Unidas, Raúl Roa Kourí, de tráfico de drogas y de colocar más de 20 bombas en Nueva York y Miami
En sus alegatos, antes de que fuera condenado a cadena perpetua, Arocena declaró que Pedro Remón, (el mismo que con Posada Carriles, Guillermo Novo y Gaspar Jiménez Escobedo intentaran asesinar en Panamá al presidente cubano Fidel Castro), era el autor directo de los asesinatos del funcionario cubano en Naciones Unidas, Félix García y del cubano emigrado Eulalio José Negrín.
A Remón no se le acusó de asesinato y solo cumplió unos meses en prisión a pesar de que en 1986 el juez Robert L. Ward, del distrito federal de Manhattan lo condenó, junto con Andrés García y Eduardo Losada a 10 años de encarcelamiento. La sanción fue solo un engaño pues el magistrado Ward señaló en el juicio que admiraba las acciones de Omega 7 para sacar de la silla al gobernante cubano Fidel Castro.
Las agresiones contra Réplica, ejecutadas por Omega 7, ocasionaron que la revista y sus otras publicaciones que ya sumaban cuatro, fueran reduciendo tirada y personal hasta que a fines de la década de 1990 dejaron de circular.
Réplica, su fundador y director, Max Lesnik, fueron víctimas de las profusas acciones terroristas realizadas en Miami que durante más de 40 años han contado con el apoyo de las diferentes administraciones norteamericanas.
Pero esos actos no amilanaron nunca a Max al que se le veía en todos estos años en cualquier acto donde se apoyara a Cuba como en aquellos por la liberación del niño Elián González, por la liberación de los Cinco cubanos encarcelados injustamente por infiltrarse en organizaciones contrarrevolucionarias que sufragaban atentados contra hoteles en Cuba; o en las caravanas mensuales que se realizan en Miami para que se levante el injusto bloqueo económico, comercial y financiero contra la Isla del Caribe.
Ha partido físicamente Max Lesnik, pero su importa y ejemplo a favor del fortalecimiento de las relaciones familiares entre cubanos donde quiera que se encuentren y su diametral lucha contra el bloqueo quedará como ejemplo para las actuales y futuras generaciones de la emigración cubana.
Ha muerto el Director de RadioMiamiToday, Max Lesnik Menéndez
Radio Miami Today
En el día de hoy 8 de Marzo de 2025 a las 8 y 47 am acaba de fallecer el Director de RadioMiamiToday el Sr. Max Edgardo Lesnick Menéndez, conocido más como Max Lesnick. Asi lo acaba de informar su hija Vivian Lesnik Weisman.
Max fue un gran luchador, que estuvo unido al destino de Cuba desde sus primeros años de juventud.
Su muerte como consecuencia de una repentina, pero lamentable enfermedad, durante la cual nunca perdió su horizonte de una Cuba independiente, sin bloqueos, justa, democrática y participativa.
Vivió con ese sueño y con él alumbró el camino de su transición de la vida al sueño eterno.
Radio Miami Today se viste de luto y extiende su más sentida condolencia a su familia, y todos aquellos que durante su vida, sin reparos, comprendieron al cubano incansable, cuya máxima aspiración fue que Washington respetara la soberanía de Cuba y que su pueblo fuese el protagonista de su destino.
Max Lesnik que siga andando, como quijote en la pradera de su Cuba
Lorenzo Gonzalo
Max fue uno de los luchadores más efectivos en contra del Bloqueo estadounidense a Cuba que tuvo la ciudad de Miami
Max Edgardo Lesnick Menéndez nació en Cuba por los años convulsos de la década de 1930, tiempos en que el país transitó hacia una república diferente, donde jóvenes luchadores y progresistas, la mayoría egresados de la Universidad de La Habana, acababan de presenciar la huida del primer dictador de la nación. Fueron esos jóvenes en su mayoría, quienes ocuparon los cargos de gobierno y abarcaron la opinión pública.
Machado había sido el quinto presidente constitucional, pero al final de su período, violó la constitución y se proclamó de nuevo presidente.
La vida de Max, como su nacimiento estuvo ligada durante toda su existencia a la vida política del país, llegando a ser presidente de la Juventud del Partido del Pueblo Cubano, conocido como Partido Ortodoxo, el más nombrado partido político de la era republicana de Cuba. Cuando el golpe de estado de Batista en el año 1952, era secretario de Propaganda del Partido y ya en 1957 ocupó el cargo de presidente de la Juventud Ortodoxa.
A partir del momento del golpe y en lo adelante su vida política se convirtió en una montaña rusa que culmina en estos días con su muerte a los 94 años de edad.
Max y yo nos conocimos en el año 1993. Frecuentaba su oficina de la Revista Rèplica que ya en esos años cerraba sus puertas, víctima de las conspiraciones y atentados terroristas de los sectores conservadores, particularmente dirigida por la fuerza política que los continuadores de Fulgencio Batista obtuvieron en el condado Miami-Dade en el estado de Florida. Ese fue el estado al cual llegaron la inmensa mayoría de los criminales, testaferros y cómplices de la dictadura, cuando la fuerza del pueblo, alentada además por la lucha armada que se gestó en las montañas del país, derrocaron un ejército de más de sesenta mil hombres y el dictador huyó con sus acólitos y sus fardos cargados de dinero. Esas personas no sólo fueron las primeras en llegar sino, además debutaron en la ciudad de Miami con dinero robado al fisco de la nación.
Durante los 33 años de relaciones siempre vi un hombre cuya fijación en los asuntos cubanos no le daban margen para otros menesteres que no estuviesen relacionados. Todo cuánto ocurría a su alrededor terminaba finalmente enfocándose en la problemática cubana.
Confesaba que se había ido de Cuba porque los comunistas (refiriéndose a los dirigentes del partido socialista anterior al triunfo liderado por Fidel Castro), habían copado todos los rincones sensibles del estado al momento del triunfo insurreccional y su vida corría peligro, a pesar de la íntima amistad que había llegado a tener en el pasado con el líder cubano.
Era un hombre ecuménico. No podemos decir que tenía una ideología en particular, aunque se inclinaba totalmente hacia las corrientes socialistas y en gran medida a muchas de las observaciones y conclusiones de Karl Marx, lo cual no negaba. Aun así, no se identificaba en lo absoluto con los partidos o movimientos políticos que, extrapolando las ideas del gran teórico y economista, crearon en muchos casos templos y capillas, que privaron a sus ponencias de un desarrollo libre de prejuicios.
En su entendimiento cabían todas las opiniones, las cuales debatía con inteligencia y ecuanimidad. Por su casa vimos desfilar gente de todas las tendencias y tuvo amigos de los más disímiles pensamientos a quienes respetaba y con quienes compartía separando el pensar del marco de las relaciones personales. Y a pesar de aquello fue siempre claro en defender públicamente, ante cualquier auditorio, la soberanía de Cuba, a la cual quiso con tanta fuerza que sesenta y cinco años residiendo en Estados Unidos de América no bastaron para que se acogiera a la ciudadanía de ese país, aun cuando hacerlo no significaba renunciar a la suya.
Max fue uno de los luchadores más efectivos en contra del Bloqueo estadounidense a Cuba que tuvo la ciudad de Miami. No porque fuese el más aguerrido, el de mayor tiempo en las calles, sino por su nivel social dentro del medio de Miami. Su capacidad como periodista y su carisma como persona, un ser accesible para todos y presto a escucharlo todo, le permitió levantar una revista que hizo historia en los anales de esa ciudad. Y en contra de muchos pronósticos, y del poder inmenso de los seguidores y defensores de Batista, que casi se habían adueñado del medio, logró imponer el medio infirmativo. Fue un medio próspero que le otorgó beneficios económicos y le permitió ingresar al medio social a pesar de sus ideas progresistas y sus concepciones sobre la insurrección armada en contra de la dictadura de Batista y sus criterios sobre la revolución cubana.
La efectividad dentro de un medio está en dependencia del acceso a los factores pudientes y representativos que lo administran y dirigen. Y Max llegó a tener esa importancia y de ahí que tanto lo odiara la derecha más conservadora, porque precisamente esa derecha es la que conserva el mando del condado en Miami-Dade.
De las personas que he conocido en esta lucha a favor del respeto a la soberanía de Cuba, y en contra de las políticas injerencistas de Washington en los asuntos internos de otros países, fue Max quien más posibilidades llegó a poseer para llevar a cabo un movimiento que mantuviese vivo el entusiasmo y la movilización a favor de las mejores relaciones estadounidenses-cubanas de la década del noventa, las cuales se iniciaron principalmente con la fundación de una radio alternativa dirigida por Francisco González Aruca y unos meses después, Nicolás Ríos. Dos personas sin vinculación ideológica con el gobierno cubano y que a su vez habían adquirido importancia dentro del medio social y político de Miami, aunque por vías diferentes y personalidades distintas a la de Max Lesnick.
Tuvo ideas ambiciosas que echó a andar, pero fueron esos mismos criterios ecuménicos, de tolerancia y aceptación de criterios ajenos, los que complicaron sus proyectos y no logró unir a las personas más representativas del entorno, sumarlos para formar un verdadero frente político que pudiera acceder a Washington de modo eficaz y no sólo con simples visitas al Congreso que en realidad las administraciones aceptan por defecto. Un simple cumplimiento automático que a los protagonistas sirve de propaganda, pero no brinda solución a la problemática planteada. El proyecto de Max era más ambicioso y su propósito era unir a un apretado y numeroso grupo de gente perteneciente a la llamada “clase viva” del estado de Florida, de los muchos que, a pesar de ser conservadores, se oponen al Embargo-Bloqueo y junto a ellos proponer políticas inteligentes de entendimiento entre Washington y La Habana.
Tuve el honor de fundar junto con él Radio Miami, cuyo nombre transformamos desde hace un tiempo, a petición del propio Max, en Radio Miami Today.
Radio Miami fue el último medio representativo de la radio alternativa cuando por diversos motivos se acabaron los recursos que las financiaban. Poco tiempo después surgió La Noche se Mueve, la cual también hacía presentaciones en vivo en la radio 1450 am, con un estilo combativo y desafiante que contribuyó a mover el debate en pequeños sectores de la población.
Radio Miami es un legado que queda de las luchas de Max Lesnick. Y digo un legado porque entre aquellos méritos no mencionados aún, debo decir que Max contribuía con su peculio al sostenimiento de la radio, así como había ideado utilizar los fondos originales destinados a pagar la emisora en vivo, para fundar primero y sostener después aquella organización que bautizara con el nombre de Alianza Martiana. El alquiler del local donde se fundó la Alianza Martiana, originalmente fue sufragado con el dinero de Max, con el propósito de que en ese local pudieran reunirse todas las personas que lo desearan, teniendo sólo como premisa que estuviesen en contra del Bloqueo estadounidense a Cuba. Luego pasó a ser la Alianza y sus gastos fueron asumidos con los fondos de Radio Miami.
De todas las personas que he conocido, sólo Max Lesnick se ha tomado tan en serio las labores que realizaba, que utilizaba parte de su peculio personal para subvencionar los gastos relacionados. Cuando existían donantes eran bienvenidos pero sus objetivos, su lucha, sus propósitos no podían detenerse mientras dispusiera de un centavo. Y me consta que poco a poco fue drenando sus ahorros en función de su lucha. Porque Max llegó a tener medios económicos, pero no llegó nunca a ser rico. Y en los últimos años de su vida puso a la disposición de esos objetivos los últimos recursos que le restaban.
Sólo otra persona empleó grandes cantidades del dinero devengado con un negocio de viajes a Cuba, Francisco González Aruca, para financiar un programa orientado a las mismas faenas que abarcaron por entero la vida de Max Edagardo Lesnick Menéndez.
Fue un hombre de gran humor y durante mucho tiempo asistían a su casa los amigos de uno y otro pensamiento, y recuerdo que se servían de una gran olla de picadillos y un inmenso caldero de arroz cocinados en la cocina de su casa por su señora inseparable en estas luchas, Miriam, siempre dispuestos para el visitante. Así de simple.
Enemigos tuvo muchos, muestra de que sus ideas eran de inquebrantable firmeza, lo cual no contradecía en absoluto sus tolerantes modales. Tenía un carácter jovial y era tan ocurrente que muchas veces pecaba de exagerado, hasta el punto de creer que algunas ocurrencias de hechos trascendentes eran producto de su imaginación e influencia. Pero nunca lo hizo con malas intenciones, al contrario, siempre con el mismo propósito: que la soberanía de Cuba fuese respetada y que Estados Unidos de América no se inmiscuya en los asuntos internos de un país, cuyo gobierno critica fervientemente a Washington, pero nunca ha elaborado política o acción alguna para perjudicar el territorio donde naciera el primer sistema democrático, con sus aciertos y errores, y al cual Cuba respeta y sólo le pide ser tratada con las mismas reglas.
Quienes lo quisimos, respetamos y admiramos su sentido del humor, su lealtad a los principios de respeto a la opinión y defensa de su país, no le deseamos que descanse en paz. Queremos que siga andando, como quijote en la pradera de su Cuba adorada, defendiendo con su lanza sus fronteras territoriales. Que no descanse en paz y siga luchando para estímulo de quienes lo sobrevivimos y los que aún están por llegar.