negracubana.nireblog.com.- El jueves, durante el cine debate "Diferente", que coordina Frank Padrón en el cine 23 y 12, escuché a alguien decir que tal vez Titón haya sido el primer cineasta cubano en tratar el tema de la diversidad sexual con su obra «Fresa y Chocolate».
Esa aseveración me hizo recordar que Sara Gómez hace 40 años atrás, o sea nosequecuantos antes de la citada película, había abordado la temática en su documental «En la otra isla» (1968).
Yo no se si ella fue la primera, pero si creo que lo hizo en un momento en que la homogeneidad del comportamiento humano era el ideal en la nueva sociedad cubana que se pretendía construir. Mapy y Jaime, (testimoniantes en el documental) dan cuenta de formas diversas de ser mujer y hombre en relacion con la sexualidad. Les hablo de ellos.
Mapy es una chica blanca que trabaja en una cafetería en la Isla de la Juventud y que reconoce que este trabajo no es lo que le gusta; en su lugar prefiere el ajetreo de La Sofía, lugar donde se concentraban jóvenes mujeres que por la mañana iban a la agricultura y en la noche a la construcción. Esa fue su mejor época en la Isla: cuando cargaba palos, daba pico y pala hasta altas horas de la noche. En Mapy es posible reconocer el primer asomo de un rol de género no tradicional a lo largo de la cinematografía de Sara Gómez. Desde nuestro punto de vista, este constituye la primera evidencia explícita de corte feminista sobre el destino y la vida de las mujeres. Acá la realizadora nos está mostrando con una pincelada cómo no todas las mujeres prefieren ocupaciones cómodas o tradicionalmente femeninas. Mapy es una joven bella que está desafiando no solo los estereotipos morales sino también físicos.
En este mismo segmento del documental aparece Jaime, quien representa a los jóvenes que intentaban ser revolucionarios desde la diferencia que le otorgaba usar el pelo largo o preferir los pantalones estrechos. La lucha contra los estereotipos vuelve a saltar a nuestra vista, sobre todo aquellos relacionados con los atributos externos de la masculinidad y de la feminidad. Efectivamente, Mapy y Jaime son otras formas de ser mujer y hombre.