La incomprensión de quienes dirigen el sistema estatal de medios, la política comunicacional del país y la falta de rigor entre periodistas que se acercan a estos temas figuran entre las razones que motivan un periodismo reproductor de ideologías patriarcales, según la sexóloga Mariela Castro Espín, invitada al espacio Catalejo de la UPEC, el pasado 13 de junio.
La directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) señaló que existe en el país una voluntad política por superar todo tipo de discriminaciones, pero esta no ha sido profundamente interpretada por sus ejecutantes, incluidos quienes dirigen la prensa.
"Sin darnos cuenta repetimos los mismos patrones que nuestros adversarios ideológicos", sostuvo la especialista y aseguró que muchas veces los medios cubanos siguen lógicas androcéntricas.
El sistema de medios de comunicación en Cuba pertenece al Estado y cuenta con 96 emisoras radiales, 53 canales de televisión, tres periódicos nacionales (Granma, Juventud Rebelde y Trabajadores) y un semanario impreso por cada provincia, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información.
Hay, además, varias revistas generales, especializadas y múltiples sitios web con perfil informativo y noticioso, vinculados a instituciones.
La reciente inclusión de asuntos concernientes a los medios y la lucha contra todo tipo de discriminaciones en los objetivos de la Conferencia Nacional del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC), celebrada en febrero de 2012, ha sido señalada por especialistas como posible política rectora de la prensa para estos temas.
Por otra parte, el Plan de Acción Nacional de Seguimiento a la Conferencia de Beijing, aprobado con fuerza de ley en 1997 y actualizado hace unos meses, también se preocupa por el tratamiento de género en los medios de comunicación.
Según Castro, para concretarse, la voluntad política debe de desglosarse en acciones concretas que contemplen por igual los derechos de las mujeres, las personas discapacitadas, la orientación sexual o el color de la piel.
"En muchas ocasiones los mensajes periodísticos transmiten los estereotipos más conservadores, que perpetúan la ideología dominadora y manipuladora, y que descalifican o ridiculizan a figuras de la otredad", consideró.
A su juicio, esta situación se produce de manera inconsciente, por el desconocimiento entre profesionales de la prensa de saberes de género y sexualidad.
Castro se refirió al peligro de encontrar en la prensa expresiones superficiales, chapucería, falta de estudio y profundidad, poca especialización en estas temáticas, ausencia de investigaciones y una ética deficiente.
Desde su experiencia en eventos internacionales y nacionales, reconoció poco olfato entre periodistas del país para encontrar la información novedosa, lo que redunda en un mensaje incompleto y poco atractivo.
"Se consume la homofobia y la misoginia de manera acrítica", significó.
Sin embargo, en medios digitales y alternativos desde internet, la sexóloga aprecia excelentes trabajos periodísticos sobre temas de género, diversidad sexual y equidad, a los que no tiene acceso la mayoría de la población cubana por su deficitario acceso a la Red de redes.
La defensora de los derechos LGBTI sugirió ampliar las fuentes, las relaciones institucionales de la prensa y crear nuevas estrategias para llegar a las poblaciones meta con lenguajes atractivos para las nuevas generaciones.
"Como institución socializadora por excelencia, el periodismo tiene que ser agudo, científico, investigativo", sostuvo.
Señaló, además, la importancia de productos comunicativos -como los anuncios televisivos y radiales- para transmitir mensajes favorables a la equidad de género y la aceptación de la diversidad sexual.
"No se están comunicando elementos de análisis necesarios para que la población cambie sus conciencias", aseguró.
Para Castro, la Federación de Mujeres Cubanas es la organización que debería encargarse de transmitir un mensaje ideológico feminista.
"Como se desconoce sobre el tema, hay un miedo tremendo al feminismo, sin entender que es un pensamiento revolucionario que nos entregó útiles herramientas para analizar la realidad, como la perspectiva de género", afirmó.
Por su parte, la periodista Isabel Moya reclamó por la ausencia habitual en debates sobre género y comunicación de personas que tienen la posibilidad de decidir.
Ellos y ellas deben entender que el género es una herramienta para analizar toda la sociedad, para mejorar el periodismo, acentuó la directora de la Editorial de Mujer.
No obstante, Moya advirtió que no basta la experiencia personal para comunicar desde esta perspectiva, pues se trata de un campo del conocimiento que requiere especialización y sobre el que no se debe opinar solo de oído.
"Tiene que haber políticas y estrategias para ir trabajando estos temas, no debe ser algo excepcional y aislado", defendió la experta en género y comunicación.
Desde hace cinco años la carrera de periodismo de la Universidad de La Habana incluye una asignatura optativa de género y comunicación, lo que ha favorecido la preparación en el tema de jóvenes profesionales del gremio.
Asimismo, se han desarrollado diversas capacitaciones en género para periodistas de todo el país.
Moya cree que estos saberes deben incluirse también en todas las capacitaciones que se ofrecen a directivos en Cuba.
Catalejo es un espacio destinado a la reflexión, el debate e intercambio de ideas entre profesionales de la prensa que funciona el primer y tercer viernes de cada mes.
