Ivette Vega - Revista Mujeres.- Es probable que, en ocasiones, hayas escuchado decir con temor y hasta con un poco de pavor la siguiente expresión: yo estoy de acuerdo con lo de la igualdad de la mujer, pero ¡yo no soy feminista! Se pone énfasis al decirlo para dejar sentada una posición de principios en la que sin negar la justicia, se evade la implicación.

Detrás de esta afirmación se esconde esencialmente desconocimiento. Hay quienes creen que feminismo es estar en contra de los hombres y desean poner distancia ante esa actitud.

Si se es mujer por el deseo de encontrar pareja, si se es hombre como expresión de solidaridad hacia los de su mismo sexo.

El feminismo sí se opone al machismo, una ideología retrógrada, excluyente y conservadora.

Otras personas, que conocen la esencia del feminismo, no concuerdan con ella. Se trata de una elección personal que podemos o no compartir, pero que aún existe.

El feminismo es un movimiento reivindicativo para conseguir la igualdad de derechos, oportunidades y posibilidades entre mujeres y hombres.

Parte de un cambio cultural que modifique las relaciones entre los sexos, que cuestiona e intenta modificar los roles asignados a unas y otros en diferentes culturas. El feminismo busca transformar las bases sociales y económicas a partir de cambios en la organización de la familia, la distribución del trabajo y el ejercicio del poder.

Algunas/os estudiosas/os sitúan sus inicios en la época del renacimiento, pero la mayoría concuerda en establecer sus orígenes en 1791 con la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana enarbolada por Olimpia de Gouges, luego de la revolución francesa.

El feminismo no es uno solo. Existen varias corrientes dentro de este movimiento, pero todas buscan las esenciales y necesarias reivindicaciones de las mujeres, quienes durante siglos fueron excluidas de la vida pública, de la educación e ignoradas como sujeto de derecho.

El feminismo promovió una gran movilización para exigir el derecho al voto de las mujeres, primeramente en Inglaterra y Estados Unidos; luego y poco a poco en casi todo el mundo. Sus peticiones incluían también el derecho de las mujeres a participar por igual en la educación, su oportunidad para ser elegidas y ocupar responsabilidades de toma de decisiones en la vida política, el derecho al divorcio y su respeto dentro del matrimonio.

El feminismo no puede verse aislado de su contexto histórico. Es un movimiento que ha evolucionado y que trabaja por conquistar cada vez mayor justicia entre los seres humanos.

Declararse feminista no incluye tener una u otra orientación sexual. Sí es una posición que abre las puertas al progreso, a un mundo de mayor justicia e igualdad de oportunidades y posibilidades, un escalón imprescindible para ser mejores seres humanos.