Desde el ciberespacio, una nueva herramienta busca sacar del silencio el aporte de mujeres negras y mestizas a la historia, la cultura y la ciencia en Cuba.
El Directorio de Afrocubanas, una especie de diccionario virtual que recopila fichas biográficas, enlaces y contactos de mujeres, apareció hace seis meses en la web por iniciativa de la bloguera y activista Sandra Álvarez.
El proyecto data de casi cinco años, según declaró en entrevista con SEMlac la también autora del blog Negra Cubana Tenía que Ser. Las primeras fichas se alojaron como una sección de esta bitácora, líder en la difusión de discusiones feministas dentro del ciberespacio.
De acuerdo con Álvarez, la génesis estuvo en sus conversaciones con la fallecida intelectual Inés María Martiatu (Lalita), después de percatarse ambas de la ausencia sistemática de mujeres afrocubanas en las publicaciones y espacios de reflexión científica.
“Ella fue mi mentora en temas de género y raza. Una de las labores importantes de Lalita fue conectarme con intelectuales que me ayudaron con la información. Tejió para mí una red de colaboradores que hasta el momento me han seguido ayudando”, rememora.
Álvarez reside en Alemania hace un tiempo, y desde su llegada buscó aprovechar las condiciones de conectividad para desarrollar proyectos colaborativos feministas, usando la tecnología.
Logró hospedar su proyecto en un servidor del colectivo feminista Infobreras, y trabaja junto a la programadora Alejandra Aravena, una feminista lesboterrorista chilena residente en Brasil.
Esta herramienta digital pretende hacer visible el legado de las mujeres negras y mestizas en la cultura cubana y demostrar que la participación de las afrocubanas en la historia de la isla no se circunscribe solo al período posterior a la Revolución, sino mucho antes.
La elaboración de la fichas y la elección de quiénes estarán en el Directorio está a cargo de Álvarez, pero recibe ayuda de intelectuales en la isla y de personas que colaboran directamente desde internet.
Así ha llegado a 185 fichas biográficas, la mayoría con texto, video y fotografías en casi 40 categorías. Las fuentes principales han sido la ECURED, Agencia Literaria Latinoamericana y AfroCubaweb, pero también familiares y amigos de las reseñadas.
El Directorio se financia a través de una Campaña de microdonaciones por internet y, hasta el momento, unas 43 personas han contribuido para mantener el dominio, la compra del hosting, el diseño y la programación.
Con ese apoyo, también llega la versión offline que será distribuida en Cuba este 21 de junio, durante la presentación del Directorio de Afrocubanas en la librería Alma Mater de La Habana. Antes de viajar a La Habana para compartir su trabajo con aquellas mujeres que lo inspiraron, Álvarez abundó sobre su proyecto con SEMlac.
¿Cómo funcionó el proceso de creación del Directorio?
La idea ya estaba concebida desde antes. Solo se trató de hacerlo más accesible y presentarlo de manera independiente. Muchas de las fichas ya estaban preparadas porque había aparecido en mi blog Negra Cubana tenía que Ser. Poco a poco, aparecieron personas que de manera voluntaria me daban nombres y datos para incluir, creció y se convirtió en una herramienta que se nutre de la interacción con usuarias y usuarios, también creadores.
¿Quiénes están en el Directorio y por qué?
La selección de las mujeres del Directorio no solo se basa en el color de la piel. En Cuba tenemos tantas divisiones para nombrar a las personas por este motivo, que en ningún momento me propuse medir la cantidad de melanina que lleva en la piel una persona.
Ellas son mujeres negras y mestizas que han desarrollado labores reconocidas en sus ámbitos de desarrollo. Tanto en la cultura, la medicina, el deporte, la ciencia y la ingeniería. La selección es bastante amplia. Incluye, desde figuras históricas y artistas, hasta una joven estudiante que hizo un proyecto relacionado con la belleza negra. O sea, también sumamos activistas destacas por su aporte al tema racial.
La idea es reconocer a nuestras predecesoras, pero también a esas mujeres que se fueron de Cuba a otros países, muchas veces por el racismo. Es como saldar una deuda con ellas, porque han labrado un camino del cual yo me siento heredera.
¿Dónde obtienes la información?
La fuente principal es internet. Por tanto, muchas veces faltan datos porque en Cuba hay poca cultura digital. Cuando estoy reseñando la vida de personas nativas de internet, es muy fácil encontrar la información. Pero cuando se trata de alguien que no lo es, a veces no tengo casi ningún elemento que mostrar.
Algo curioso es que en la confección del Directorio me he dado cuenta quiénes son las mujeres que están teniendo más legitimación sobre otras en los sitios de información como ECURED, la enciclopedia digital cubana.
Me he dado cuenta de lo importante de que las afrocubanas tengan listos sus productos para insertarlos en el mundo digital y ser más conocidas.
¿Qué resultados esperas?
Quiero que las afrocubanas sean visibles. Me llama la atención que cuando en Cuba se organiza un panel para tratar cualquier tema, es muy difícil que te encuentres con alguna mujer que no es blanca. Lo mismo en antologías o publicaciones.
Siempre me pregunto por qué no aparecen, cuando existen mujeres negras en todos los ámbitos. Las academias invisibilizan a las mujeres, y más si son mujeres negras. Los circuitos de legitimación de la ciencia también lo hacen.
El Directorio puede funcionar entonces como una manera de decir basta, y mostrar que hay mujeres negras talentosas en todos los espacios.
También está funcionando como una red de intercambio entre esas mujeres y entre quienes estudian sus obras…
Sí. Desde que comencé con mi blog me he dado cuenta de que las personas necesitan tener sus contactos visibles en internet. Constantemente me escriben preguntándome correos electrónicos o manera de comunicarse con artistas o investigadoras afrocubanas. Por eso trato de ubicar las redes sociales de quienes las tengan, o sus correos personales.
A pesar de vivir hace años fuera, sigues muy activa dentro del activismo afrofeminista cubano. ¿Cambió tu perspectiva? ¿Cómo aprecias el feminismo dentro de Cuba hoy?
Me sigo sintiendo parte de las Afrocubanas que están dentro del activismo cubano, aunque esté fuera del país. Desde que surgió el grupo Afrocubanas entre 2011 y 2012, han surgido espacios muy interesantes, como la Tertulia “Reyita” que coordinan Yulexis Almeida y Daisy Rubiera. También proyectos comunitarios como el del Taller de Transformación Integral del Barrio Balcón Arimao, en Marianao. Está a punto de publicarse el libro Afrocubanas II, más centrado en la historia, y hay otros grupos de afrocubanas. O sea, hoy existen más proyectos y personas interesadas en el feminismo que hace unos años atrás.
Pero, en otro orden, siento que el feminismo en Cuba está detenido, muy cargado de cuestiones teóricas que ya no importan tanto. Falta innovación, diversidad y, lo peor de todo, continúa el divorcio entre el activismo racial, el feminista, el ecologista, el cuidado de animales, LGBTI.
En lo personal, he experimentado cierta evolución, porque soy más radical en mis convicciones que antes de irme. Ser una mujer migrante te enseña que, sobre todas las cosas, lo más importante es el ser humano. Y en lo que tenía una posición intermedia antes, ahora estoy más segura de lo definitivo, porque me va la vida en eso.
Cuba sigue siendo, siempre, mi principal alimento espiritual y lo que más me preocupa y me duele.