Como parte del programa de la XXIII Bienal Internacional de Humorismo Gráfico, el taller “Reír sin ser sexistas en el intento” invitó a reflexionar sobre machismo y violencia de género

Red Semlac / Foto: SEMlac Cuba.- Salirse de los lugares comunes y no reírse a costa de burlarse de las mujeres empieza a ser un interés marcado para artistas del humor gráfico cubano, entre quienes la presencia femenina siempre ha sido escasa.

“En el humor y la gráfica en general, hay elementos y papeles que tradicionalmente se han utilizado para representar a la mujer y que se han convertido en clichés y hasta en tópicos”, comenta a SEMlac la caricaturista colombiana Adriana (Nani) Mosquera.

Uno de estos estereotipos es el de la mujer con rulos y el rodillo de amasar el pan en la mano, esperando molesta en casa a que el esposo llegue, tarde en la noche, para pelearle y amenazarle, ejemplificó. Hablar del tema sin caer en estereotipos, hacer reír de otra manera, “ese es nuestro reto mayor”, afirma.

La mujer como objeto sexual, responsable del cuidado, frágil y sumisa; o los hombres como seres exitosos y arriesgados son algunas de esas representaciones que, si bien son parte del imaginario popular y una construcción social, también contribuyen a reforzar y perpetuar esas imágenes.

“Cuando hablamos de violencia, inmediatamente nos viene a la mente la física; pero la violencia simbólica atrae también esa agresión al cuerpo; por eso es tan importante abordarla y tratarla”, valora el humorista gráfico Alguimis Zulueta Blancart, de Guantánamo, provincia a 860 kilómetros al oriente de La Habana.

En su opinión, resulta vital incorporar a los hombres para que, desde sus puntos de vista, favorezcan la lucha contra todas las violencias, no solo hacia la mujer, sino contra el machismo, el racismo y discriminaciones de todo tipo.

Deudas y aprendizajes

Conscientes de la necesidad de mejores prácticas, quienes organizaron la XXIII Bienal Internacional de Humorismo Gráfico, realizada del 9 al 12 de abril en Cuba, escogieron como lema del evento “Reírnos del machismo en serio”.

La XXIII Bienal Internacional de Humorismo Gráfico desarrolló, del 9 al 12 de abril, un amplio programa de actividades bajo el lema “Reírnos del machismo en serio”. Foto: Cartel del evento

El encuentro intenta ser educativo, asisten humoristas, caricaturistas, ilustradores e historietistas de Cuba y el mundo, explica a SEMlac Jorge Legañoa, vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), organización a cargo de la Bienal.

“Se ha convertido en referente de este gremio a nivel internacional; pero, al revisar las obras que llegan, notamos que un tema recurrente es el machismo, perspectivas erradas de cómo ver a la mujer, o el lenguaje sexista y la violencia de género”, señala.

Por ello, el enfoque este año ha sido ayudar a deconstruir estereotipos y sistemas de pensamiento sexistas en profesionales del humor gráfico. “Intentamos formar mejor a las y los profesionales de hoy, eliminar los rezagos sexistas, el machismo y patriarcado que persisten en el gremio. Buscamos que no sea solo un tema, sino algo permanente en las bienales de humorismo”, agrega Legañoa.

En ese camino, el taller “Reír sin ser sexistas en el intento”, realizado el 11 de abril en la sede nacional de la UPEC y organizado por la Editorial de la Mujer, invitó a reflexionar sobre machismo, violencia de género, inequidad social y su reflejo en el periodismo gráfico.

Los espacios de intercambio se abrieron al análisis de las representaciones sexistas y discriminatorias en los medios de comunicación, entre otros temas. Foto: SEMlac Cuba

Algunos ejercicios evidenciaron que se convive con desigualdades por motivo de género, edad, apariencia, situación geográfica y hasta el uso del tiempo, remarcó Yelene Palmero, especialista del Centro de Estudios de la Mujer y una de las coordinadoras del taller.

“Hay una sociedad que discrimina a un grupo poblacional con respecto al otro”, acotó y significó que existen desigualdades múltiples que a veces confluyen en una misma persona.

Tampoco basta con que mujeres y hombres estén en los medios, si estos no profundizan en las desigualdades y sus causas, incluidas prácticas racistas, homofóbicas y machistas que permean el humor, en sus diversas variantes.

“En mi experiencia, los hombres niegan que haya obstáculos para las mujeres”, compartió Nani Mosquera y se refirió que estas últimas tienen pobreza de tiempo, que dividen entre su vida profesional, personal y las labores de cuidado que normalmente recaen sobre ellas.

En criterio del humorista gráfico Osvaldo Gutiérrez Gómez (Osval), los estereotipos no marcan solo a la mujer, sino también al hombre, en asuntos como las infidelidades en la pareja, pues no se reacciona igual si el hombre las perdona o si es ella quien lo hace.

Lirians Gordillo, periodista de la Editorial de la Mujer, subrayó que el machismo debe ser entendido como sistema, algo importante para trascender la percepción de que se trata de un enfrentamiento entre hombres y mujeres.

Cambiar el chiste

“Hay códigos que tenemos que actualizar para deconstruir las desigualdades, los estereotipos, las asimetrías de poder. Necesitamos mucho trabajo y conciencia sobre ellos”, opinó Yelene Palmero.

Asidua a la Bienal de humorismo, Nani Mosquera integró esta vez el jurado. Con 27 años en el oficio de caricaturista, 17 libros publicados –la mayoría dedicado al tema de igualdad de género y defensa de los derechos de la mujer– catalogó de relevante el enfoque del evento este año.

Para Adriana (Nani) Mosquera, hablar del tema sin caer en la repetición de estereotipos, hacer reír de otra manera, “es nuestro reto mayor”. Foto: SEMlac Cuba

“No es fácil reconocer un problema; siempre se intenta decir que todo funciona muy bien, que las mujeres tienen todas las oportunidades. Pero no; hay micromachismos, eventos del día a día que muchas callamos, que sabemos y sentimos que no dejan progresar a la sociedad en general”, sostuvo a SEMlac.

Tampoco se trata, en su criterio, de promover el gran cambio, que recomienda obtener con pasos más pequeños y sencillos, como que todas las creaciones no estén protagonizadas por hombres.

“En las viñetas de humor siempre está el hombre leyendo el periódico y la mujer en quehaceres de la casa. Hay que darle la vuelta, por ejemplo: que la mujer lea el periódico o el celular, que el hombre friegue los platos y contar el mismo chiste. Son cambios que parecen tontos, pero replicamos y replicamos la otra imagen, la asumimos como verdadera y pensamos que no hay más”.

Mosquera alerta que hay cada vez menos caricaturistas y van desapareciendo los espacios para publicar; de ahí la relevancia de haber contado en la bienal con la exposición Rompiendo las reglas, de la artista Yanely Rodríguez Escamuchero, quien obtuvo en 2021 el premio Estudio Ares, que estimula este tipo de creaciones.

La muestra cuestiona estereotipos y roles preconcebidos a nivel social, siempre desde una mirada inteligente, y se mantendrá hasta mayo en la sede nacional de la Upec, en La Habana. “Es una invitación a romper cánones que son perjudiciales”, señala la autora.

La exposición Rompiendo las reglas, de la artista tunera Yanely Rodríguez Escamuchero, cuestiona estereotipos y roles preconcebidos a nivel social, siempre desde una mirada inteligente. Foto: SEMlac Cuba

También es válido que el humor se valga de los estereotipos para generar una crítica efectiva hacia esos mismos patrones machistas.

“Si se utiliza bien el estereotipo sexista, si se comunica usándolo adecuadamente, puede enviarse el mensaje correcto. Bien manejado, desde la ironía u otros recursos, puede ejercerse como denuncia y reflexión, como una forma de visibilizar y posicionar determinados temas”, dijo Nani Mosquera.

Pero lograrlo no es tan fácil; requiere de empatía, respeto, inteligencia, construcción colectiva y amor a la hora de abordar cualquier tema, concordaron las y los participantes.

Ese ejercicio profesional demanda conocimientos, enfatizó Jorge Alberto Piñero (Jape), del suplemento humorístico Dedeté, del periódico Juventud Rebelde. “El mayor reto ahora es aprender y se hace intercambiando”, precisó a SEMlac.

“Debemos entender que machismo y masculinidad son cosas distintas; los valores y derechos deben entenderse sin oposición entre hombres y mujeres”, afirmó y reconoció que falta mucho para alcanzar la igualdad de género, que atañe a todas las personas.

“Introducir esta perspectiva en el humor gráfico pasa por quienes lo crean, por concientizar de qué estamos hablando. Para muchos hablar de feminismo es complicado, incluso para muchas mujeres”, manifestó.

El ámbito del diseño y el humor gráfico es muy masculino por sus prácticas de socialización. Desde una cultura tradicional, tiende a producir y reproducir la violencia simbólica, estereotipando las figuras de hombres y mujeres, reflexionó Palmero en diálogo con SEMlac.

“Estos espacios son importantes porque abren un poco la mirada para aportar a la igualdad, la equidad y la justicia social desde el quehacer profesional”, aseguró en referencia al taller de intercambio.

“Desde el humorismo gráfico es difícil tocar el tema del machismo y la violencia de género. Se camina sobre el filo de una cuchilla, por las interpretaciones y las visiones diferentes”, consideró Ramón Díaz Yanes, humorista gráfico del suplemento Melaíto, de Villa Clara, ciudad a unos 270 kilómetros de la capital.

En su opinión, el dibujante gráfico tiene que ser valiente y enfrentar esos retos. “Lo importante es la mirada inteligente hacia el mensaje. Que provoque risa es perfecto; que provoque una reflexión, mejor todavía”, remarcó.