Randy Alonso Falcón- Cubadebate.- Como el escolar que le quitan el pirulí de la boca anda por estos días el senador estadounidense Marco Rubio. El político de la extrema derecha republicana y adalid de las sanciones contra Cuba anda muy preocupado porque ahorita el imperio no tendrá como sancionar a nadie.


Hace unos días, Rubio declaró en sus redes sociales y ante la cadena FOX que era muy preocupante el reciente acuerdo comercial entre Brasil y China, dos de las más importantes economías del mundo, el cual establece el uso de las monedas nacionales respectivas en el intercambio entre estas dos naciones miembros del BRICS, en detrimento del dólar.

 

El Banco Industrial y Comercial de China (ICBC) y el banco brasileño BBM llegaron a un acuerdo, el pasado 30 de marzo, para reducir los costos de transacciones comerciales con cambio directo entre el real y el yuan.

Desde 2009, China es el principal socio comercial de Brasil y en 2022, de acuerdo con la Apex, el volumen comercial alcanzó los 150.500 millones de dólares.

Recientemente, China firmó acuerdos similares de comercio basado en monedas nacionales con Arabia Saudí y Rusia, con lo que espera aumentar la participación del yuan en el comercio mundial, calculada actualmente en el 2,0 %.

El acuerdo con Rusia se centra en el yuan como la principal moneda para el comercio de distintos rubros. Ambos esperan que durante el 2023 el volumen de comercio supere la cifra de USD 200 mil millones, utilizando principalmente al yuan chino.

Ante tantas señales preocupantes para Washington, Marco Rubio declaró compungido a la cadena televisiva FOX que en unos cinco años  ya no se hablará de las sanciones de los EEUU. “Porque habrá tantos países que realicen transacciones en monedas distintas al dólar que no tendremos la capacidad de sancionarlos”, reconoció.

 

Y es que con la hegemonía del dólar establecida tras los acuerdos de Bretton Woods, al final de la II Guerra Mundial, Washington no sólo se convirtió en el mayor financista del mundo y la principal economía, sino que ha usado reiteradamente ese poder para sancionar a cuanto gobierno o país no sea de su agrado.

Era el nuevo gran garrote de la diplomacia estadounidense, para intentar controlar el mundo a su antojo. Más allá de la retórica que la justifica en nombre de la “democracia” y "la violación de los derechos humanos", las sanciones son un instrumento de guerra, diseñado para hacer sufrir a pueblos con el fin de doblegar Estados soberanos.

Para ello cuentan como cancerbero a la OFAC; este organismo se encarga de administrar y aplicar sanciones económicas impuestas por los Estados Unidos

Los países sancionados por la OFAC son penalizados bajo poderes presidenciales de emergencia nacional, además de una autoridad específica otorgada por una legislación la cual provee los controles en las transacciones y congela los activos bajo la jurisdicción estadounidense.

Las cifras de países y empresas sancionadas varían según el antojo de Washington. Baste mencionar que en su primer período de gobierno, el presidente William Clinton impuso nuevas sanciones 61 veces contra 35 países, según un informe de The Heritage Foundation. Los países sancionados fueron: Afganistán,Angola, Bosnia-Herzegovina, Brasil, Burundi, Canadá, China, Colombia, Coreadel Norte, Croacia, Cuba, Emiratos Árabes Unidos, Gambia, Guatemala, Haití,Irán, Iraq, Italia, Libia, Maldivas, Mauritania, México, Myanmar, Nicaragua,Nigeria, Pakistán, Qatar, Ruanda, Rusia, Saudi Arabia, Sudán, Siria,Taiwan, Yugoslavia y Zaire (hoy República Democrática del Congo). Estos países albergaban en ese momento a 2 300 millones de personas (42% de la poblacióndel planeta) y eran responsables de adquirir en el mercado internacional productos por un valor de 790 000 millones de dólares, equivalentes a 19% de los mercados globales de exportación.

Una lista de 2021 de la OFAC da una idea de cómo el imperio continúa imponiendo sanciones a su antojo y afectando sin remilgos la vida de esos pueblos.

Cuba y los cubanos sabemos bien lo que esas sanciones significan. Marco Rubio, con su conspiración sobre los inexistentes "ataques sónicos" y sus recomendaciones a Trump, ha sido uno de los adalides del arrecimiento de las medidas de bloqueo contra nuestro pueblo; llevadas al extremo con la absurda declaratoria como País patrocinador del terrorismo.

El pobre Marquito está preocupado. Los chinos, rusos, brasileños y otros quieren quitarle la chambelona con sabor a dólar, que es quitarle la capacidad de joder a medio mundo. Y él que siempre ha soñado con ser el Sancionador en Jefe.

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