La autora. Foto: tomada del FB de Florencia Lagos Neumann.

Mientras el mundo exhibe cifras alarmantes con respecto a la infancia, incluso en países desarrollados, la Mayor de las Antillas entrega resultados alentadores.

Florencia Lagos Neumann - El Ciudadano

Al exhortar a los cuadros a actuar frente a las necesidades y demandas de la población con humanidad y no de manera formal, Raúl les recordó que cuando Cuba sufrió una inesperada epidemia de dengue, que enfermó en especial a los niños, Fidel, en aras de acelerar la construcción de los hospitales especializados y las salas de terapia intensiva imprescindibles para salvar la vida de los pequeños pacientes, estuvo semanas y semanas durmiendo solo a ratos, frecuentando las obras tanto de día como de noche, organizando y controlando el suministro de materiales y equipos, hasta que todo quedó terminado” Nikolais S. Leonov: Raúl Castro un hombre en Revolución. Período especial en tiempo de paz, p. 262

Si existe un país en el mundo donde la infancia es prioridad es Cuba.

Una realidad que es producto de décadas de trabajo que iniciaron con el triunfo de la Revolución. Para los hermanos Fidel y Raúl Castro, líderes históricos del proceso emancipador, la infancia siempre ha sido un tema sensible. Ambos crecieron y se desarrollaron en una sociedad desigual donde no todos los niños y niñas tenían acceso a la educación o a la salud. Fue entonces una de las primeras realidades que se empeñaron en transformar.

Hoy la Isla se caracteriza por alcanzar niveles educativos avanzados. Informes anuales de la UNESCO destacan este logro, considerando que el país caribeño sufre de un bloqueo económico, comercial y financiero brutal, un estado de guerra permanente impuesto hace más de 6 décadas por EE.UU.

La educación es gratuita y garantizada desde la primera infancia hasta la Universidad, lo que permite que hoy Cuba cuente con recursos humanos altamente calificados en las ciencias, artes y deportes. 

A pesar del bloqueo que impide al Estado comercializar sus productos de manera normal y adquirir recursos en el exterior para financiar sus políticas públicas, el esquema de vacunación infantil es completo, uno de los pocos países de América Latina que puede exhibir este resultado. En palabras de la Representante de UNICEF en Cuba, Alejandra Trossero, durante una conferencia de prensa en 2023 en La Habana: “El Estado Mundial de la Infancia” muestra retrocesos muy grandes con respecto a la vacunación en toda Latinoamérica, retrocesos de casi 30 años, mientras tanto Cuba lo que muestra en su programa de inmunización es que no ha reducido esa cobertura a pesar de las grandes dificultades que enfrenta el país y de la COVID 19. El programa nacional de inmunización de Cuba comienza en el año 62 y se ha mantenido en el tiempo con coberturas muy altas, que hablan no solo de un sistema primario de salud que llega a todos los rincones del país, sino también de una confianza de parte de la población en las vacunas…”

Mientras el mundo exhibe cifras alarmantes con respecto a la infancia, incluso en países desarrollados, la Mayor de las Antillas entrega resultados alentadores. En 2023 la tasa de mortalidad infantil descendió a 7,1 por mil nacidos vivos. Esta disminución de muertes en niños en la Isla: “Constituye, sin temor a equivocarnos, todo un regalo al pueblo, pues se trata de vidas salvadas, de defender lo más preciado que posee el ser humano, y mucho más si de recién nacidos se trata” M.Sc. Isabel Díaz Gonzáles. Sitio oficial del Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP).

Al abordar el tema, la especialista insiste en la “trascendencia humana” de esos parámetros, en la concreción de sueños y anhelos y en las múltiples alegrías que cada una de estas cifras otorga a las familias cubanas, y en especial al llamado “Ejército de batas blancas” en una etapa compleja de crisis multidimensional global y en medio de un bloqueo recrudecido que afecta a la Isla caribeña:

“Salvar las vidas de las pacientes y sus retoños, contrarrestando el nefasto efecto del bloqueo y la asociada carencia de recursos, demostrando que con la entrega y amor por su profesión de nuestros trabajadores y profesionales es posible lograr mejores resultados, fue meta en el 2023”, aseveró la Jefa Nacional del Programa Materno Infantil, Catherine Chibás Pérez.

Chibás Pérez resalta en este contexto la actualización e implementación del Programa del Médico y la Enfermera de la Familia; el funcionamiento de consultas infanto juvenil y de reproducción asistida; las iniciativas del Macro programa de Desarrollo Humano, Equidad y Justicia Social; la atención prenatal calificada; los programas de vacunación y de puericultura: “Derechos de los seres humanos que en Cuba reciben prioridad con el respaldo del Gobierno y el MINSAP, en aras de garantizar el bienestar de niños, gestantes y puérperas”

Los resultados son a pesar de las dificultades que infringen las sanciones. En medio de la pandemia EE.UU impedía que países como China e Irán entregaran donaciones de insumos médicos, apelando a la Ley Helms-Burton: “Amenaza de perseguir judicialmente a cualquier persona natural o jurídica que de forma directa o indirecta contribuya al mejoramiento de la situación económica o financiera en la Isla” Nikolais S. Leonov: Raúl Castro un hombre en Revolución. Período especial en tiempo de paz, pág. 275.

En otro ámbito, en 2023 se aprobó un nuevo código de las familias que protege los derechos de los niños y niñas, uno de los más avanzados de la humanidad. Por ley quedó establecido que está prohibido el maltrato infantil en todas sus manifestaciones y los infantes pueden denunciar a quien incurra en este delito. 

Diversos son los logros de la Revolución si a infancia se refiere, el principal impedimento de incrementar dicho progreso siempre es y será el bloqueo impuesto por EE.UU:

“No nos cansaremos de demandar el levantamiento del bloqueo y el fin de la guerra económica. Es un derecho legítimo enfrentarnos al hostil y arbitrario orden económico internacional en igualdad de condiciones con el resto de las naciones, sin acoso ni persecución financiera” Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel. Discurso pronunciado el 1 de enero en el marco del 65 aniversario del triunfo de la Revolución.