Recuerdo que escribí Más infamia “disidencia”-prensa occidental, el 11 del mes pasado, y di cuenta de que había sido titular en parte de los grandes medios de desinformación la muerte de Juan Wilfredo Soto García, ocurrida el 8 de mayo en el hospital Provincial Arnaldo Milián Castro, en Santa Clara, al centro del archipiélago nacional.
Acto seguido, agregué que el pretexto resultó facilitado por elementos contrarrevolucionarios que, de manera inescrupulosa, fabricaron la mentira de que este deceso fue consecuencia de una supuesta golpiza que le habían propinado agentes del orden interior al susodicho —según la Nota Informativa del Gobierno Revolucionario que publicó Granma y que asumí íntegramente.
Luego signifiqué que los confabulados en esta congruencia fueron los mismos personajes que he denunciado en otras ocasiones: hablo de Yoani Sánchez, Guillermo Fariñas, Elizardo Sánchez … en línea directa con el Nuevo Herald, El País, CNN …
Con estos presupuestos, ¿a quién engaña el nuevo bochinche de Mr. Fariñas?
No obstante, evoco que hace casi un año redacté El ingrato servicio de Guillermo Fariñas a partir de la certificación de Manuel David Orrio, quien dio fe de que cuando este “disidente” estuvo en una de sus huelgas de hambre, un oficial de la Seguridad del Estado de Cuba se le presentó y le dijo que se podía morir cuando le diera la gana; le preguntó cuánto le paga a su mamá la connotada contrarrevolucionaria Martha Beatriz Roque [25 pesos convertibles al mes —respondió el huelguista]; y le aseguró se podía morir cuando le diera la gana, pero que antes viera un video, leyera unas facturas y escuchara una grabación en la cual la citada Martha le decía a su compinche Silvia Iriondo, residente en Miami: “¡Lo que hace falta es que Fariñas se acabe de morir para poder armar un buen show!” (Ver: www.kaosenlared.net/noticia/cuba-ahora-cuentos-guillermo-farinas).
Así, estamos en presencia de una prueba fehaciente de la catadura moral de este personaje y comparsa; al tiempo que se revela el porqué aprecio en la “nueva” jugarreta de Guillermo Fariñas otra andanza en su servilismo al “Norte revuelto y brutal” que también lo desprecia.
