Sonia Salanueva González – Cubainformación.- En una conferencia efectuada el 12 de julio se debatió la reforma a la política de EE.UU. de ayuda al exterior y se valoraba la iniciativa planteada desde finales del pasado año por el presidente, basada en “reformas políticas y sociales como requisito previo a las contribuciones de ayuda exterior de Estados Unidos, así como mayores inversiones del sector privado y una mayor titularidad de los proyectos por parte de los países beneficiados”.


Según  el administrador de la  Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID)  las prioridades de esta política son el  crecimiento económico y la buena gobernabilidad como base de los objetivos  a que aspiran los EE.UU. en su política  de desarrollo, comercio y participación, así como  el  fomento de los derechos humanos y de las libertades, y sostener el crecimiento económico, las que constituirían las metas principales del nuevo enfoque de ayuda exterior.

No hay que llevarse a engaños, la esencia de esta política es dar cada vez más participación al sector privado en la denominada “ayuda hacia el exterior”, que según la presidenta y directora general de la Corporación de Inversiones Privadas en el Extranjero (OPIC) en los últimos 40 años las empresas privadas han estado cada vez más dispuestas a asumir los desafíos de la inversión extranjera. Se reconoce que hasta hace unas décadas el presupuesto del gobierno norteamericano dedicado a la “ayuda” exterior representaba el 70 por ciento de lo que el país destinaba al extranjero, lo que en la actualidad se ha invertido y es el sector  privado  el que aporta el 80 por ciento del dinero que fluye de Estados Unidos a países en vías de desarrollo.
De acuerdo a lo expresado por el director general  de la  Corporación del Desafío del Milenio, este  es otro organismo del gobierno de Estados Unidos que desempeña un papel importante en el desarrollo extranjero, al alentar a los países a aplicar reformas políticas y sociales. "Lo que nosotros hacemos realmente es crear la condiciones, el entorno, para que las empresas puedan tener éxito en esos países.”. "Establecemos la infraestructura, aplicamos también cambios importantes en esos países por medio de reformas en las políticas, que a su vez crean un formidable entorno para que las empresas tengan éxito".

Como una muestra  de la vultuosidad de esta política se plantea que  por cada dólar que la USAID aporta  consigue  dos o tres del sector privado, y se cita como ejemplo  de la aplicación de la misma, la colaboración de USAID con el gigante multinacional de la venta al menor Wal-Mart Stores Inc., que se ha convertido en la tienda de venta al por menor más grande de América Central y que por ejemplo en Guatemala la compañía proporcionó suficientes incentivos a los campesinos locales para que cambiasen sus prácticas para cumplir con las normas de Wal-Mart, creando de esa manera un mejor mercado para sus productos.

Evidentemente es el sector privado quien tiene agarrado al toro por los cuernos, nada novedoso para el sistema capitalista.
Veamos ahora la otra cara de la moneda que nos muestra la realidad de lo que acontece en el mundo y el escenario actual.
Cuál es la efectividad de esta cacareada “ayuda” de EE.UU. hacia el exterior, cuando según datos de la FAO, en el 2010, en el mundo hay cerca de 925 millones de personas con hambre, desnutridas—cifra que supera a la suma de las poblaciones de Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea. El 98 por ciento de las personas con hambre en el mundo viven en países en desarrollo.

De acuerdo a estadísticas de la FAO, en el 2006, más del 70 por ciento de los 146 millones de niños menores de cinco años con bajo peso en el mundo viven en sólo 10 países, de los cuales más del la mitad están ubicados solamente en Asia del Sur, donde cerca del 46% de los adultos analfabetos del mundo, es decir, 400 de los 861 millones de adultos que actualmente no saben leer ni escribir. De ellos, más de 380 millones viven en tan solo tres países: Bangladesh, India y Pakistán. Unos 43 millones de niños en edad de acudir a la escuela primaria no lo hacen, y de ellos la mitad son niñas. Además, más de la mitad de los niños que comienzan primer grado no logran terminar la educación primaria, es decir, abandonan la escuela antes de concluir quinto grado.

Cada año mueren unos 10,9 millones de niños menores de cinco años en los países en desarrollo. La desnutrición y las enfermedades relacionadas con el hambre son la causa del 60 por ciento de las muertes.
La desnutrición contribuye con el 53 por ciento de las 9,7 millones de muertes al año de niños menores de cinco años en  países en desarrollo.
Según datos recientes del Programa Mundial de alimentación, el hambre y la malnutrición son, de hecho, el principal riesgo para la salud en todo el mundo - más que el SIDA, la malaria y la tuberculosis juntos. Así como que entre las principales causas del hambre están los desastres naturales, conflictos, pobreza, mala infraestructura agrícola y la explotación excesiva del medio ambiente. En la actualidad la crisis la financiera y económica han llevado a más gente hacia el hambre.
Instituciones y programas pertenecientes a las Naciones Unidas realizan acciones para mitigar el hambre, pero es ello no es suficiente para erradicar este flagelo originado por el sistema capitalista. Como todo fenómeno social hay que eliminar las causas que lo provocan.

A quiénes pretenden engañar los EE.UU. con su “nueva política para el exterior”. Es  un flagrante insulto  a la inteligencia humana al tratar de hacer creer que sus verdaderos propósitos son “ayudar” a los países en desarrollo, cuando es  el imperio norteamericano y sus aliados los que están llevando a cabo guerras injustas que responden a intereses del poder económico y arrebatan los recursos naturales existentes en los países que agreden, ocasionando muerte y condiciones cada vez más difíciles para la subsistencia de sus habitantes.

Detrás de esa “nueva política” está la aplicación de la Doctrina de Obama o  Poder Inteligente, es decir utilizar la fórmula del Poder duro (la guerra) y el Poder Blando (diplomacia) según las circunstancias, el momento y el objetivo lo requiera. Por lo tanto, la política exterior de la administración norteamericana no tiene nada de nuevo, como no sea dar más poder al sector privado y seguir tratando de dar la imagen que “ayudan” al desarrollo de los países, pero lo que no dicen son el costo de ello a la soberanía e independencia para los que reciben la “ayuda”.

Su genuino y principal objetivo es mantener la hegemonía mundial, aún más  en la actual crisis que tanto daño está causando a los que menos o nada tienen. El imperio no dejará de buscar alternativas para tratar de neutralizar  la reacción de los pueblos ante la insostenible situación de desamparo, dado que  sus gobiernos están atrapados por la política neoliberal y cada vez dependen más del capital privado, de  instituciones financieras  como el Banco Mundial, el FMI controlados  en la práctica por los EE.UU.

http://www.cubandemocracy.wordpress.com/



Contra Cuba
Condenan en Miami agresiva conducta de grupo de anticubanos Washington, 8 sep (Prensa Latina) El veterano periodista cubano, radicado en la ciudad estadounidense de Miami, Max Lesnik, sumó hoy su voz a la condena por la agresiva conducta de u...
Cuba por Siempre El turismo es un sector crucial para la economía cubana, el más dinámico sin dudas, y da empleo a gran parte de la población tanto en centros estatales como privados. Por tanto, se convierte en blanco pred...
Iliana García Giraldino Siempre con Cuba / ICAP Cubanos e italianos rindieron homenaje al joven genovés Fabio Di Celmo al cumplirse este cuatro de septiembre 27 años del día en que la explosión de una bomba en el l...
Lo último
La Columna
La Revista