"Los días del Gobierno cubano están cerca de su fin", declaró el asesino lanzando insultos. Aprovechando la oportunidad, Posada Carriles arremetió contra la Revolución bolivariana al afirmar que "hay muchos venezolanos pidiendo un cambio".
"Estoy en lo mismo", dice el terrorista protegido por la mafia cubanoamericana y sus representantes en Washington. "Me siento tranquilo con lo que hice y con lo que estoy haciendo".
No es la primera vez que Posada, a quien la administración norteamericana protege, lanza ataques políticos desde su territorio.
Él, con Orlando Bosch, ordenó la destrucción en pleno vuelo de un avión cubano en 1976. Participó luego en las operaciones de tráfico de droga por armas en El Salvador, una actividad orientada por el gobierno de Reagan y la CIA que provocó el escándalo Iran-contra.
Luis Posada Carriles tiene un sangriento historial que va desde su probable participación en la conspiración para asesinar al presidente norteamericano John F. Kennedy, hasta su apoyo a numerosos intentos de magnicidios, años de trabajo como sicario de varios regímenes represivos de Centroamérica y la organización de atentados en Cuba por cuenta de la Fundación Nacional Cubano-Americana de Miami.